...y que ame a China
Hong Kong protesta contra la falta de libertades pol¨ªticas
Cuando China recuper¨® Hong Kong en 1997 se comprometi¨® ante el Reino Unido ¡ªque devolv¨ªa la colonia en su poder desde 1842¡ª y ante el mundo a respetar la libertad de la que hasta entonces gozaban los habitantes del peque?o territorio. Libertad econ¨®mica, que le hab¨ªa convertido en uno de los puntos m¨¢s pr¨®speros del planeta, pero tambi¨¦n pol¨ªtica, con su libertad de expresi¨®n y elecci¨®n incluidas. Pek¨ªn incluso anunci¨® el hallazgo de su particular piedra filosofal hongkonesa con la f¨®rmula de ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡±. Lo que no especificaron las autoridades chinas es a qu¨¦ se refer¨ªan exactamente con la palabra ¡°sistema¡±. Lo cierto es que en estos 18 a?os se ha producido un curioso trasvase entre ambas partes. Y as¨ª mientras China ha ido asumiendo, de manera a veces desaforada, diferentes mecanismos de la econom¨ªa liberal de la cual Hong Kong era un exponente, al mismo tiempo ha limitado las libertades pol¨ªticas en el territorio, que goza de un estatus especial.
Los habitantes de Hong Kong, al contrario que unos 1.300 millones de sus compatriotas, pueden seguir eligiendo a sus gobernantes. Pero estos tienen que cumplir algunos requisitos que convierten lo que deber¨ªa ser una votaci¨®n libre en una especie de concurso ama?ado. Porque quienes deseen presentarse a los comicios deben superar el escrutinio previo de una comisi¨®n ¡ªnaturalmente nombrada por el r¨¦gimen¡ª y, entre otras virtudes, deben demostrar que ¡°aman a China¡±, lo cual entre la ciudadan¨ªa de Hong Kong es ampliamente interpretado como que simpaticen con el Partido Comunista, el ¨²nico permitido en Pek¨ªn.
Viendo como cada d¨ªa sus derechos pol¨ªticos decrecen y ante la fundada sospecha de que el proceso se acentuar¨¢, medio mill¨®n de hongkoneses se han manifestado contra el fraude. Es la mayor manifestaci¨®n celebrada jam¨¢s en el territorio. La respuesta china responde al manual de cualquier dictadura que se precie: manifestaci¨®n ilegal y 500 detenciones. En una ¨¦poca en que China, haciendo valer su gigantismo econ¨®mico, impone su criterio en numerosos ¨¢mbitos, los ciudadanos de uno de sus territorios le han recordado al Gobierno de Pek¨ªn que est¨¢ obligado a cumplir lo pactado hace casi 20 a?os. Y que eso tambi¨¦n es amar a China.
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