Las cosas como son

Es verdad que Picardo intenta zafarse de sus responsabilidades. Tras la petici¨®n de la UE, echa las culpas a Espa?a de todos los males. No tiene raz¨®n, o por lo menos no la tiene en todos los t¨¦rminos. Sin embargo, har¨ªamos bien en no actuar como ¨¦l, declar¨¢ndonos totalmente inocentes del contrabando de tabaco, el blanqueo de dinero, las obras il¨ªcitas del Pe?¨®n, etc¨¦tera.

En algunos casos los argumentos de Picardo son incontestables. ?Qui¨¦n se beneficia de esas ilegalidades? Quiz¨¢ los brit¨¢nicos, pero tambi¨¦n much¨ªsimos espa?oles: en el paso de cigarrillos del menudeo de los matuteros que no tienen otra forma de ganarse la vida o se han acostumbrado al ¡°dinerillo f¨¢cil¡±. En la entrada a la Roca de materiales de construcci¨®n de empresas espa?olas. En las cuentas de dinero negro de sociedades ib¨¦ricas ¡ªal igual que internacionales. En la falta de control de Hacienda. Y esto sin tener en cuenta que son muchos los campogibraltare?os que trabajan en Gibraltar en diversas profesiones (abogados, dependientes, obreros) y/o se ganan la vida en diversos servicios a los s¨²bditos ingleses en sus propiedades en Espa?a. Si el sentido com¨²n imperase y se oyera a la gente de la zona, nuestras autoridades intentar¨ªan buscar soluciones en lo que fuera posible.¡ª ?ngela M. Mor¨®n Ramos.