Chanquetes ?chinos o clandestinos?
A despecho de las multas e incautaciones peri¨®dicas de barcas y artes de pesca, a lo largo de la Costa del Sol chiringuitos y restaurantes ofrecen ahora ¡°deliciosas¡± frituras de inmaduros. Saben que la impunidad les ampara. Una clientela creciente demanda el producto y los hosteleros hacen su agosto tarifando cada raci¨®n entre 16 y 21 euros. Alevines que en las facturas suelen aparecer con el nombre de morralla.
?Chanquetes en el mes de agosto? Imposible, no se capturan. La temporada de los aut¨¦nticos (¡°aphia minuta¡±), aquellos que Zuloaga llamaba espuma de mar frita, discurre entre enero y marzo,casila misma quelos tomates raf de Almer¨ªa.Sus capturas est¨¢n prohibidas en las costas de M¨¢laga pero su pesca se permite en Murcia, la Comunidad Valenciana, y en Baleares donde se denominan ¡°jonquillos¡±. Son pescaditos de talla m¨ªnima, entre 4 y 6 cent¨ªmetros, que ni por el tama?o ni por su forma tienen nada que ver con los inmaduros. Como asegura el Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa, un kilo de estos alevines puede convertirse en 300 kilos de pescado. Estamos ante una depredaci¨®n en toda regla, de la que el mar nospasar¨¢ la cuenta tarde o temprano.
Yo confieso que los chaquetes no me gustan. Si los aut¨¦nticos no me parecen gran cosa, los falsos no digamos. Mi paladar no los aprecia y me parecen poco m¨¢s que harina frita. Y como la mayor¨ªa de las veces se doran en aceites reutilizados, el peligro de sufrir malas digestiones se acrecienta. Ni siquiera en compa?¨ªa de huevos fritos mejoran nada. Adem¨¢s, son hipercal¨®ricos.
Hay una cosa que me gusta recordar a sus adictos. Como los alevines, v¨ªctimas de esta pesca clandestina, se descomponen r¨¢pidamente, para prolongar su frescura los bolicheros sin escr¨²pulos orinan en los cubos o a?aden conservantes prohibidos. La urea y el formol, excipiente cancer¨ªgeno, preservan su pesca.
?Nadie va a ser capaz de atajar esta situaci¨®n que se repite desde hace a?os? En estos momentos menos que nunca. La irrupci¨®n en nuestros mercados de pececillos chinos, que tampoco son chanquetes, consolida el desastre. Hablamos de una especie (Salanx acuticeps) que llega desde oriente en bloques ultra congelados, procedente de piscifactor¨ªas y cuya comercializaci¨®n no puede prohibirse debido a los acuerdos internacionales de libre comercio. Son la tapadera ideal para camuflar el trasiego de inmaduros. Ante la supuesta visita de un inspector, cualquier chiringuito puede disponer de facturas en regla y demostrar que vende chanquetes chinos cuando en realidad son alevines.
Los falsos chanquetes tambi¨¦n llegan durante todo el a?o a Madrid, a algunos lugares como las barras de La M¨¢quina , por ejemplo, donde no tienen reparos eninvocar su nombre.
?Qui¨¦nes son m¨¢s culpables los pescadores sin escr¨²pulos, la hosteler¨ªa que comercializa esta pesca con el af¨¢n de ganar dinero, la administraci¨®n que se muestra inoperante o los clientes que pagan caro por algo que se considera medio clandestino? ?D¨®nde dejamos la conciencia medioambiental de la que tanto presumimos? S¨ªgueme en Twitter en@JCCapel
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