?A qui¨¦n duele la evasi¨®n fiscal?
Por Isabel Ortigosa, responsable de Incidencia de InspirAction (@isabelortigosa/@inspiractionorg)
Jordi Pujol. Foto:MASSIMILIANO MINOCRI-El Pa¨ªs.
Para los pa¨ªses pobres, el entramado que permite la evasi¨®n fiscal supone miles de millones de d¨®lares de potenciales ingresos tributarios. El robo se traduce en un dolor muy real para millones de personas condenadas a una vida miserable e insegura. ?Se parecer¨¢ en algo a ese dolorcillo de mala conciencia que sienten algunos? Jordi Pujol, por ejemplo, afirma sentir ¡°mucho dolor¡± al confesar que su familia ha mantenido, fuera de Espa?a y sin declarar, una herencia millonaria durante 34 largos a?os. No ser¨¦ yo quien se atreva a cuestionar el dolor ajeno, por supuesto, y mucho menos el del que fuera hombre fuerte de la Generalitat catalana durante 23 a?os. Pero hablar de dolor como consecuencia de lucrativas omisiones durante nada menos que ?34 a?os!, resulta cuanto menos chocante.
Desde organizaciones como InspirAction y desde Coaliciones como No a los Para¨ªsos Fiscales, llevamos mucho tiempo haciendo hincapi¨¦ en que es hora de acabar con el esc¨¢ndalo de las jurisdicciones opacas. No s¨®lo por los recursos que nos roba, sino tambi¨¦n por un ejercicio de justicia con los habitantes m¨¢s vulnerables del planeta. El coste que estas pr¨¢cticas suponen para los pa¨ªses en desarrollo es alarmante: las estimaciones de Tax Justice Network, basadas tanto en contabilidad nacional como en activos bancarios privados, sugieren que entre 21 y 32 billones de d¨®lares en activos privados financieros son mantenidos en para¨ªsos fiscales y aproximadamente entre un 25% y un 30% de esos activos proviene de los pa¨ªses en desarrollo. Los pa¨ªses en desarrollo pierden entre 120.000 y 160.000 millones de d¨®lares al a?o como consecuencia de la evasi¨®n fiscal ¨C una cifra mayor que el presupuesto global de Ayuda Oficial al Desarrollo.
Lo hemos dicho una y otra vez: es hora de poner fin al secretismo de los para¨ªsos fiscales de una vez por todas. Con campa?as como Para¨ªso viajes, por ejemplo, denunciamos c¨®mo la opacidad de los para¨ªsos fiscales facilita delitos como el lavado de dinero, la corrupci¨®n y la evasi¨®n fiscal. Porque la evasi¨®n fiscal no es un fen¨®meno que surge de la nada, sino que se beneficia de una serie de factores muy concretos, relacionados con la falta de transparencia: es dif¨ªcil luchar contra la evasi¨®n cuando falta informaci¨®n clave sobre el lugar en el que las empresas obtienen beneficios, sobre el lugar en el que pagan impuestos y sobre los beneficiarios ¨²ltimos de las mismas. El intercambio autom¨¢tico de informaci¨®n entre pa¨ªses, la obligaci¨®n de informar sobre los beneficios que obtienen y los impuestos que pagan las empresas en cada pa¨ªs en el que operan, y la creaci¨®n de registros p¨²blicos de los propietarios reales de estas empresas son s¨®lo algunas de las medidas que contribuir¨ªan a poner fin a esta lacra.
Para ello hacen falta medidas concretas y reales, peque?os pasos hacia un gran objetivo. La creaci¨®n de registros p¨²blicos, por ejemplo, fue ya apoyada abrumadoramente por los eurodiputados en marzo de este a?o, y ser¨¢ negociada en los pr¨®ximos meses en un di¨¢logo trilateral entre el Consejo, la Comisi¨®n y el Parlamento europeos. El Parlamento debe mantener comprometerse a garantizar la ambici¨®n del proceso, con el fin de que el resultado que sea finalmente ratificado refleje su propia posici¨®n de marzo de 2014. Estos registros har¨ªan mucho m¨¢s sencillo descubrir qui¨¦n est¨¢ evadiendo impuestos y qui¨¦n se est¨¢ beneficiando de negocios corruptos.
Ser¨ªa uno de esos pasos, concretos y firmes, que necesitamos para caminar hacia un futuro en el que todos, incluidos los pa¨ªses en desarrollo, reciban el dinero que es suyo por derecho.
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