Fiscalizar la pol¨ªtica
Se necesitan controles eficaces para garantizar la limpieza de la competici¨®n electoral de 2015
Por lento e ineficiente que se haya mostrado a veces el Tribunal de Cuentas, no debe pasarse por alto su ¨²ltimo toque de atenci¨®n sobre la fiscalizaci¨®n de los partidos pol¨ªticos. Si una serie de formaciones se encuentran sin recursos o en una situaci¨®n similar a la quiebra t¨¦cnica, en v¨ªsperas de un a?o cuajado de citas con las urnas, cabe preguntarse c¨®mo van a abordar las elecciones municipales, auton¨®micas y generales de 2015 sin caer en la tentaci¨®n de incurrir en financiaciones dudosas. Garantizar la limpieza de los comicios es lo m¨ªnimo que puede exigirse a los partidos pol¨ªticos, despu¨¦s de las reiteradas encuestas del CIS que les sit¨²an en los primeros puestos de la preocupaci¨®n ciudadana.
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Las subvenciones fluyen regularmente hacia las organizaciones, los grupos parlamentarios, las fundaciones; pero todo se agrava con la puesta en marcha de las enormes y costosas maquinarias de propaganda inherentes a los comicios. Presionado por el caso B¨¢rcenas, el Gobierno de Rajoy elabor¨® nuevas normas de financiaci¨®n de los partidos, que se encuentran ahora en el Parlamento. Sin embargo, el problema abordado en ellas se centra en fijar l¨ªmites a la financiaci¨®n privada, en vez de reforzar los controles destinados a asegurar el cumplimiento de las leyes.
Es interesante saber que el Tribunal de Cuentas ha abierto expediente a Izquierda Unida por no respetar la ley de financiaci¨®n, pero las irregularidades denunciadas por la fiscal¨ªa contra 13 partidos (PP y PSOE entre ellos) y 25 fundaciones resulta que han prescrito. Es decir, ha habido muchas irregularidades, aunque el paso del tiempo les exime de responder por ellas. Con tales antecedentes, m¨¢s las cajas b descubiertas en ciertos casos, la ciudadan¨ªa no tiene motivos para recuperar la confianza en que el dinero que sale de sus bolsillos hacia los partidos pol¨ªticos est¨¢ correctamente administrado.
En los ¨²ltimos a?os se ha recortado el monto de la subvenci¨®n p¨²blica a los partidos. Y en el supuesto de que salga adelante la reforma que se encuentra en tr¨¢mite parlamentario, tambi¨¦n ver¨¢n reducidas las v¨ªas de la financiaci¨®n privada y quedar¨¢ prohibida la condonaci¨®n de deudas bancarias. De forma que los partidos tienen que reducir sus gastos y aceptar controles m¨¢s serios.
Con el tr¨¢mite parlamentario abierto, hay oportunidad de discutir y acordar reglas de juego m¨¢s respetables que las existentes. Lo que no puede hacerse es abordar otro a?o electoral en la oscuridad financiera y bajo el control exclusivo del Tribunal de Cuentas, institucionalmente tributario de los principales partidos pol¨ªticos. Antes de los pistoletazos para las carreras electorales de 2015 deber¨ªan discutirse las reglas del juego de la financiaci¨®n de la pol¨ªtica y de su control, sin dar facilidades para que nuevos esc¨¢ndalos a?adan motivos de descr¨¦dito del sistema de partidos.
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