El regreso de las deudas externas
La decisi¨®n de la Corte Suprema de Estados Unidos para obligar a Argentina a reembolsar los bonos p¨²blicos comprados por un fondo especulativo plantea el dilema entre soberan¨ªa nacional y globalizaci¨®n financiera
En las ¨²ltimas semanas el tema de las deudas externas ha vuelto a colocarse en el candelero de las finanzas y de la pol¨ªtica internacional debido a un juicio de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que ha emitido una resoluci¨®n en contra del Gobierno de Argentina. Esta decisi¨®n evoca el profundo dilema que existe entre soberan¨ªa nacional y globalizaci¨®n financiera. Cuando un gobierno coloca deuda en los mercados internacionales, ofrece garant¨ªas de pago que comprometen a sus contribuyentes al pago a mediano o largo plazo. Sin embargo, al venderse los bonos p¨²blicos se convierten en t¨ªtulos privados que pueden convertirse en determinadas circunstancias en objeto de gigantescas especulaciones que pueden desencadenar bancarrotas de los Estados deudores.
Recordemos que en 2011 y 2012, Espa?a, Portugal y Grecia estuvieron sujetos a este tipo de especulaciones por parte de bancos e inversores, quienes se beneficiaron de las abruptas subidas del premio (tasa de inter¨¦s) de los bonos soberanos. En alg¨²n momento se temi¨® que podr¨ªa producirse una bancarrota soberana y, por consiguiente, el hundimiento de la moneda com¨²n, el euro. Fue la intervenci¨®n de Mario Draghi, director del Banco Central Europeo, factor clave en disipar la burbuja de la especulaci¨®n y el peligro de default. Pero el fantasma de la deuda sigue planeando y no tardar¨¢ en regresar.
En el caso de Am¨¦rica Latina, no pueden olvidarse la brutalidad y persistencia de las crisis de las deudas externas, tanto en los a?os de 1980 como en las crisis financieras de M¨¦xico en 1995, Brasil en 1998 y Argentina en 2001-2002. Cada una de estas debacles tuvo impactos econ¨®micos y sociales muy costosos y sus historias constituyen cap¨ªtulos claves de la historia reciente de la globalizaci¨®n financiera.
La experiencia argentina en la crisis que se produjo al doblar el siglo fue de las m¨¢s traum¨¢ticas
La experiencia de Argentina al doblar el siglo fue de las m¨¢s traum¨¢ticas. Hacia 2000 su gobierno comenzaba a hacer agua, y por ello solicit¨® un enorme rescate al Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, antes de concretarse, la confianza de los ahorradores e inversores se evapor¨® y comenzaron las retiradas de dinero a gran escala de los bancos argentinos. Con objeto de evitar el hundimiento de su administraci¨®n, el presidente Fernando de la R¨²a nombr¨® a Domingo Cavallo como ministro de Econom¨ªa en abril de 2001 pero su plan, conocido como el ¡°Megacanje¡± de las deudas p¨²blicas, fracas¨® debido a la falta de confianza de todos los actores econ¨®micos y financieros. El p¨¢nico bancario sigui¨® su curso hasta que el ministro estableci¨® un control sobre los dep¨®sitos en los bancos que fue bautizado popularmente como el corralito. A partir de ese momento el gobierno ya ten¨ªa sus d¨ªas contados y en diciembre cay¨® tras revueltas populares cada vez m¨¢s extendidas.
Despu¨¦s siguieron dos a?os marcados por una enorme inestabilidad pol¨ªtica (con cuatro presidentes en un a?o y pico) y aumentos dram¨¢ticos del desempleo y de la pobreza. No ser¨ªa hasta la elecci¨®n a la presidencia argentina de Nestor Kirchner, pol¨ªtico peronista de izquierdas, en mayo de 2003, que comenz¨® a vislumbrarse un posible cambio de rumbo.
El nuevo gobierno tuvo la fortuna de contar con un aumento sostenido de las exportaciones agropecuarias pero igualmente importante fue su respuesta a la crisis financiera. Desde diciembre de 2001 el Gobierno estaba en default sobre sus deudas, lo cual se debi¨® en buena medida a la negativa expl¨ªcita del FMI de activar el rescate. Para principios del a?o 2004, la deuda externa alcanzaba la estratosf¨¦rica cifra de 178.000 millones de d¨®lares. A partir de repetidos viajes a Washington, el ministro de Econom¨ªa, Roberto Lavagna, con el apoyo muy firme de Kirchner, logr¨® una reprogramaci¨®n de las obligaciones con los principales organismos financieros multilaterales (FMI, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo). Luego se negoci¨® con los acreedores privados garant¨ªas de pago del servicio de los bonos externos a cambio de una reducci¨®n de su valor nominal que se estimaba en 100.000 millones de d¨®lares en marzo de 2005: se alcanz¨® una quita de cerca de 55%, una de las mayores de la historia financiera internacional reciente.
Se negoci¨® con los acreedores privados una quita del 55%, pero algunos rechazaron el acuerdo
Como consecuencia, el Gobierno de Argentina fue marginada de los mercados de capitales internacionales pero durante los ¨²ltimos diez a?os ha pagado el servicio acordado de la deuda de manera puntual todos los a?os, lo cual ya ha representado una transferencia de m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares a los tenedores de bonos y una reducci¨®n dram¨¢tica de la deuda externa. Sin embargo, una peque?a porci¨®n de bonos que no entraron en el acuerdo fueron adquiridos por un par de fondos de inversi¨®n de los Estados Unidos que son conocidos como fondos buitres porque compran por centavos para luego tratar de cobrarlos a precios mucho m¨¢s altos. Este negocio depende de la posibilidad de convencer a una corte de Nueva York de que las compras especulativas deben reembolsarse al cien por cien de su valor nominal. Esto es lo que ocurri¨® hace unas semanas a partir de la decisi¨®n del juez Thomas P. Griesa de la Corte del Distrito Sur de la ciudad de Nueva York, que ha sido avalado por la instancia superior del sistema judicial norteamericano: en este caso, se sostiene que las reclamaciones de los especuladores ser¨ªan de mayor valor jur¨ªdico que aquellos de un gobierno soberano.
El Gobierno argentino ha respondido con dos estrategias complementarias. Por una parte ha ofrecido negociar con los fondos buitres durante este mes de julio, pero al mismo tiempo ha puesto en marcha una campa?a pol¨ªtica internacional para limitar los da?os a su econom¨ªa. Desde el lunes 7 de julio, el juez Griesa ha autorizado a un intermediario, el famoso abogado Daniel Pollack de Nueva York, para que supervise el proceso de negociaciones alucinantes en ciernes entre los especuladores y el gobierno de Argentina.
La respuesta internacional de solidaridad con Argentina ha sido impresionante.
La reclamaci¨®n de los ¡®fondos buitre¡¯ plantea un problema grave que afecta a la democracia
En primer t¨¦rmino, ha logrado el apoyo de los gobiernos latinoamericanos, incluyendo los de Mercosur, as¨ª como una resoluci¨®n de apoyo de la Organizaci¨®n de Estados Americanos, aprobada el 4 de julio En segundo lugar, ha obtenido los apoyos de diversas instancias multilaterales, entre ellas, la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina (Cepal) y la agrupaci¨®n de 77 pa¨ªses en Naciones Unidas conocida como G77. Pero, adem¨¢s, ha atra¨ªdo la atenci¨®n de dos grandes potencias, Rusia y China. En los d¨ªas de 15 y 16 de julio se re¨²nen los presidentes del grupo de naciones conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suadfrica) en la ciudad de Fortaleza, Brasil. El presidente de Rusia, Vladimir Putin ha anunciado que despu¨¦s visitar¨¢ Buenos Aires para demostrar su apoyo en contra de los especuladores. M¨¢s importante a¨²n ha sido la declaraci¨®n del presidente de China, Xi Jinping, quien tambi¨¦n viajar¨¢ a Argentina para firmar acuerdos comerciales y demostrar su apoyo en contra de los fondos buitres de Nueva York.
En resumidas cuentas, se trata de un episodio de geopol¨ªtica financiera de considerable impacto. Cabe preguntar: ?cu¨¢l es el alcance de la soberan¨ªa de un gobierno y sobre todo de los contribuyentes en esta ¨¦poca de globalizaci¨®n financiera? Este es un problema medular que afecta a las democracias modernas. El principio fundamental del gobierno parlamentario consiste en que el pago de los impuestos es la base de la representaci¨®n pol¨ªtica: por ello, la soberan¨ªa fiscal y por ende de los ciudadanos, merece una defensa mucho m¨¢s visible y transparente que la de los intereses financieros privados. De ello depende en buena medida la supervivencia y la legitimidad de las democracias contempor¨¢neas y, precisamente por ello, el debate sobre las deudas p¨²blicas no dejar¨¢ de acrecentarse en el escenario nacional e internacional.
Carlos Marichal Salinas es profesor del Colegio de M¨¦xico.
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