La bici, hecha obra de arte
El dise?ador Lorenzo Martone trae a Las Rozas Village de Madrid los veloc¨ªpedos que ha vendido a las elites de todo el mundo
La bicicleta que Lorenzo Martone utilizaba era suiza, repart¨ªa m¨¢s de 30 a?os entre sus ruedas y estaba algo oxidada. ¡°La adoraba¡±, recuerda hoy este consultor de moda de 34 a?os. Para evitar robos, cada d¨ªa se sub¨ªa su veh¨ªculo al apartamento que alquila en el Village neoyorquino. ¡°Como estaba en medio de mi casa no dejaba de mirarla y me di cuenta de que, aunque era un elemento muy ¨²til en mi vida, le faltaba un sentido est¨¦tico contempor¨¢neo¡±, contin¨²a. As¨ª que decidi¨® dise?ar su propia bici. ¡°Todo el mundo se quedaba fascinado con ella¡±, se relame. La cosa, efectivamente, fue a m¨¢s: los amigos empezaron a pedirle que les ideara sus propios veh¨ªculos de dise?o y con dos ruedas para ellos. Y luego amigos de amigos. No lo dud¨®: dej¨® de lado su trabajo, viaj¨® a Taiwan en busca de proveedores y fund¨® su propio sello: Martone Cycling Co. ¡°Un puente entre la moda y el universo de las bicicletas¡±, anuncia hoy, hecho oficialmente un dise?ador de bicicletas.
Mi empresa es un puente entre la moda y el universo de las bicicletas; y mis bicis son una escultura con varias utilidades Lorenzo Martone, dise?ador
De hecho, sus obras son f¨¢cilmente reconocibles. Tienen colores como azul el¨¦ctrico, dorado o rosa, y todas con la cadena de color rojo ¨Cemblema de la casa, probablemente un gui?o a la suela colorada de los zapatos de Louboutin¨C, andan a caballo entre lo ¨²til y lo ic¨®nico. A ¨¦l, padre orgulloso, gusta definirlas con ese relativo toque de exageraci¨®n: como un placer est¨¦tico, ¡°una escultura con varias utilidades¡±. Pero cuida con celo similar el aspecto ¨²til de la creaci¨®n. T¨¦cnicamente hablando, sus veh¨ªculos son urbanos, con ruedas h¨ªbridas, ligeros, con dos cambios autom¨¢ticos y made in Taiwan. ¡°El 95% de los productores compra en China porque tienen mejores precios lo que les ofrece mayor margen de beneficios. Yo prefiero la calidad¡±, aduce.
?Ha creado una bicicleta para modernos? Aqu¨ª este hombre, anteriormente conocido por haber sido el prometido de Marc Jacobs hasta que la pareja se separ¨® en 2010, se pone firme (demostrando que Lorenzo Martone no pierde la sonrisa al ponerse firme). ¡°Los hipsters han indentificado la bici como algo propio y buscan una especial, cool, diferente y que muestre su personalidad, pero no son el ¨²nico p¨²blico objetivo¡±, zanja.
Present¨® su primera colecci¨®n de veloc¨ªpedos en Par¨ªs, en 2013; m¨¢s espec¨ªficamente en Colette, una boutique de varias plantas en la elegante rue Saint-Honor¨¦ que dise?¨® el arquitecto Masamichi Katayama. Ese toque era una declaraci¨®n de intenciones. ¡°En algunos aspectos, la bicicleta tambi¨¦n es un accesorio. Tiene que adaptarse a ti, a tu ritmo de vida y a tu estilo¡±. Las vidas a cuyo ritmo se adaptar¨¢n sus creaciones son pocas: Martone solo hace unas mil bicis al a?o. Est¨¢n numeradas y se venden en pocos lugares: en Nueva York, donde vive; en la capital francesa, donde las present¨®; en su ciudad natal, donde llevo sus creaciones el a?o pasado. Ese toque elitista y limitado ha llevado sus bicis a las p¨¢ginas de Vogue. E incluso ha convencido al gur¨² de las gafas de sol, Karl Lagerfeld, que dicen que se compr¨® una. "Dos: una roja y otra plateada", apunta el forjador: "Pedale¨® en una de ellas durante el desfile de Chanel en la ¨²ltima semana de la moda".
Y ahora, las bicicletas de Martone llegan a Madrid. ¡°La idea de traerlas me pareci¨® maravillosa¡±, anuncia, enmarcado en el centro comercial Las Rozas Village, en las afueras de la capital, . Durante todo el verano, todos los centros europeos del grupo Chic Outlet Shopping (en Espa?a, adem¨¢s del de Madrid, La Roca de Barcelona) exhiben esculturas inspiradas en el trabajo de Martone y ofrecen la oportunidad de adquirir uno de sus veloc¨ªpedos. A este lado del Atl¨¢ntico cuestan alrededor de los 1.100 euros. Martone no cree que el precio pueda desincentivar a sus potenciales clientes: ¡°Es cierto que no hago las bicicletas m¨¢s baratas", vuelve a sonre¨ªr. "Pero sin duda, las m¨¢s bonitas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.