Una nueva nariz para Hermes
En diciembre se anunci¨® que Christine Nagel ser¨¢ la responsable de la divisi¨®n de perfumes cuando Jean Claude Ellena se retire
Al despertarse, a Christine Nagel (Ginebra, 1959) tan solo le hace falta incorporarse ligeramente para disfrutar del majestuoso horizonte. En un d¨ªa claro, desde la ventana de su improvisado cuarto se pueden ver los tejados rojos de las casitas de Grasse, en la Riviera Francesa. Al fondo se despliega la bulliciosa Niza, y un poco m¨¢s all¨¢, el mar Mediterr¨¢neo. Esta ma?ana de primavera, Nagel se levanta, se viste y desciende las escaleras hacia la planta baja. Por primera vez se convertir¨¢ en la anfitriona de esta casa. Hace pocos meses era una intrusa.
La vivienda en la que se encuentra, y en la que a media ma?ana recibir¨¢, por primera vez desde que entr¨® a trabajar en la maison Herm¨¨s, a un grupo de periodistas, es un edificio acristalado de dos plantas en el pueblo de Cabris. Jean Claude Ellena (Grasse, 1947) eligi¨® este inmueble como lugar de trabajo cuando lo nombraron perfumista exclusivo de Herm¨¨s en 2004. ?l vive en Grasse, a pocos minutos en coche. La finca es grande, tranquila, y tiene un jard¨ªn en el que crecen infinitas variedades de iris. Hay, incluso, uno naranja que han bautizado Herm¨¨s, en referencia al color caracter¨ªstico del logotipo de la firma.
Desde el pasado mes de marzo, el veterano perfumista comparte mesa de trabajo con Nagel, que viaja un par de d¨ªas por semana desde Par¨ªs y se ha habilitado un dormitorio para hacer noche cuando se extiende la jornada laboral. Ella es, por decisi¨®n del propio Ellena, quien heredar¨¢ su cargo. Lo har¨¢ cuando ambos consideren que est¨¢ preparada. En ese momento pasar¨¢ a convertirse en la primera mujer al frente de una casa de perfumes.
Las bases olfativas de Herm¨¨s ya est¨¢n establecidas. En el decenio que Ellena lleva en la firma ha conseguido quintuplicar las ventas ¨Csolo en 2013 el departamento de perfumes creci¨® un 13,9%¨C y organizar un universo arom¨¢tico propio. A las ocho fragancias que se hab¨ªan desarrollado desde 1951 hasta su llegada las ha denominado ¡°cl¨¢sicos¡± (Cal¨¨che, Equipage, Amazone, Bel Ami¡). En esa categor¨ªa no entra Eau d¡¯Orange Verte, creada en 1979 por Fran?oise Caron, que tiene su propia l¨ªnea geneal¨®gica en forma de aguas de colonia. Finalmente, en 2004, inaugur¨® la colecci¨®n Hermessence, de venta exclusiva en las tiendas de la casa. ¡°Los empleados no estaban tan orgullosos de sus perfumes como de los bolsos y sus otros productos, porque se vend¨ªan fuera de la tienda. No los ve¨ªan como suyos. As¨ª que cre¨¦ algo solo para las boutiques¡±, explica el creador. El primer a?o se distribuyeron en 20 puntos de venta. No estaban nada seguros de que fuera a funcionar. El segundo llegaron a 45. Ahora se pueden encontrar en cualquier tienda propia del mundo. Ese savoir-faire, la capacidad de crear, organizar y alimentar diferentes l¨ªneas de trabajo, es lo que toca transmitir.
¡°Te voy a ense?ar a ser libre¡±, le dijo Jean Claude Ellena a Christine Nagel el d¨ªa en que puso por primera vez sus pies en la casa de Cabris. En un d¨ªa normal de trabajo, la pareja se sienta en la misma mesa, uno enfrente del otro. Con sus port¨¢tiles y decenas de abanicos de secantes (esos papeles con los que se roc¨ªan las muestras de fragancias en las perfumer¨ªas) en los que exhiben los esqueletos de posibles perfumes. Como en cualquier otro oficio creativo, comparten impresiones, reflexionan, modifican sus formulaciones, retoman proyectos estancados, eligen aromas y descartan otros¡ Mientras la mayor¨ªa de sus colegas manejan una paleta arom¨¢tica de 1.000 ingredientes, la suya consta solo de 200. Es un reto para la reci¨¦n llegada. ¡°Es igual que si quieres ser pintor y te compras un gran muestrario de colores. A nosotros eso nos parece de principiante. Cuando sabes del asunto, solo necesitas los colores primarios, porque tienes la maestr¨ªa para mezclarlos¡±, resume el perfumista.
Celoso de su trabajo, Jean Claude Ellena blind¨® su libertad creativa en 2004, nada m¨¢s aterrizar en la casa. Pod¨ªa elaborar los tres perfumes por a?o que le ped¨ªan por contrato, pero no quer¨ªa saber nada de los equipos de marketing. Sus creaciones se debatir¨ªan entre el presidente de la divisi¨®n de perfumes y ¨¦l. Bajo su tutela, dijo, Herm¨¨s no se convertir¨ªa en una compa?¨ªa m¨¢s que lucha por sobrevivir en los estantes de la perfumer¨ªa con una retah¨ªla de aromas sin personalidad. Sus decisiones han sido avaladas por los Dumas, herederos directos del fundador de la casa, Thierry Herm¨¨s. Seg¨²n el ¨²ltimo informe anual de la compa?¨ªa, el grupo familiar posee el 62,95% de las acciones y ocupa puestos claves. Primero trabaj¨® de la mano de Jean Louis Dumas, y tras la retirada de ¨¦ste en 2006, con su hijo Pierre-Alexis. En este tiempo Ellena ha hecho y deshecho lo que ha querido. Tambi¨¦n para elegir sucesor. ¡°Es brillante y es guap¨ªsima¡±, sentencia sobre Christine Nagel. Con esto, para ¨¦l, basta.
Aunque el perfumista ya hab¨ªa pasado de los 50 cuando estren¨® el cargo, ¨¦ste es el trabajo de su vida. Su gran obra. Jean Claude Ellena es Herm¨¨s Parfums. Quiz¨¢ por eso desde la compa?¨ªa le vuelven a permitir, una vez m¨¢s, que marque los ritmos y tome todas las decisiones relevantes que quiera. Por ahora siempre han sido certeras.
En 2003 la situaci¨®n era otra. Ellena trabajaba en Symrise, una compa?¨ªa que desarrolla fragancias para varias marcas de lujo. Nagel creaba Narciso Rodriguez For Her. Y el gigante Herm¨¨s, que ten¨ªa una brillante y equilibrada colecci¨®n de perfumes, miraba sudoroso y de reojo c¨®mo las ventas de sus rivales directos eran hasta diez veces mayores. En Chanel, sin ir m¨¢s lejos, ten¨ªan a Jacques Polge como creador exclusivo, y las ventas de Coco Mademoiselle y Allure hab¨ªan ido francamente bien. No sab¨ªan qu¨¦ hacer.
La respuesta le lleg¨® a Jean Louis Dumas, por entonces presidente del consejo de administraci¨®n, durante la presentaci¨®n de la fragancia Un Jardin en M¨¦diterran¨¦e. Ese d¨ªa conoci¨® al responsable de la misma, Jean Claude Ellena, y se qued¨® prendado de su visi¨®n s¨®lida y minimalista de la perfumer¨ªa. Es capaz de ¡°escribir aromas¡± con tan solo treinta ingredientes, cuando muchas fragancias del mercado contienen m¨¢s de cien. Hay quien compara su trabajo con un haiku. ¡°Su aproximaci¨®n a la perfumer¨ªa es similar a la de la escuela Bauhaus en arquitectura: aromas limpios elaborados a partir de f¨®rmulas qu¨ªmicas aparentemente simples¡±, dec¨ªa de ¨¦l en 2005 Chandler Burr, cr¨ªtico de fragancias de The New York Times.
Christine Nagel escucha en silencio c¨®mo el perfumista rememora, en ingl¨¦s, su llegada a la firma. Es c¨¢lida en el trato, pero no se siente demasiado c¨®moda con el idioma extranjero y prefiere ceder la palabra. En un momento de la narraci¨®n, cuando ¨¦l explica c¨®mo puso distancia con las estrategias de marketing, grita emocionada: ¡°Thank you!¡±. Le ha tocado la fibra sensible. Nunca, en sus m¨¢s de veinte a?os de oficio, se le ha permitido desarrollar una fragancia para una marca sin un completo briefing (las instrucciones, en el argot de la industria) que seguir al dedillo.
Ella viste camisa azul, americana azul marino y pantalones vaqueros. ?l, chinos color caqui y una camisa blanca de algod¨®n que ha convertido en su uniforme. Durante la entrevista, descansan c¨®modamente sentados en el sof¨¢ blanco del estudio de Cabris. La complicidad entre ellos es evidente. Hay un magnetismo especial y da la impresi¨®n de que llevan juntos toda la vida, aunque solo hace un par de meses que trabajan codo a codo. Herm¨¨s dio a conocer la noticia el ?pasado diciembre. En el comunicado oficial se explicaba que iba a comenzar un ¡°proceso de transmisi¨®n¡± de la singularidad de Herm¨¨s Parfums con el fin de preparar una ¡°sucesi¨®n serena¡±.
Jean Claude Ellena habla lento, pero contundente. Da la impresi¨®n de que por primera vez expresa en voz alta un discurso que tiene m¨¢s que ensayado. ¡°Me estoy haciendo viejo y en mi mente no quiero llegar a un punto en el que diga ¡®ya basta¡¯ y tenga que parar. La transmisi¨®n del legado tiene que ser mientras est¨¦ activo, as¨ª que habl¨¦ con el se?or Dumas y le dije que para el futuro estar¨ªa muy bien tener a alguien que pudiera seguir mis pasos, o hacer el trabajo despu¨¦s de m¨ª. Les expliqu¨¦ que no se preocuparan, que no me voy todav¨ªa. Pero quiero hacerlo con calma¡±. Por primera vez, el coqueto y elegante Jean Claude Ellena asume el paso del tiempo. Un factor que para el centenario Herm¨¨s no existe.
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