El placer de ser malo
Jon Voight recupera, gracias a su papel de viejo salvaje en la serie 'Ray Donovan', el esplendor que tuvo en los setenta
No es ni el protagonista, ni el guapo, ni el bueno de la serie, pero el septuagenario Jon Voight se ha ido apoderando poco a poco de Ray Donovan, un drama oscuro al estilo de Breaking bad; uno de los ¨¦xitos televisivos del ¨²ltimo a?o, y del que estos d¨ªas se graba una segunda tanda de episodios. De hecho, su torturado personaje ha ido ganando tanta presencia que Voight es el ¨²nico actor en el plat¨® cuando visitamos el rodaje. El decorado es un viejo gimnasio. El int¨¦rprete apenas ha dormido: el trabajo se extendi¨® anoche m¨¢s all¨¢ de las dos de la madrugada. El rostro de esta leyenda de Hollywood muestra a la vez un aire afable y amenazador. Ronda 1,90 metros; su mirada azul penetrante y los p¨®mulos marcados que luego hered¨® su hija, Angelina Jolie, intimidan; pero su pelo de zorro blanco bien peinado suaviza el gesto.
No soy ning¨²n cabronazo, pero tampoco me importan las comparaciones con el personaje¡±, dice Voight
Intenso, despreciable, hom¨®fobo y troglodita. As¨ª se podr¨ªa definir a su personaje, Mi?ckey Donovan, el patriarca de una familia rota en Los ?ngeles que reaparece tras a?os en prisi¨®n y se reencuentra con su hijo Ray (Liev Schreiber), el verdadero protagonista, un tipo especializado en resolver los problemas de los ricos y famosos de la ciudad. ¡°Mickey es salvaje, loco y disfuncional. Como yo, ?no?¡±, se r¨ªe Voight a carcajadas de una descripci¨®n a la que est¨¢ acostumbrado. Desde hace d¨¦cadas se le conoce por la intensidad de sus papeles, algunos de ellos cl¨¢sicos como Cowboy de medianoche o El regreso, por el que se llev¨® el Oscar; y tambi¨¦n por aquellos que decidi¨® rechazar (Superman y Tibur¨®n). M¨¢s alejado de la pantalla que otros de su generaci¨®n, como Robert de Niro o Al Pacino, la presencia de Voight se volvi¨® notable y pol¨¦mica en foros pol¨ªticos por ser un conservador en un Hollywood dem¨®crata, y tambi¨¦n en las revistas del coraz¨®n debido a la controvertida relaci¨®n con su hija. Se convirti¨® en una constante en las noches de LA, una de esas estrellas presentes en todas las premi¨¨res aunque la pel¨ªcula no fuera suya. As¨ª hasta ahora, cuando Ray Donovan le ha devuelto el esplendor y los premios (gan¨® en enero el Globo de Oro como mejor actor de reparto).
¡°Mickey es un criminal. Un cabr¨®n que se gana nuestro coraz¨®n, aunque no deja de ser peligroso. Yo no soy ning¨²n cabr¨®n, pero no me importan las comparaciones¡±. La honestidad le caracteriza. Habla a las claras. Sin esa correcci¨®n pol¨ªtica de la industria cinematogr¨¢fica de hoy, en la que apenas se ruedan dramas serios y ya nadie se atreve a experimentar. ¡°Alejada de ese lugar donde un actor ejercita su verdadero talento¡±, dice Voight. ¡°Este espacio ahora s¨®lo se encuentra en televisi¨®n. En shows como el nuestro, El ala oeste de la Casa Blanca, Mad Men, Breaking bad, y que est¨¢n en la misma liga del cine que hicimos en los a?os sesenta y setenta¡±.
La primera temporada de Ray Donovan fue un ¨¦xito de audiencia en la cadena estadounidense Showtime (en Espa?a la emite Canal?+; la segunda temporada se estren¨® la semana pasada), con una media de 5,7 millones de espectadores semanales. El ¨¦xito coloc¨® la serie en el Olimpo, compitiendo de t¨² a t¨² con otras m¨¢s veteranas como Homeland o Dexter. Tras los primeros 12 episodios, en los nuevos cap¨ªtulos, confiesa Voight con cara de p¨ªcaro, las cosas no han cambiado. ¡°Mickey acab¨® con algo de dinero y su hijo le exigi¨® que no volviera por Los ?ngeles; pero se puli¨® el dinero, y ahora se cree con derecho a estar con su familia¡±, desvela. No sabe mucho m¨¢s. Los guiones le llegan con una semana de antelaci¨®n. Y por mucho que la cr¨ªtica le compare con su personaje, ¨¦l no tiene demasiado que decir sobre las tramas. ¡°?Para qu¨¦ me voy a meter con lo que ha parido Ann Biderman [creadora de la serie], una Dashiell Hammett de nuestros d¨ªas?¡±.
Parte del atractivo de la serie seguir¨¢ centr¨¢ndose en esa ristra de personajes a quienes Ray, el hijo y protagonista, tendr¨¢ que ir arreglando pufos, como ese gur¨² de la autoayuda o ese otro empresario discogr¨¢fico reci¨¦n salido de la c¨¢rcel, y con el FBI, los periodistas fisgones y la sombra de un g¨¢nster asesinado planeando sobre ellos. ¡°Ray Donovan se ha convertido en algo similar a rodar una pel¨ªcula semanal¡±, seg¨²n Voight. ¡°Es lo m¨¢s parecido a jugar en la pista central de Wimbledon. Un placer. Adem¨¢s de darme la oportunidad de trabajar en esta ciudad y estar cerca de mis nietos¡±.
Y de esta forma se cuela en la conversaci¨®n la tribu Jolie-Pitt, su familia, a la que dedic¨® a principios de a?o el Globo de Oro. ¡°Estoy viviendo un a?o extraordinario¡±, dijo en aquella ceremonia, en la que describi¨® el premio por su papel en Ray Donovan como uno de los momentos de mayor orgullo de su carrera. ¡°Eso y los chavales. Aunque Z [Zahara Marley, la mediana de los seis nietos] me llame viejo en lugar de estrella¡±, se r¨ªe ahora en el estudio. Voight menciona a la prole con m¨¢s cari?o del que cabr¨ªa esperar: abandon¨® a Angelina cuando ten¨ªa un a?o tras un breve matrimonio con la actriz Marcheline Bertrand. La relaci¨®n padre e hija ha sido turbulenta, con reencuentros como Tomb Rider, pel¨ªcula en la que coincidieron, y desencuentros como esas declaraciones en las que ¨¦l se culpaba de ¡°los serios problemas mentales¡± de Jolie. A juzgar por las confesiones actuales, su relaci¨®n vive una tregua, aunque la petici¨®n de su representante de que evite cualquier pregunta al respecto y el hecho de que Voight se enterara de la mastectom¨ªa preventiva de la hija por la prensa lo pongan en entredicho. No existe la familia perfecta, al igual que sucede en la serie. ¡°Mickey s¨®lo quiere volver a ser parte de la familia. Como sea. ?Quiz¨¢ regal¨¢ndoles un perro? ?sa fue mi ¨²nica sugerencia y veremos hasta d¨®nde llega. Pero no pienses que mi personaje se ha dulcificado. Mickey sigue siendo un tipo peligroso¡±, resume aunando las dos personalidades.
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