Recuerdos de cien d¨ªas de horror
Un documental muestra el proceso de reconciliaci¨®n en Ruanda 20 a?os despu¨¦s de la guerra
Oficialmente, hoy no hay hutus ni tutsis en Ruanda. Es un tab¨². Un proceso complejo de reconciliaci¨®n trata de llevar al pa¨ªs a la paz definitiva. ?Es posible despu¨¦s de un genocidio? ?Con supervivientes que fueron obligados a beber la sangre de su madre o a comerse sus genitales? ?Con el recuerdo de monta?as de cad¨¢veres en iglesias o colegios?
Entre 1990 y 1994 el pa¨ªs padeci¨® una de las guerras civiles m¨¢s cruentas que recuerda el siglo XX. Tutsis y hutus ¡ªlos dos pueblos mayoritarios que habitan el pa¨ªs¡ª se enfrentaron sin medida ante la pasividad de la comunidad internacional. Los 100 ¨²ltimos d¨ªas de conflicto se alcanz¨® el culmen del horror: los hutus llevaron a cabo un genocidio contra los tutsis. M¨¢s de 800.000 personas fueron asesinadas (de media, m¨¢s de 330 muertos por hora), la mayor¨ªa a golpe de machete. La pesadilla termin¨® tal d¨ªa como hoy hace veinte a?os, cuando el 15 de julio de 1994 el Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s de los tutsis (FPR) tom¨® el control definitivo sobre Kigali, la capital. El mundo descubri¨® entonces lo que hab¨ªa sucedido. Los supervivientes, familiares y verdugos, tomaron la palabra.
El documental Ruanda 100 d¨ªas de horror, de Alfons Rodr¨ªguez y Nacho Carretero lo recuerda a trav¨¦s de testimonios de supervivientes. Y llega a una conclusi¨®n. La reconciliaci¨®n es casi imposible. ¡°La realidad es que hoy los tutsis copan todos los puestos de control de Ruanda y someten a los otrora represores hutus a una absoluta opresi¨®n. El ciclo hutu-tutsi sigue su curso, dos pueblos enfrentados en una misma naci¨®n¡±, concluyen los autores en este trabajo. ¡°Nadie habla. Nadie conf¨ªa en nadie¡±, explica uno de los protagonistas.
Es una pieza audiovisual que mezcla imagen en movimiento, fotograf¨ªa y la m¨²sica de Jos¨¦ Bautista que acompa?a a un relato escalofriante de 15 minutos en el que hablan personas como Euginie Nyira Kimuzanye, que tiene la cabeza marcada por un machetazo que no lleg¨® a matarla. O Joseph Buigirio, que narra c¨®mo sobrevivi¨® escondido bajo un banco a una matanza de 2.500 personas en una iglesia.
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