M¨¢xima Zorreguieta, pionera de las nuevas soberanas
Nombrada regente Holanda por si faltara su esposo, Guillermo, ha sabido mantener su agenda profesional una vez en el trono
M¨¢xima Zorreguieta (Buenos Aires, 1971) inaugur¨® el pasado 30 de abril de 2013 la liga de las nuevas soberanas consortes europeas. Vestida de azul cobalto y con una espectacular tiara del joyero de la Casa de Orange, su atuendo fue de aut¨¦ntica reina. De no ser porque su esposo, el rey Guillermo Alejandro de Holanda, heredero de una monarqu¨ªa de 200 a?os de antig¨¹edad, llevaba puesta una capa de armi?o, la protagonista de la entronizaci¨®n hubiera sido ella. M¨¢xima ejerce de primera dama de su pa¨ªs adoptivo con mucha ambici¨®n. Un buen ropero forma parte de su trabajo. Sabe que no puede llevar cualquier cosa en su posici¨®n. Su agenda, sin embargo, no es un accesorio m¨¢s. Economista y experta en financiaci¨®n inclusiva para el desarrollo (los microcr¨¦ditos, en palabras llanas), se ha labrado una reputaci¨®n internacional que tambi¨¦n beneficia a su esposo.
M¨¢xima estren¨® su t¨ªtulo en Luxemburgo al mes de llegar al trono, y los viajes de presentaci¨®n como nuevos monarcas se han sucedido sin pausa en 2013. En su calidad de enviada especial de la ONU, ha ido sola a Colombia y Per¨², adem¨¢s de hacer una gira africana. Todo parec¨ªa rodar sin problemas hasta que el pasado agosto golpe¨® el drama: la muerte del pr¨ªncipe Friso, hermano de Guillermo, que llevaba un a?o y medio en coma tras sufrir un accidente de esqu¨ª en Austria. Fue una tragedia familiar. Cumplidos tres meses de su primer aniversario como consorte, la cat¨¢strofe del vuelo MH17 de las l¨ªneas a¨¦reas malasias abatido sobre Ucrania, ha puesto a prueba su papel institucional. El rey se ha dirigido en primera persona a la naci¨®n, pero el segundo plano de ella ha sido bien visible a la hora de compartir la tristeza de los familiares de 194 compatriotas muertos (de un total de 298 pasajeros).
La cat¨¢strofe del vuelo MH17 ha puesto a prueba su papel institucional
El pasado diciembre, el Parlamento holand¨¦s la nombr¨® regente ¡°por haber puesto en los ¨²ltimos a?os sus muchas cualidades al servicio del Reino¡±. Si su esposo falleciera antes de la mayor¨ªa de edad de Amalia, la princesa heredera, M¨¢xima asumir¨ªa la representaci¨®n internacional de Holanda. No est¨¢ mal para el pa¨ªs que un d¨ªa cuestion¨® su llegada. Con tres hijas, Amalia, Alexia y Ariana, y un marido y un pa¨ªs encantados de haberla conocido, solo una debilidad podr¨ªa amenazar su horizonte. Y el de Guillermo. Son las villas de veraneo. Superado el fiasco de la que vendieron en Mozambique en 2012, la nueva, en Grecia, obliga a tocar unas playas protegidas. Aunque el Gobierno lo califica de asunto privado, el deseo de privacidad puede jugarles otra mala pasada. Su segundo tal¨®n de Aquiles.
El primero sigue siendo el pasado de su padre, Jorge Zorreguieta, secretario de Estado de Agricultura durante la dictadura argentina. Un pasado mantenido a raya a base de excluirle de la boda y la posterior entronizaci¨®n de su hija. Pero los holandeses no la hacen responsable de la trayectoria paterna, y ha conseguido aplicar su experiencia profesional a la funci¨®n regia. Comenz¨® despacio y desde abajo.
Primero, con las mujeres inmigrantes. Para sorpresa de sus nuevos compatriotas, se present¨® hace trece a?os hablando ya el idioma. Y ahora las anima a hacer otro tanto para que puedan valerse por s¨ª mismas y acceder a un empleo. La ense?anza primaria y secundaria ha sido su segundo objetivo. Desde su posici¨®n habla a los menores de las ventajas de una hucha bien manejada.
En diciembre fue nombrada regente ¡°por sus muchas cualidades¡±
En 2009, Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, vio el tir¨®n de una princesa real que trabaj¨® de soltera en la banca, y la nombr¨® su asesora para la financiaci¨®n sostenible. Hoy, adem¨¢s de actuar como enviada especial de la organizaci¨®n en pa¨ªses emergentes, es presidenta de honor del programa de microcr¨¦ditos del G20 (el grupo de las mayores econom¨ªas mundiales).
El pasado 21 de marzo, cuando estaba a punto de cumplir su primer a?o en el trono, M¨¢xima recibi¨® en Alemania el premio Deutsche Medien. Otorgado desde 1992 por los medios germanos de comunicaci¨®n, reconoci¨® justamente su compromiso con el desarrollo. Al aceptar el galard¨®n, pidi¨® sin rodeos a los bancos lo siguiente: ¡°Que pongan de nuevo al cliente en el centro de su labor y acerquen sus servicios a la gente para mejorar sus vidas¡±.
Se refer¨ªa a los microcr¨¦ditos, sin duda, pero la frase denota lo que la historiadora Reinildis van Ditzhuyzen califica de divisi¨®n del trabajo. ¡°Ella est¨¢ muy preparada y sabe que, en algunos campos, como este de las finanzas, no tiene las ataduras de su esposo, el Jefe del Estado. As¨ª que puede llegar m¨¢s lejos. Lo ¨²nico que de verdad importa es que ejerzan bien su labor p¨²blica y no haya cr¨ªticas sobre su vida privada. Si los reyes act¨²an adecuadamente, pueden generar grandes beneficios¡±, asegura.
Pidi¨® a los bancos ¡°que pongan al cliente en el centro de su labor¡±
Con el apoyo a la integraci¨®n social sucede algo parecido. Guillermo y M¨¢xima recibieron en 2002 el Fondo Orange como regalo de boda de la naci¨®n. Se trata de una fundaci¨®n pensada para reforzar la cohesi¨®n, y sus 26 millones de euros anuales de presupuesto la han convertido en la mayor patrocinadora de iniciativas ciudadanas.
En sus planes cabe todo: desde guarder¨ªas y hogares de ancianos a proyectos de reintegraci¨®n de delincuentes y personas sin techo, propuestas de agrupaciones juveniles, de homosexuales y minor¨ªas ¨¦tnicas, o bien voluntariado. Los fondos salen de la loter¨ªa y de donaciones particulares, y la entrega de las Manzanas de Orange, el premio anual que reconoce el esfuerzo realizado, es la cita preferida de ambos.
Es verdad que la crisis cuestiona ¡°la sociedad en la que todos los ciudadanos utilicen sus recursos y puedan hacer o¨ªr su voz en pie de igualdad¡±, que el nuevo rey propuso en su discurso de aceptaci¨®n de la Corona. Es igualmente cierto que ser¨¢ muy duro sustituir ¡°el estado de bienestar del siglo XX, por la sociedad participativa del siglo XXI¡±. Pero su promoci¨®n de una Holanda m¨¢s inclusiva es sincera, y la pareja se apoya sin disimulo en la tarea. ¡°M¨¢xima y Guillermo ocasionan gastos, desde luego. Los presidentes de Gobierno tambi¨¦n son caros, y muy pocos tienen el carisma del estadounidense John Kennedy¡±, se?ala la historiadora, cuando se le menciona el contraste entre el gasto de la realeza y la austeridad derivada de la crisis.
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