Reforma incompleta

Uno de los factores que explican la rigidez de la econom¨ªa espa?ola es la gremializaci¨®n de algunas profesiones, manifiesta en los poderes de los colegios profesionales y en las limitaciones que son capaces de imponer, normativamente o de hecho. La liberalizaci¨®n profesional es una de las condiciones de la liberalizaci¨®n de los mercados y parece que el Gobierno est¨¢ dispuesto a dar un paso m¨¢s. Tiene dispuesto un anteproyecto de Ley en el cual se adoptan algunas decisiones rupturistas ¡ªno todas las necesarias¡ª cuya mera posibilidad est¨¢ causando ya un intenso rechazo en los colegios afectados.

En l¨ªneas generales, la intenci¨®n del Gobierno plasmada en el anteproyecto es suprimir la colegiaci¨®n obligatoria en algunas profesiones o segmentos (abogados de empresas, publicistas), rebajar las cuotas de colegiaci¨®n, suprimir las tasas de ingreso, determinar la obligaci¨®n de colegiarse por una norma estatal y romper de una vez por todas con la f¨¦rrea obligaci¨®n de que un profesional se colegie all¨ª donde trabaja. Es una limitaci¨®n contradictoria con la movilidad geogr¨¢fica y que no es compatible con la libre circulaci¨®n de personas ni con la unidad de mercado. Todas las iniciativas mencionadas son defendibles y deseables, aunque es obligado observar c¨®mo se desarrolla la tramitaci¨®n del anteproyecto para ofrecer un an¨¢lisis final.

Las objeciones corporativas tienen un peso argumental limitado. Los colegios profesionales tienen una tarea institucional que consiste en salvaguardar la calidad del desempe?o profesional de sus colegiados. Pero esa funci¨®n no implica obstaculizar la libre operaci¨®n de los titulados que no est¨¦n colegiados o la formaci¨®n de ¨¦lites profesionales cerradas. La reducci¨®n de cuotas y tasas est¨¢ orientada en esa direcci¨®n. Si se concreta la moderada voluntad liberalizadora, los colegios perder¨¢n ingresos y cierta capacidad de influencia; pero contribuir¨¢ a aumentar la actividad profesional y podr¨¢n recuperar por la v¨ªa del n¨²mero lo que dejen de percibir por la cuant¨ªa de las cuotas.

De lo que se conoce hasta ahora del anteproyecto llaman la atenci¨®n dos ausencias y un punto no resuelto en la liberalizaci¨®n que se intuye: las farmacias y los abogados (en cuanto que puedan desempe?ar la tarea de procurador), y la relaci¨®n conflictiva entre arquitectos e ingenieros. Al parecer, son asuntos que el Gobierno no se siente con fuerzas de afrontar. Por tanto, la reforma liberalizadora es incompleta.