Menos regiones

Una reforma territorial es una operaci¨®n enfrentada siempre a obst¨¢culos complejos, sobre todo en Francia, un pa¨ªs con fuerte predominio del sector p¨²blico. Por eso la reducci¨®n del n¨²mero de regiones de 22 a 13, agrupando las existentes en otras m¨¢s grandes, ha precisado de un empe?o pol¨ªtico en toda regla por parte del primer ministro, el socialista Manuel Valls, que se ha batido contra la oposici¨®n de derechas y de extrema izquierda, y se ha enfrentado a barones de su propio partido.

Valls est¨¢ ejecutando el programa esbozado por el presidente Fran?ois Hollande, con el que este trata de enviar a los socios europeos una se?al de su compromiso para abordar reformas estructurales. La territorial permitir¨¢ un ahorro anual de unos 12.000 millones de euros, seg¨²n estimaciones gubernamentales, aunque la importancia del paso dado es m¨¢s pol¨ªtica que econ¨®mica. Encuestas previas a la reforma muestran que el 60% de los franceses apoya recortar el coste de las regiones, pero una gran mayor¨ªa se opone a la supresi¨®n de los departamentos (provincias), donde se concentra un n¨²mero de empleados p¨²blicos mucho mayor.

Te¨®ricamente, casi todos los partidos estaban a favor de eliminar duplicidades y recortar el n¨²mero de cargos, pero a la hora de decidir, una minor¨ªa de diputados socialistas votaron contra el proyecto o se abstuvieron, mientras el grueso de la derecha lo hizo en contra y una parte se abstuvo. Valls ha ganado una batalla, aunque al programa de reformas estructurales le queda mucha tarea por delante una vez dado el primer paso ¡ªpendiente a¨²n de otros retoques¡ª de la cuesti¨®n territorial.

Las regiones francesas son fruto de una operaci¨®n de descentralizaci¨®n que apenas ha desarrollado afinidades identitarias. Sus funciones consisten en intervenir y ayudar al desarrollo econ¨®mico, construir y mantener edificios para ense?anza secundaria o gestionar el turismo y los transportes. Sus 80.000 funcionarios son una cifra muy modesta comparada con el mill¨®n largo de empleados p¨²blicos que dependen de las autonom¨ªas en Espa?a, que s¨ª constituyen un importante nivel pol¨ªtico-administrativo. Salvando esa y otras distancias, la iniciativa de Valls debe estimular el debate sobre la reforma pendiente en Espa?a para eliminar la duplicaci¨®n de estructuras y funciones de las Administraciones p¨²blicas y adaptar el tama?o y el gasto del Estado a la organizaci¨®n territorial de las autonom¨ªas y de la propia UE.