Un pa¨ªs excesivo
De St¨¦fano est¨¢ en contacto directo con seres espirituales que lo gu¨ªan y cuyos mensajes transcribe en un idioma de diez mil a?os
Al escritor argentino Adolfo Bioy Casares le gustaba decir que los argentinos nos suicidamos arroj¨¢ndonos desde lo m¨¢s alto de nosotros mismos, pero lo cierto es que no solemos suicidarnos mucho porque nos da pena dejar al mundo sin el placer de nuestra compa?¨ªa. Nuestra megaloman¨ªa se pone de manifiesto incluso en nuestro himno nacional, que nos invita a vivir ¡°coronados de gloria¡± o jurar ¡°con gloria morir¡±, dos cosas que son bastante inc¨®modas, sobre todo si es invierno y tienes que volverte a tu casa caminando, pero las manifestaciones de nuestro convencimiento de haber sido se?alados por el dedo de Dios se presentan en todos los ¨¢mbitos. Pi¨¦nsese en Mat¨ªas De St¨¦fano, el joven argentino (Venado Tuerto, 1987) que dice ser la reencarnaci¨®n de un habitante de la Atl¨¢ntida.
Al parecer, De St¨¦fano est¨¢ en contacto directo con seres espirituales que lo gu¨ªan y cuyos mensajes transcribe en un idioma de diez mil a?os de antig¨¹edad que s¨®lo ¨¦l recuerda. (En sayontu, hijos se dice ¡°¨¢numi¡±, y Europa, ¡°Baldutu¡±, por ejemplo). No s¨®lo recuerda este idioma, sino tambi¨¦n el origen del universo y c¨®mo comenz¨® la humanidad, todo lo cual s¨®lo puede resultar envidiable a alguien que, como yo, en este momento ni siquiera recuerda d¨®nde ha dejado las llaves. Aunque no son pocos quienes afirman que Mat¨ªas De St¨¦fano es un enga?o, hay algo profundamente verdadero en sus afirmaciones y en la convicci¨®n inherente a su historia de que los argentinos ser¨ªamos (contra toda evidencia) el Pueblo Elegido, descendiente de la m¨ªtica raza de los Atlantes. All¨ª afuera hay un argentino que puede explicarnos el origen del universo, pero es dif¨ªcil imaginar que tambi¨¦n sepa c¨®mo explicarnos nuestros excesos a los argentinos, los cuales (pero esto es sabido) siempre entramos a las librer¨ªas a comprar un mapamundi de Argentina, y nunca lo encontramos.
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