¡°La gente dice que todo va a ir bien; pero sabes que no tienen esa certeza¡±
Salir de casa en Gaza es jugarse la vida y quedarse en ella tampoco es seguro. La poblaci¨®n civil est¨¢ pagando un alto precio
La gente no para de preguntarme cu¨¢l es la situaci¨®n en Gaza ahora mismo, y yo no s¨¦ por d¨®nde empezar a describirla. Aterradora. Peligrosa. Confusa. Son tantas emociones...
Hay ataques a¨¦reos por todas partes y a todas horas. De d¨ªa y de noche. La noche es lo m¨¢s duro. Los bombardeos se intensifican y puedes sentir c¨®mo se acercan m¨¢s y m¨¢s. Estoy cansada, pero me esfuerzo por no quedarme dormida. Las explosiones dan a¨²n m¨¢s miedo si te despiertan. Prefiero la vigilia.
Estamos en el mes de ramad¨¢n, el mes sagrado, y deber¨ªamos estar celebr¨¢ndolo. El iftar, la comida con la que al anochecer rompemos el ayuno, es una importante celebraci¨®n familiar. Normalmente, las familias de mis hermanos y hermanas se unen a nosotros o, en otras ocasiones, lo celebro con mis amigos en la playa. Este a?o, sin embargo, hemos pasado el iftar solos, con el sonido de las explosiones y las ambulancias de fondo, y llamando por tel¨¦fono a nuestros familiares para comprobar que estaban bien. Mi sobrina de nueve a?os, Arwa (como yo), me llama todos los d¨ªas a primera hora para que le asegure que todo va a ir bien. La gente dice que lo har¨¢, que todo ir¨¢ bien, pero sabes que no tienen esa certeza. Cada d¨ªa llamo por tel¨¦fono a mis amigos, aterrada por recibir malas noticias.
Durante el d¨ªa intentamos trabajar, al menos tanto como las medidas de seguridad lo permiten. Hoy, desde Oxfam hemos distribuido vales de comida entre las familias que han tenido que abandonar sus hogares. Las necesidades son cada vez mayores. Un sistema de suministro de agua que abastece a 70.000 personas ha sido destruido completamente y una cl¨ªnica para mujeres embarazadas ha sufrido graves da?os. La violencia contin¨²a y la poblaci¨®n civil est¨¢ pagando un alto precio. Hablo de forma regular con las organizaciones con las que Oxfam trabaja, con ingenieros que eval¨²an los ¨²ltimos da?os, con hospitales que tienen dificultades para atender a todas las v¨ªctimas y hacer frente a la escasez de combustible, con pescadores cuyas barcas han sido destruidas...
A veces nos quedamos en casa porque salir es demasiado peligroso. Las calles est¨¢n vac¨ªas y las tiendas cerradas. El tiempo pasa muy despacio en casa... No dejamos de ver las noticias, llenas de ni?as y ni?os asesinados y hogares destruidos. A veces siento la necesidad de cambiar de canal y ver otra cosa. Un drama, una comedia... Pero me siento culpable. Es el Mundial de F¨²tbol y, normalmente, los caf¨¦s est¨¢n llenos de hombres viendo el partido. Pero ahora es demasiado peligroso.
La poblaci¨®n de Gaza tiene una capacidad de recuperaci¨®n enorme. Esta es la tercera ofensiva militar en seis a?os. Pienso en los ni?os y las ni?as como mi sobrina y no quiero que se acostumbren a esto. Los hijos de mi hermana tienen tanto miedo... Una bomba cay¨® junto a su casa e hizo a?icos los cristales de las ventanas. Afortunadamente, estaban durmiendo en el sal¨®n, que s¨®lo tiene una ventana, y nadie result¨® herido. Ahora no quieren separarse de su lado, ni cuando tiene que ir al ba?o.
Incluso entre periodos de conflicto ¡ªlos periodos de calma¡ª, los ataques a¨¦reos son frecuentes y el bloqueo anquilosa nuestras vidas. Impide a las personas encontrar trabajo, desplazarse libremente y disfrutar de una vida normal. La gente de Gaza quiere paz y justicia. Necesitamos una soluci¨®n a largo plazo para Gaza, para que mi sobrina y otros ni?os y ni?as tengan el futuro que se merecen.
Arwa Mhanna es responsable de medios de Oxfam en Gaza (@arwamhanna).
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