En defensa del di¨¢logo
Es la hora de hablar, no de llamar a la movilizaci¨®n
Un grupo de intelectuales, profesionales y expol¨ªticos llaman a la movilizaci¨®n en contra de toda cesi¨®n a las presiones del nacionalismo catal¨¢n y en defensa de ¡°la comunidad de libres e iguales¡±. El principal valor de esta iniciativa es el de dejar claro que la cuesti¨®n trasciende a la sociedad y preocupa a los ciudadanos. Sin embargo, no se entiende qu¨¦ soluciones aportan expresiones que parecen inspiradas en la depresi¨®n noventayochista ¡ª¡°Espa?a es hoy una naci¨®n adormecida en cuyas ¨¦lites prevalecen el tacticismo y la resignaci¨®n¡±¡ª ni el tono de denuncia de ¡°maniobras opacas para ofrecer nuevos privilegios al nacionalismo a costa de la soberan¨ªa de los espa?oles¡±, sin explicar en qu¨¦ se basa esa presunci¨®n.
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Sugerir l¨ªneas rojas a la pol¨ªtica es f¨¢cil. Discutir fr¨ªa y racionalmente, mucho m¨¢s dif¨ªcil. No es de raz¨®n hurtar un problema pol¨ªtico a la discusi¨®n y a la negociaci¨®n, desde luego dentro del marco constitucional.
Lo que s¨ª cuenta con un consenso muy amplio es el rechazo de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n que no cabe en la Constituci¨®n. Este es un pa¨ªs serio y plenamente europeo, en el que las pretensiones coyunturales de un grupo social no pueden bastar para acabar de un plumazo con varios siglos de convivencia y poner en peligro el futuro de los habitantes de Catalu?a y los del resto de Espa?a, en beneficio de horizontes mucho m¨¢s que inciertos.
La inflexibilidad de los planteamientos de nacionalistas e independentistas catalanes podr¨ªa despertar algunos resortes del nacionalismo espa?ol. Pero esto no se resuelve con un choque de nacionalismos, sino con un di¨¢logo que permita un acuerdo de amplio consenso. Hay que buscar soluciones al problema planteado, y por eso creemos firmemente en la conversaci¨®n como m¨¦todo civilizado de soluci¨®n de conflictos; naturalmente, siempre dentro de la ley.
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