Mejoras de detalle

El proyecto de ley fiscal que aprob¨® ayer el Gobierno no resuelve las dudas de fondo sobre el cambio tributario, pero s¨ª introduce algunos cambios dirigidos a convencer a los contribuyentes de que se encuentran ante una rebaja fiscal contundente. Esas mejoras de detalle se centran en tres puntos b¨¢sicos: permitir que los planes de pensiones puedan ser rescatados a los 10 a?os, con el a?adido de una rebaja de las comisiones de los part¨ªcipes; elevar el m¨ªnimo exento de tributaci¨®n de la indemnizaci¨®n por despido a 180.000 euros y conceder un plazo de seis meses para que puedan regularizarse las pensiones procedentes del extranjero.

Como puede apreciarse, se trata de cambios t¨¦cnicos, orientados a flexibilizar las ventajas de los fondos de pensiones y a contrarrestar algunas cr¨ªticas recibidas por las anteriores propuestas de tributaci¨®n a las indemnizaciones por despido. Est¨¢n bien orientados y mejorar¨¢n la situaci¨®n de pensionistas y desempleados. Con la norma de los 10 a?os, se pretende popularizar los fondos privados, pero conviene recordar que dichos fondos son un instrumento de ahorro que favorece a las rentas superiores a los 60.000 euros anuales, que son las que realmente tienen capacidad de ahorro. En cuanto a la fiscalidad de las indemnizaciones, significa una equiparaci¨®n con las normas forales.

Pero las mejoras no corrigen el problema estructural del anteproyecto: no constituye una reforma fiscal que dote de la necesaria estabilidad a los ingresos estatales (incluyendo en el t¨¦rmino Estado a las comunidades aut¨®nomas). M¨¢xime cuando el presidente acaba de informar de que en 2016 habr¨¢ una segunda ronda de modificaciones fiscales que afectar¨¢n a los impuestos de sucesiones y de transmisiones patrimoniales. Ni una sola menci¨®n a lo que deber¨ªa ser una fuente de ingresos para Hacienda (y por tanto, para el conjunto de los ciudadanos), que es la lucha contra el fraude fiscal; ni tampoco al IVA.

Y una reflexi¨®n pertinente: la rebaja de impuestos tiene que coordinarse con una correcci¨®n del d¨¦ficit al 2,8% en 2016. Si los recortes tributarios devolver¨¢n a los ciudadanos 9.000 millones y el ajuste del d¨¦ficit nos costar¨¢ unos 34.000 millones (incluidas la rebaja de ingresos por la reforma), puede resultar que por cada euro que se devuelva a los contribuyentes haya que recortar cerca de cuatro euros en gasto p¨²blico.