Europa, un estallido procedente del pasado
Ucrania y Oriente Pr¨®ximo amenazan la estabilidad del continente entero
Si hay un episodio hist¨®rico que a¨²n hace estremecerse a la mayor¨ªa de los europeos, incluso un siglo despu¨¦s, es el estallido de la I Guerra Mundial, la cat¨¢strofe europea de consecuencias trascendentales que comenz¨® en los ¨²ltimos d¨ªas de julio de 1914. En realidad, exactamente 100 a?os despu¨¦s, tras dos guerras mundiales y una Guerra Fr¨ªa, el estremecimiento es m¨¢s pronunciado que nunca.
En vista de la sangrienta historia de Europa, los Estados que crearon la Uni¨®n Europea actual optaron por la no violencia, la inviolabilidad de las fronteras, la democracia y el Estado de derecho. Optaron por la cooperaci¨®n, incluso la integraci¨®n, en lugar de la confrontaci¨®n militar y el desarrollo econ¨®mico en lugar de la pol¨ªtica de poder; pero esta ¡°Europa de la UE¡± se est¨¢ viendo lanzada atr¨¢s en el tiempo y desafiada, una vez m¨¢s, por el regreso de la pol¨ªtica de poder en sus fronteras y en su vecindad inmediata.
En el este, el Kremlin del presidente Vlad¨ªmir Putin quiere cambiar las fronteras nacionales por la fuerza y conseguir as¨ª el resurgimiento de Rusia como potencia imperial mundial. Entretanto, el caos y la violencia ¡ªm¨¢s marcados en Siria, Irak y Gaza que en ninguna otra parte¡ª amenazan con invadir todo Oriente Pr¨®ximo y ponen en entredicho la integridad territorial de Estados que en gran medida son consecuencia del acuerdo de paz tras la I?Guerra Mundial.
A la Europa pac¨ªfica y posmoderna le resultar¨¢ dif¨ªcil afrontar las amenazas que entra?a el restablecimiento de la pol¨ªtica de poder. La UE se ha m¨¢s que duplicado en tama?o desde 1989, cuando el comunismo se desplom¨® en la Europa central y oriental; pero la Europa de la UE no ha alcanzado su forma final, pol¨ªticamente integrada. M¨¢s importante es que no estaba concebida para afrontar las amenazas de la pol¨ªtica de poder; los viejos Estados-naci¨®n de Europa son demasiado peque?os y d¨¦biles, mientras que la pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n sigue sin desarrollarse suficientemente.
La vecindad se ha vuelto cada
vez m¨¢s insegura y exige
reacciones que ning¨²n Estado
puede adoptar en solitario
Y, sin embargo, muchos europeos creen que la UE y Occidente no deben, sencillamente, dar carta blanca al comportamiento canallesco de Putin. En la Ucrania oriental est¨¢ en juego algo demasiado importante: la paz y el orden de todo el continente. Los pasajeros, la mayor¨ªa europeos, del vuelo 17 de Malaysia Airlines, derribado sobre el territorio controlado por los rebeldes, pagaron con su vida la tardanza en comprenderlo por parte de las autoridades.
El momento en que se producen los acontecimientos hist¨®ricos importantes no suele ser fruto de una elecci¨®n. As¨ª, pues, la cuesti¨®n fundamental tras haberse producido siempre se refiere a la rapidez con la que se determinen correctamente sus consecuencias. Los dirigentes de Europa tardaron much¨ªsimo en comprender que toda la confianza que hab¨ªan puesto en Putin y la tolerancia que hab¨ªan mostrado para con su pol¨ªtica de violencia e intimidaci¨®n s¨®lo hab¨ªa servido para que se intensificara y ampliase la crisis de Ucrania. De hecho, s¨®lo despu¨¦s de que 300 civiles murieran a bordo del MH-17 se decidi¨® la UE a imponer unas sanciones econ¨®micas que tendr¨¢n efectos apreciables en la econom¨ªa rusa.
Desde el punto de vista de la pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n europea, no se debe subestimar la importancia de dichas sanciones comunes de la UE, aprobadas hace unas semanas. Al primer paso dado por la UE (las sanciones efectivas) debe seguir lo antes posible el segundo: una ¡°uni¨®n energ¨¦tica¡± que permita a Europa acabar con su dependencia de los suministros energ¨¦ticos rusos.
No hay a la vista una soluci¨®n
para las tribulaciones de Irak,
Siria o Gaza y los conflictos
pueden extenderse a¨²n m¨¢s
Respecto de Oriente Pr¨®ximo, los problemas que se plantear¨¢n a la capacidad de Europa para actuar colectivamente ser¨¢n a¨²n m¨¢s dif¨ªciles de superar, lo que refleja la presencia dentro de la UE de unos fuertes bandos proisrael¨ª y propalestino, que suelen neutralizarse; adem¨¢s, los conflictos que se est¨¢n produciendo actualmente en Oriente Pr¨®ximo son mucho m¨¢s complejos que el de la Ucrania oriental.
Es probable que a los pa¨ªses actualmente m¨¢s afectados por la agitaci¨®n en esa regi¨®n ¡ªIrak, Siria, L¨ªbano, Israel?/ Palestina, Egipto y Libia¡ª se sumen pronto Jordania, Yemen y los Estados del Golfo. Adem¨¢s, agravan a¨²n m¨¢s la crisis factores como el programa nuclear de Ir¨¢n y la competencia ¡ªintensificada por el conflicto sectario¡ª entre el Ir¨¢n chi¨ª y la Arabia Saud¨ª sun¨ª por la supremac¨ªa regional. No hay a la vista una soluci¨®n (o soluciones) para las tribulaciones de Oriente Pr¨®ximo.
Actualmente, s¨®lo se puede predecir con gran confianza un resultado: una mayor intensificaci¨®n del conflicto, que amenazar¨¢ con sumir toda la regi¨®n en el caos, lo que propiciar¨¢ una mayor violencia y un mayor riesgo de contagio. Por ejemplo, existe un peligro real de que se exporten algunos aspectos del conflicto de Oriente Pr¨®ximo a la vecina Europa. Le guste o no, la UE tendr¨¢ que afrontar esos conflictos, porque es probable que las decisiones sobre su seguridad interior y exterior se tomen en Oriente Pr¨®ximo tanto como en Bruselas y en las capitales nacionales.
La vecindad de Europa se ha vuelto cada vez m¨¢s insegura y esa evoluci¨®n requiere reacciones estrat¨¦gicas que ning¨²n Estado europeo por s¨ª solo puede adoptar. As¨ª pues, la orden del d¨ªa es una mayor profundizaci¨®n de la integraci¨®n de la UE y una revitalizaci¨®n del di¨¢logo sobre la pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n.
Lamentablemente, un siglo despu¨¦s de que la pol¨ªtica de poder moderna desencadenara una guerra que mat¨® a m¨¢s de 10 millones de sus antepasados, muchos europeos de la UE siguen reacios a prepararse para la tormenta que se avecina. Hemos de abrigar la esperanza de que esta situaci¨®n cambie m¨¢s pronto que tarde: prepararse es siempre mejor que estremecerse.
Joschka Fischer fue ministro de Asuntos Exteriores y vicecanciller de Alemania de 1998 a 2005 y dirigente del Partido Verde alem¨¢n durante casi 20 a?os.
? Project Syndicate?/ Instituto de Ciencias Humanas, 2014.
Traducido del ingl¨¦s por Carlos Manzano.
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