La transparencia
Me sorprende que no se oculta que el origen del nombramiento de Costos est¨¢ en la contribuci¨®n a la campa?a de Obama
Leyendo el reportaje en El Pa¨ªs Semanal sobre el embajador americano, me preguntaba si alguien habr¨ªa tenido la misma sensaci¨®n que yo. Un reportaje en el que lo que parece que prima es destacar la vocaci¨®n empresarial y art¨ªstica de la pareja (productor de series de ¨¦xito, pinturas, muebles, detalles arquitect¨®nicos), su encaje en el mundo patrio de las celebrities y, sin duda, sus habilidades negociadoras para obtener lo que interesa a su pa¨ªs. Sin embargo, lo que m¨¢s me ha sorprendido es la forma en la que han llegado al puesto. No se oculta que el origen est¨¢ en la contribuci¨®n (3,4 millones de d¨®lares) a la campa?a del presidente Obama y que el nombramiento es el agradecimiento presidencial por su apoyo. ?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si esto hubiera ocurrido en Espa?a? ?Cu¨¢l habr¨ªa sido la reacci¨®n si cualquiera de los perseguidos financiadores de la campa?a del partido en el Gobierno hubiera entregado esa cantidad y, a cambio, hubiera recibido una prebenda parecida? En medio de la discusi¨®n sobre financiaci¨®n de los partidos y las puertas giratorias entre la pol¨ªtica y la empresa, no parece que el resultado hubiera sido un reportaje amable en una revista semanal. ?Y entonces? ?Quiz¨¢ la diferencia sea la transparencia con la que se desarrollan y se aceptan estas cuestiones: all¨ª legales, conocidas, registradas y aceptadas; aqu¨ª prohibidas, desconocidas, bajo cuerda y denostadas? ?Es posible aprender con el ejemplo?
Una imagen, otra mirada
Carmen Santacana. (Correo electr¨®nico)
?Qu¨¦ pena que la foto de la portada del domingo 29 de junio, en la que aparecen el embajador de Estados Unidos y el se?or Smith, no la pueda diseccionar ¨Ccon su habitual maestr¨ªa¨C Juan Jos¨¦ Millas!
?El partido que sacar¨ªa a esas deportivas con la suela impoluta, y con la marca bien visible, en primer plano! ?Esas tres miradas que dicen tan distintas cosas!
El poder deshumaniza
Luc¨ªa Garc¨ªa. Cardedeu (Barcelona)
Acabo de leer, como cada domingo, el art¨ªculo de mi admirado se?or Mill¨¢s del 29-6-14, y hasta he llorado de risa al ver lo acertad¨ªsimo que est¨¢ en la definici¨®n de la fotograf¨ªa de la reina Isabel y su¡ pobre hijo Carlos.
Es usted siempre admirable definiendo tanto en tan poco espacio.
Leo toda la revista de cabo a rabo desde ni s¨¦ cu¨¢ndo. Bueno, s¨ª, desde que cada domingo, el suplemento Mi Peque?o Pa¨ªs serv¨ªa para que mi hijo se aficionara a los pasatiempos y a la lectura. Nada tiene desperdicio, incluso a veces comento que hasta los anuncios me gustan aunque no est¨¦n a mi alcance. Gracias a todos.
S¨ª, fracaso estrepitoso
M¨®nica Garc¨ªa Canga. (Correo electr¨®nico)
Javier Mar¨ªas, en su art¨ªculo Esa tendencia abominable (El Pa¨ªs Semanal, 29-6-14) vislumbraba, muy certeramente, la reacci¨®n espa?ola tras la ca¨ªda del h¨¦roe: desprecio absoluto a pesar de todas las haza?as y triunfos logrados por La Roja. No conoc¨ªa el resultado final del insigne encuentro futbol¨ªstico; ahora ya conocemos el fatal desenlace, y no me refiero al fracaso de ser eliminado en la primera fase, sino a la reacci¨®n de la propia selecci¨®n que ha perpetuado una imagen de equipo cobarde generada por ellos mismos, que se desprecian solos antes de que la afici¨®n los abomine; que no es capaz de asumir los irremediables fracasos consustanciales a los seres humanos junto a los ¨¦xitos. La Roja a algunos nos ha puesto colorados. S¨ª, se me ha grabado en la retina esa llegada al aeropuerto de su pa¨ªs por la puerta de atr¨¢s y con la cabeza gacha, evitando todo contacto con la afici¨®n.
P¨¦simo ejemplo para sus seguidores; muchos, al igual que muchos periodistas, formar¨¢n parte de los espa?oles que pisotean al ef¨ªmero encumbrado; otros, con edad de ser educados (y la educaci¨®n llega por todas las v¨ªas sociales), est¨¢n condenados a seguir recibiendo el mismo mensaje una y otra vez: ni?o, s¨®lo importa ganar y ganar, ¨²nicamente debes satisfacer el hambre de la mezquindad; si pierdes, aunque hayas obtenido grandes logros, ser¨¢s para siempre un paria. ?Y as¨ª nos luce el pelo como sociedad!
Hartos del mensaje
Guillermo Jos¨¦ Ortiz. (Correo electr¨®nico)
Soy lector de El Pa¨ªs Semanal desde hace m¨¢s de 20 a?os y la columna que publica Javier Mar¨ªas es, sin duda, la que leo con m¨¢s inter¨¦s y satisfacci¨®n. Suelo estar de acuerdo con la mayor¨ªa de sus art¨ªculos. Sin embargo, cuando toca temas relacionados con el f¨²tbol discrepo notablemente con ¨¦l.
En su art¨ªculo Esa tendencia abominable (29-6-2014) lamenta la cr¨ªtica despiadada contra Del Bosque y el plantel de jugadores de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol. Interpreto que achaca esa despiadada cr¨ªtica a la tendencia que existe en nuestro pa¨ªs por la sa?a, la revancha y el escarnio. Yo, en cambio, creo que mucha gente se ha cebado con la selecci¨®n espa?ola porque est¨¢ harta del mensaje que llevan transmitiendo todos los medios (sin excepci¨®n) desde que se consigui¨® la primera Eurocopa. Un mensaje vergonzoso, irrespetuoso y chulesco que ¨²nicamente da como v¨¢lido el estilo de juego de la selecci¨®n espa?ola, y que ha llevado a los periodistas deportivos no s¨®lo a minusvalorar y a criticar al resto de equipos que utilizan un estilo de juego diferente al nuestro, sino a burlarse de ellos, a menospreciarlos y a ridiculizarlos.
Antrop¨®fagos de triunfos
JANETH JARAMILLO. (Colombia)
Qu¨¦ maravilla de art¨ªculo de Javier Mar¨ªas acabo de leer en El Pa¨ªs Semanal (29-6-2014). No soy espa?ola, pero tengo grandes afectos en ese pa¨ªs y hay cosas que me han enamorado en estos ¨²ltimos 10 a?os, como el f¨²tbol de su selecci¨®n, guiada primero por Luis Aragon¨¦s y despu¨¦s por Vicente del Bosque. Igualmente soy hincha y seguidora fiel e incansable de Rafa Nadal y su maravilloso juego, su empuje, ¡°ser humano espectacular¡±.
Ahora lo leo a usted y veo cu¨¢nta raz¨®n tiene. Parecemos antrop¨®fagos de triunfos ajenos, y lo que hacen nuestros deportistas nunca nos alcanza para saciar el hambre de lo que nunca fuimos o no podremos ser. Nunca es suficiente, y aun en la ¨²ltima bocanada de aire que toman antes de terminar ya estamos esperando que nos digan que van a ganar el siguiente y el siguiente.
Mil felicitaciones por ese maravilloso art¨ªculo, ojal¨¢ muchos lo hayan le¨ªdo y espero que a alguno de ellos estas palabras le hayan calado y lo hayan hecho reflexionar.
Existencia justificada
Gloria espinilla.(Correo electr¨®nico)
Dice Javier Mar¨ªas en su art¨ªculo del 29-6-2014: ¡°Hay cosas tan dif¨ªciles y admirables que bastan para justificar una existencia, y nada puede anularlas¡±. Eso son sus art¨ªculos. ?Qu¨¦ necesarias son sus reflexiones! A m¨ª por lo menos me ayudan a conocerme mejor y a reflexionar sobre nuestra realidad como pa¨ªs. Siga as¨ª, muchos estaremos siempre agradecidos, esperando que vayamos aprendiendo a ser menos est¨²pidos, deshonestos, perezosos y desagradecidos. Gracias.
Esos imb¨¦ciles
Daniel Fuentes Morales. (Correo electr¨®nico)
He podido leer su art¨ªculo titulado Esa tendencia abominable. En primer lugar he de confesar que me maravilla la alegr¨ªa con que cataloga de ¡°imb¨¦ciles¡± y ¡°cretinos¡± a aficionados y periodistas que se interesan por la pr¨®xima gesta a conseguir ante un deportista reci¨¦n coronado. Estaba m¨¢s acostumbrado a aquello de que el p¨²blico es soberano, ya que es quien paga al deportista (directamente o a trav¨¦s de un club, o de las ganancias proyectadas por sus esp¨®nsores). Pero qu¨¦ m¨¢s da. Eso no son m¨¢s que frases vac¨ªas y es bueno superarlas y llamar a las cosas por su nombre. El aficionado no es m¨¢s que un monigote y no tiene derecho a pensar en la pr¨®xima gesta deportiva. Debe disfrutar de la actual quiera o no. ?Qu¨¦ sabr¨¢n ellos!
Y es que resulta que ahora precisamente ¡°hay la abominable tendencia a considerar que s¨®lo cuenta el presente¡±. Y me pregunto: ?cu¨¢ndo no ha sido esto as¨ª? Porque la mayor¨ªa de los mortales, desgraciadamente, estamos m¨¢s en lo segundo que en lo primero.
No es a nuestra espa?olidad a la que debemos el estado de ¨¢nimo actual hacia la selecci¨®n, sino a nuestra humanidad. El orgullo herido no es algo que derive del subconjunto, sino que viene de nuestra condici¨®n primera.
Pero al menos en este punto es coherente con su argumentaci¨®n, ya que juzga a los hinchas por su actitud presente. Todos, o al menos aquellos con un m¨ªnimo de vista, sabemos que esta generaci¨®n de futbolistas ser¨¢ recordada como una generaci¨®n de oro en pocos a?os. Se han hecho acreedores a ello. Pero no es menos cierto que en el f¨²tbol, como en la vida, y en Espa?a como en cualquier otro lugar del mundo, se vive del d¨ªa a d¨ªa. El d¨ªa de hoy de la selecci¨®n espa?ola es el que es. Y quien de esa selecci¨®n no se sienta preparado para afrontar las cr¨ªticas de hoy, sencillamente no merece los elogios de ma?ana. No es el tiempo quien pone las gestas y a sus realizadores en el lugar que les corresponde, sino la gente. Los aficionados. Esos ¡°imb¨¦ciles¡±.
Diagn¨®stico
Juan D¨ªez Medrano. (Universidad Carlos III de Madrid)
Estimado se?or Mar¨ªas, gracias por su art¨ªculo sobre la selecci¨®n espa?ola y en general por plasmar en una prosa envidiable su acertada visi¨®n de la realidad espa?ola. Es un placer leerle semana tras semana. No s¨¦ si cambia la visi¨®n de las cosas de algunos, pero al menos permite que personas como yo sintamos que no estamos solos en nuestro diagn¨®stico de los problemas de esta ¡°sociedad¡± (hay veces que no estoy ni siquiera seguro de que el t¨¦rmino sea apropiado) para caracterizar a Espa?a P
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