Alfredo Ronaldinho
Ahora que se va, hasta los que no lo soportaban se han movido de sus asientos para hacer el pase¨ªllo al dirigente socialista
No s¨¦ c¨®mo le sentar¨ªa a Alfredo P¨¦rez Rubalcaba que hace unos a?os, cuando ¨¦l estaba en el Gobierno y ella en la oposici¨®n, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa lo llamara (enero de 2006) ¡°el Ronaldinho de las met¨¢foras¡± del Parlamento espa?ol.
Ya se sabe que Rubalcaba fue atleta de fondo y que adem¨¢s es socio del Madrid, equipo al que sigue en la salud y en la enfermedad. A la actual vicepresidenta se le conocen otras aficiones que desconozco si comparte con quien hasta ahora ha sido uno de sus m¨¢s enconados adversarios pol¨ªticos. A ella le gustan las motos, y es cierto que la velocidad y la energ¨ªa forman parte de su manera de ser, e incluso de mirar. S¨¢enz de Santamar¨ªa mira como si ya estuviera comprendiendo, veloz como una moto.
En aquella ocasi¨®n, cuando ella hizo aquella definici¨®n de P¨¦rez Rubalcaba (¡°el Ronaldinho de las met¨¢foras¡±), ya hab¨ªan pasado todas las historias que hicieron famoso (para mal) a Rubalcaba en las filas del PP, pues la noche del 14-M de 2004 fue ¨¦l quien pronunci¨® aquella l¨¢pida: ¡°Espa?a no merece un Gobierno que miente¡±. Desde entonces, al antiguo profesor de Qu¨ªmica se la juraron; y no se la juraron s¨®lo desde las filas conservadoras y medios afines; a lo largo de la historia que sigui¨®, por razones o sinrazones que ya se han ido diciendo desde que el jueves ¨²ltimo anunci¨® su marcha, en sus filas (y en sus medios afines) le han dicho de todo menos Rubalcaba.
Por razones o sinrazones, en sus filas (y en sus medios afines) le han dicho de todo menos Rubalcaba
De modo que aquella expresi¨®n de la ahora vicepresidenta sobre las habilidades parlamentarias de P¨¦rez Rubalcaba inclu¨ªa una percepci¨®n admirativa del personaje y eso quiz¨¢ a ella le cost¨® alg¨²n disgusto en sectores de su propia casa. Lo cierto es que lo dijo, sin encomendarse, por cierto, al hecho cierto de que Ronaldinho era la estrella del Bar?a y a Rubalcaba le caer¨ªa mejor, por ejemplo, Zinedine Zidane. Ahora bien, ese adjetivo de Alfredo como Ronaldinho?era acertado, pues la suya en el manejo del verbo era una habilidad similar a la del jugador azulgrana en su modo de driblar y bailar contrarios. Hasta tal punto era admirable Ronaldinho que los que sienten como Rubalcaba los colores blancos le aplaudieron una vez en el Santiago Bernab¨¦u una actuaci¨®n que levant¨® a unos y otros de los asientos. Algo as¨ª como lo que ha pasado ahora: se va Rubalcaba y hasta los que no lo soportaban se han movido de sus asientos para hacerle el pase¨ªllo. Es lo que ¨¦l dec¨ªa cuando empezaron a elogiarlo: este pa¨ªs entierra muy bien.
Pero, mientras entierra, este pa¨ªs tira arena a los ojos. El caso de Rubalcaba se estudiar¨¢ en los anales del insulto espa?ol, en el que hay tanto damnificado en esta etapa, empezando por Jacinto Pell¨®n, otro c¨¢ntabro por cierto, que fue consejero de la Expo y alcanz¨® el honor de ser zaherido desde el periodismo y desde la pol¨ªtica tan solo porque cumpl¨ªa con su deber.
Ahora tocar¨¢ el elogio a Rubalcaba. Los que lo han insultado rehar¨¢n el curr¨ªculo que usaban antes para ponerlo de chupa de d¨®mine en el papel y en las teles. Pero, que conste, en aquel desierto en que todo eran puyas nunca olvido lo que dijo su oponente m¨¢s tenaz en aquellos tiempos. Lo llam¨® Ronaldinho, entonces esa era una medalla. La ¨²nica que tuvo en mucho tiempo, me temo.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.