El virus y el mosquito

Tiene un nombre dif¨ªcil de recordar, chikungunya, pero todas las condiciones para convertirse en una pesadilla para los servicios de salud p¨²blica. Se trata de una enfermedad tropical peligrosa que provoca fiebres muy altas, graves afectaciones articulares que pueden prolongarse durante meses, erupciones cut¨¢neas y un gran malestar general. En personas vulnerables a otras patolog¨ªas, las complicaciones pueden ser mortales. La enfermedad est¨¢ causada por un virus y fue descrita por primera vez en Tanzania. En la lengua makonda de la que procede su nombre significa ¡°hombre torcido¡±, por los dolores que produce en las articulaciones.

Hasta ahora, los pocos casos que se diagnosticaban en Espa?a eran importados, es decir, personas que hab¨ªan viajado a zonas tropicales. Durante mucho tiempo ha sido una enfermedad end¨¦mica en las zonas tropicales de ?frica, pero en los dos ¨²ltimos a?os el virus ha saltado el Atl¨¢ntico y se ha extendido por el Caribe. De all¨ª proced¨ªan la mayor parte de los ocho enfermos que ha diagnosticado recientemente el Cl¨ªnico de Barcelona. El problema es que dos de los mosquitos que transmiten el virus ¡ªel Aedes aegypti y el Aedes albopictus o mosquito tigre¡ª tambi¨¦n est¨¢n ya en Espa?a.

El aumento de casos importados puede dar lugar a que estos mosquitos comiencen a trasmitir el virus y se convierta, como ha ocurrido en el Caribe, en una enfermedad aut¨®ctona. Se entiende pues la alerta que ha lanzado el Centro Europeo de Control de Enfermedades.

Fue en 2004 cuando el mosquito tigre se detect¨® en Sant Cugat del Vall¨¨s. Ahora su presencia se extiende ya por m¨¢s de un centenar de municipios. Es cuesti¨®n de tiempo y de azar que uno de esos mosquitos pique a un enfermo y comience a transmitir el virus.

En Europa ya se han dado dos focos de transmisi¨®n aut¨®ctona: en 2007 en Emilia Romagna (Italia), con m¨¢s de 200 casos, uno de ellos mortal, y en Francia, en 2013, con dos casos. Si el mosquito contin¨²a expandiendo su presencia, puede haber un problema de salud p¨²blica; y en las zonas donde logre atrincherarse podr¨ªamos tener que decir adi¨®s a las veladas al aire libre. Sin duda merece la pena colaborar con las autoridades para erradicarlo.