Romanticismo de pel¨ªcula

Frente a los debates t¨¦cnicos entre profesionales caben dos actitudes: ignorarlos como una man¨ªa latosa para exquisitos o admirarlos como una prueba de que todav¨ªa hay inquietud por la excelencia. En el caso del cine de pel¨ªcula de celuloide versus el rodaje en v¨ªdeo interviene un tercer factor, que es el negocio. Una facci¨®n de Hollywood (Christopher Nolan, JJ Abrams, Quentin Tarantino y Judd Apatow) defiende a capa y espada que el cine debe rodarse en pel¨ªcula de celuloide; o, mejor dicho, que los directores deben contar con la opci¨®n de rodar en celuloide. Otros, como Michael Mann, David Fincher, George Lucas o James Cameron sostienen que el futuro es el v¨ªdeo, porque permite al director mayores libertades en el manejo de los encuadres y el color. El debate puede ramificarse hasta el tipo de v¨ªdeo m¨¢s adecuado, pero aqu¨ª no es necesario llegar m¨¢s lejos. Lo que importan son dos observaciones que demuestran la seriedad de la industria hollywoodense. Primera: como Eastman Kodak es hoy la ¨²nica empresa del mundo dedicada a producir pel¨ªcula, y est¨¢ en bancarrota desde enero de 2012, las grandes productoras negocian un acuerdo con ella para que siga produciendo pel¨ªcula. Kodak (conversa tambi¨¦n al negocio del v¨ªdeo) se compromete a fabricar pel¨ªcula y las productoras se comprometen a consumirla. Cuotas de producci¨®n, vamos.

Segunda observaci¨®n: la defensa del celuloide como soporte es una iniciativa de los directores, no de los productores. Estos prefieren el v¨ªdeo, por costes y facilidad de distribuci¨®n. Y en nombre de esa iniciativa (o man¨ªa rom¨¢ntica), productores como Harvey Weinstein aceptan la presi¨®n art¨ªstica y est¨¢n dispuestos a desembolsar dinero para complacer a sus equipos art¨ªsticos. ?Estar¨ªan dispuestos los productores espa?oles (o franceses) a financiar los requerimientos de excelencia de los directores que contratan? ?O los mandar¨ªan a rodar con s¨²per 8?

Hay una respuesta sencilla: los directores espa?oles no generan tantos beneficios como los pilares de Hollywood. Ni en t¨¦rminos absolutos ni relativos. El argumento es convincente, pero inmovilista. Porque si no se invierte en el talento de los directores ¡ªy en alguna de sus man¨ªas¡ª, la industria espa?ola est¨¢ condenada a ser flor de estufa.