Riesgo presupuestario
Confiar en que el crecimiento suba los ingresos en 2015 deja al Gobierno sin margen de error
El gobierno ha presentado el l¨ªmite de gasto no financiero para 2015, el primer par¨¢metro decisivo para la elaboraci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado. Planea bajar el gasto en el 3,2% ¡ªla primera vez que se recorta desde que Mariano Rajoy gan¨® las elecciones en 2011¡ª y se supone que ese recorte pretende contribuir a la contracci¨®n del d¨¦ficit el a?o pr¨®ximo. La impresi¨®n general que transmiti¨® el ministro de Hacienda es que, a pesar de la limitaci¨®n del gasto, ha pasado el periodo de ajustes presupuestarios y de los grandes recortes del gasto.
El optimismo es loable, pero el problema del nuevo techo del gasto es que los argumentos para sostenerlo son discutibles. El equipo econ¨®mico pretende reducir en 2015 el d¨¦ficit p¨²blico al 4,2% del PIB desde el 5,8% te¨®rico de 2014, con una limitaci¨®n del gasto de unos 4.500 millones, m¨¢s el aumento hipot¨¦tico ¡ªsin proyectar todav¨ªa¡ª de los ingresos fiscales el a?o pr¨®ximo procedente de la recuperaci¨®n de la econom¨ªa. Cuenta como aliado para bajar el gasto con un descenso del coste de desempleo y de los intereses de la deuda.
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Ahora bien, Hacienda acaba de proponer una rebaja fiscal cuyo coste, dif¨ªcil de precisar mientras no se conozcan los detalles normativos, no bajar¨¢ de los 5.000 millones; y la rebaja del coste de la deuda no es una tendencia firme, porque los intereses bajan pero el volumen de deuda sube. Y queda pendiente de resolver el probable d¨¦ficit de la Seguridad Social. La recuperaci¨®n de ingresos debida al crecimiento es, por el momento, s¨®lo una hip¨®tesis, mientras que la ca¨ªda de ingresos derivada de la rebaja de impuestos es ya un hecho.
Es arriesgado confiar la estabilidad financiera a un crecimiento de ingresos en una etapa de rebajas impositivas. El proyecto de Presupuesto para 2015 permitir¨¢ medir con m¨¢s precisi¨®n este riesgo; pero, en el mejor de los casos, con el esquema argumental que ofrece Hacienda, lo que se puede asegurar es que las cuentas p¨²blicas se quedan sin margen de error.
Tampoco conceden margen para otras actuaciones pol¨ªticas relevantes. Sin ir m¨¢s lejos, para articular una reforma de la financiaci¨®n auton¨®mica que ya deber¨ªa estar sobre la mesa del Gobierno y de las comunidades aut¨®nomas, pero que se ha vuelto a aplazar lisa y llanamente por falta de recursos. La financiaci¨®n actual es insuficiente y desordenada y condena al Gobierno y a las autonom¨ªas a ejercicios agotadores de parcheo.
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