Abdicar la corona con correcci¨®n
La Constituci¨®n espa?ola de 1812 incluy¨® cinco veces esa f¨®rmula
El verbo ¡°abdicar¡± se ha conjugado poco en su sentido constitucional. Escasas personas tienen la capacidad de ponerlo en pr¨¢ctica, y adem¨¢s eso no sucede cada d¨ªa. As¨ª que no sorprende que uno de sus usos les haya parecido incorrecto a muchos espa?oles. No hay costumbre de o¨ªrlo.
El lenguaje oficial de las ¨²ltimas semanas nos inform¨® de que el rey Juan Carlos hab¨ªa decidido ¡°abdicar la corona¡±, f¨®rmula empleada tambi¨¦n por el propio monarca saliente en su discurso de renuncia.
El Diccionario de la Academia define de este modo la primera acepci¨®n de ¡°abdicar¡±: ¡°Dicho de un rey o de un pr¨ªncipe: Ceder su soberan¨ªa o renunciar a ella¡±.
Habr¨¢ quien cuestione el valor actual de la palabra ¡°soberan¨ªa¡± en esa definici¨®n, pues reyes y pr¨ªncipes existen a los que no se considera ¡°soberanos¡± porque la soberan¨ªa reside en sus pueblos y no en ellos. Pero entendemos lo que se quiere decir.
Por supuesto, la Academia recoge adem¨¢s el uso figurado de ese primer sentido, y ampara tambi¨¦n que abdiquemos de posesiones inmateriales como ventajas, opiniones o derechos.
La extra?eza de muchos y la cr¨ªtica abierta de otros ante la aplicaci¨®n pr¨¢ctica de ¡°abdicar¡± no se ha dirigido a esos empleos metaf¨®ricos, muy usuales, sino al institucional. Sin embargo, esta construcci¨®n de ¡°abdicar la corona¡± viene de lejos.
Habr¨¢ quien cuestione
El Diccionario de autoridades (1726), la primera obra de la Real Academia, se?alaba en la entrada ¡°abdicar¡±: ¡°Quitar o revocar la acci¨®n o facultad a otro concedida¡±. Ah¨ª ya se deduce el uso transitivo (un complemento directo recibe la acci¨®n verbal): se abdica la facultad que alguien tiene. Y lo ratifica el ejemplo que toma de una de las actas de Cortes del Reino de Arag¨®n (correspondiente a 1624), en la cual leemos que se abdicaba a sus diputados la facultad de gastar m¨¢s de lo presupuestado.
La siguiente edici¨®n acad¨¦mica, de 1770, actualizar¨ªa la entrada ¡°abdicar¡± con este tenor: ¡°Dexar o renunciar enteramente. D¨ªcese solo hablando de las Dignidades soberanas, como la Corona, el Imperio. Es voz modernamente introducida con esta significaci¨®n¡±. Pero la Academia manten¨ªa a rengl¨®n seguido las acepciones m¨¢s antiguas, marcadas como propias del lenguaje forense (de los fueros): ¡°Renunciar de su propia voluntad el dominio, propiedad o derecho de alguna cosa¡±. "Anular, revocar la acci¨®n, o facultad concedida a otro¡± (en este caso, se?alada como propia del fuero de Arag¨®n). Aquellos usos legales se ir¨ªan consolidando, y as¨ª llegaron a nuestros d¨ªas. Por eso el Diccionario marca el verbo como transitivo, y lo ratifica el Diccionario panhisp¨¢nico de dudas, que acoge tres empleos de ¡°abdicar¡±: los formados con las preposiciones ¡°en¡± (abdica en su hijo) y ¡°de¡± (abdica de su empe?o), as¨ª como el empleo sin preposici¨®n por tratarse de una oraci¨®n de complemento directo de objeto inanimado: ¡°Don Juan abdic¨® la corona¡±.
En ese camino, la Constituci¨®n de 1812 aprobada por las Cortes de C¨¢diz (conocida como La Pepa, por haber nacido el 19 de marzo) incluy¨® cinco veces esta construcci¨®n. Por ejemplo, cuando se?ala que el Rey ha de pedir consentimiento a los diputados para contraer matrimonio. ¡°Si no lo hiciere¡±, a?ade, ¡°enti¨¦ndase que abdica la Corona¡±. O cuando establece que el monarca no puede ausentarse del Reino sin permiso de las Cortes y que si incumple ese precepto ¡°se entiende que ha abdicado la Corona¡±.
Frente a los cinco usos del verbo ¡°abdicar¡± en la Constituci¨®n de 1812, la Ley Fundamental vigente hoy en d¨ªa s¨®lo incluye una vez esa idea (y no con el verbo, sino mediante un sustantivo): el art¨ªculo 57.2 se?ala que ¡°las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesi¨®n a la Corona se resolver¨¢n por una ley org¨¢nica¡±.
Por tanto, las f¨®rmulas empleadas en las disposiciones y discursos de estas semanas cuentan con una larga tradici¨®n jur¨ªdica y un uso hist¨®rico, aunque con raz¨®n resulten extra?as en el lenguaje actual.
Don Juan Carlos abdic¨® la Corona, pero no del uso correcto del espa?ol.
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