Si s¨®lo vivieran los vivos
Hay parques de atracciones cuyos t¨²neles del terror han ca¨ªdo en picado porque pocos conocen sus figuras y no dan miedo
La cosa empez¨® hace veinte o m¨¢s a?os, y no ha hecho sino ir en ?aumento. Mi hermano Fernando, catedr¨¢tico de Historia del Arte, me contaba ya entonces que no era raro que estudiantes suyos ¨Cuniversitarios especializados, ojo¨C describieran una Piet¨¤ como ¡°mujer llorando la muerte de un hombre¡±, o una pintura del juicio de Salom¨®n como ¡°dos mujeres disput¨¢ndose un cr¨ªo en presencia de un rey¡± (lo de ¡°rey¡± lo deduc¨ªan por el trono) o, seg¨²n el momento de la escena representado, como ¡°tirano amenazando a un ni?o con una espada ante la ?desesperaci¨®n de su madre y otra¡±. El colmo se produjo cuando un Cristo crucificado le fue descrito como ¡°hombre casi desnudo sobre una cruz¡±. S¨ª, hace ya tiempo que demasiada gente ha dejado de conocer las referencias b¨ªblicas, y est¨¢ incapacitada por tanto para interpretar los temas de buena parte de la historia de la pintura y la escultura. Pero claro, no es s¨®lo cuesti¨®n religiosa: tambi¨¦n han desaparecido del saber com¨²n o elemental (de lo que se llamaba ¡°cultura general¡± hace no mucho) la mitolog¨ªa griega, y la historia de Roma, y la medieval, y hasta la napole¨®nica. Probablemente habr¨¢ ya numerosos individuos que, ante un retrato ecuestre de Bonaparte, digan que se trata de ¡°imagen de jinete antiguo con sombrero raro¡±.
Que se tenga cierta noci¨®n sobre algunos hechos del pasado, o episodios del Antiguo Testamento, depende cada vez m¨¢s de que surjan una pel¨ªcula, una novela o un c¨®mic populares que se ocupen de ellos o los ¡°rescaten¡±. Puede que este a?o, tras la pel¨ªcula No¨¦, con Russell Crowe, haya j¨®venes que, ante un lienzo sobre el asunto, ya no digan ¡°parejas de animales entrando en un barco, en ¨¦poca remota¡±, sino ¡°el Arca de No¨¦¡±. Si bien, merced a los incontables traductores que ignoran que los nombres cl¨¢sicos poseen su forma y su tradici¨®n en cada lengua, haya quien crea que ¡°Noah¡± es alguien distinto de No¨¦, ¡°Tiberius¡± otro que Tiberio, o ¡°John Calvin¡± un americano que en nada se corresponde con el reformista franc¨¦s del XVI Calvino, que dio nombre al calvinismo. Claro que tampoco son tantos los que han o¨ªdo hablar de esto ¨²ltimo.
El problema es que todo lo habido sea inmediatamente relegado al olvido
Pero no nos limitemos a la religi¨®n y la historia. Hace asimismo d¨¦cadas, Ch¨¢varri y D¨ªaz Yanes, que han dado cursos de cine, me contaban que para sus alumnos ese arte se iniciaba con El Padrino (1972). Dichosos aquellos tiempos. Lo ¨²ltimo que me dijeron es que los de hoy ya desconocen Pulp Fiction (1994), o en el mejor de los casos les parece una antigualla. De una pel¨ªcula en blanco y negro, por supuesto, consideran que nada pueden aprender, es la prehistoria, as¨ª se trate de Ciudadano Kane, Extra?os en un tren, La fiera de mi ni?a o Anatom¨ªa de un asesinato. Pero ni siquiera el cine o el c¨®mic recientes ayudan mucho al resto de saberes: he le¨ªdo que numerosos turistas que se caen por las Term¨®pilas en alg¨²n viaje por Grecia, se asombran al ¡°descubrir¡± que era m¨¢s o menos verdad lo que se relataba en 300, la exitosa pel¨ªcula adaptada de la novela gr¨¢fica de Frank Miller. ¡°Anda, si resulta que existi¨® el tal Le¨®nidas de Esparta¡±, exclaman, y se dan codazos; ¡°y Jerjes, el vicioso persa¡±, al que los traductores cenutrios han convertido en ¡°Xerxes¡±, siguiendo el ingl¨¦s e ignorando los siglos. A la inversa, no son escasos los lectores de El c¨®digo Da Vinci y dem¨¢s charlatanadas que creen a pie juntillas los disparates ficticios que hay en ellas y los toman por incontrovertibles lecciones de historia.
Lo ¨²ltimo de que me entero es de que hasta la cultura popular (la que m¨¢s se ha transmitido siempre) empieza a desconocerse. Hay parques de atracciones cuyos t¨²neles del terror han ca¨ªdo en picado porque pocos saben qui¨¦nes son demasiadas de sus figuras, y por tanto no dan ning¨²n miedo. Aparece Dr¨¢cula y la gente no tiene ni idea de qui¨¦n se trata, o algunos lo confunden con Batman, por la capa, y se preguntan qu¨¦ hace el h¨¦roe de Gotham en el t¨²nel de los sustos. La ni?a de El exorcista deja fr¨ªos a los visitantes porque jam¨¢s han o¨ªdo hablar de ella; y hasta Freddy Krueger con sus dedos que rajan, nacido en 1984 y de largas secuelas. Los responsables de las atracciones van a jubilar a unos cuantos y a actualizar el elenco. Y eso que de Dr¨¢cula hubo una versi¨®n de Coppola en 1992, que volvi¨® a ponerlo de moda. El problema no es que el mundo cambie a cada vez mayor velocidad, sino que todo lo habido sea inmediatamente relegado al absoluto olvido. Hay una fecha de caducidad cada vez m¨¢s corta para cuanto sabemos y hacemos. Lo que hoy es ¡°tendencia¡± ser¨¢ probablemente ignorado dentro de cinco, diez a?os con suerte. La acumulaci¨®n se ha barrido, y la conservaci¨®n no digamos. Eso me lleva a recordar una frase de Gabriel Marcel que le o¨ª o le¨ª a mi padre: ¡°S¡¯il n¡¯y avait que les vivants, la terre serait inhabitable¡±, o ¡°Si no hubiera m¨¢s que los vivos, la tierra ser¨ªa inhabitable¡±. No s¨¦ el contexto, pero no me hace falta para entenderla. Y sin embargo es a eso a lo que vamos y se procura ir: a que no quede rastro de lo que una vez sucedi¨® o se supo, ni de los muertos, del confortable pasado que nos alivia a veces y nos ayuda a sostenernos, y nos ense?a que hubo tiempos, si no mejores por fuerza, s¨ª distintos de los nuestros, y que podr¨ªan volver por tanto. Acaso tiempos m¨¢s inteligentes o m¨¢s libres, m¨¢s cuerdos o menos mediocres. Hoy parece que la intenci¨®n sea borrar cuanto nos precede, a velocidad de v¨¦rtigo. Que en la tierra no vivan m¨¢s que los vivos, y s¨®lo si son muy recientes.
elpaissemanal@elpais.es
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