Salvar al PSOE
La segunda fuerza pol¨ªtica tiene que crear un liderazgo fuerte para cerrar la crisis
El inter¨¦s por la elecci¨®n del nuevo l¨ªder del PSOE sobrepasa largamente el de los casi 200.000 militantes llamados a votar el domingo pr¨®ximo. Este partido sigue siendo la segunda fuerza pol¨ªtica de un pa¨ªs de m¨¢s de 46 millones de habitantes y de una econom¨ªa de un bill¨®n de euros (lo que a veces tiende a olvidarse). El proceso congresual tiene que servir para cerrar la digesti¨®n de la crisis interna, agudizada por las derrotas electorales, y situar de nuevo al PSOE en el mapa pol¨ªtico de Espa?a y del conjunto de Europa, donde la socialdemocracia y otros partidos de progreso se esfuerzan en buscar dirigentes y discursos nuevos.
Durante la transici¨®n intentada por Alfredo P¨¦rez Rubalcaba se han puesto las bases de un rearme de ideas e iniciativas (conferencia pol¨ªtica, propuesta federalista de Granada) y ahora hay que encarnarlo en un nuevo liderazgo. La ventaja es que ninguno de los tres candidatos a la secretar¨ªa general del PSOE est¨¢ directamente atado al desgaste producido por los virajes de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero durante su mandato, sobre todo en los a?os finales, que contribuyeron al desconcierto de sus simpatizantes.
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Queda menos de un a?o para las elecciones municipales y auton¨®micas, en una agenda marcada tambi¨¦n por el desaf¨ªo de los nacionalistas e independentistas de Catalu?a. Se trata de asuntos demasiado importantes como para que el PSOE se enrede en nuevas luchas intestinas. Les conviene acabar con la pol¨¦mica originada por las sospechas sembradas desde la candidatura de Eduardo Madina sobre los avales recibidos por Pedro S¨¢nchez, y con otras que pretenden situar al propio Madina en la ¨®rbita del equipo anterior. Todav¨ªa m¨¢s absurda es la pretensi¨®n de culpar al l¨ªder dimisionario, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, de haber preparado o dejado de preparar el terreno.
Puede que sea imposible pedirle a un partido que prescinda de estos juegos cuando se disputa el poder interno, pero es seguro que al conjunto de la ciudadan¨ªa no le interesan estrictamente nada. Al contrario: lo que se necesita es escuchar a los candidatos, excesivamente tibios por el momento, y saber hasta d¨®nde se comprometen en los asuntos serios. Ma?ana tienen la oportunidad de hacerlo en el debate previsto entre los tres. El riesgo de los juegos endog¨¢micos es que anulen el efecto positivo de un procedimiento in¨¦dito en este partido, como es el de tener en cuenta la opini¨®n de toda la militancia a la hora de seleccionar al l¨ªder del partido.
Los socialistas cuentan con la oportunidad de fortalecer al futuro dirigente con sus votos y forzar un renovado y verdadero comienzo. Quienquiera que se alce con el liderazgo del PSOE debe tener claro que el futuro depende mucho de la forma en que interprete la victoria, y no puede caer en el error de situarse desde el principio como otro l¨ªder de transici¨®n. Hora es de que los socialistas se desbloqueen a s¨ª mismos.
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