?frica hace pop
La explosi¨®n de nuevos y sofisticados sonidos en la regi¨®n donde naci¨® la m¨²sica ejerce de potente im¨¢n para la industria
Una pandilla de raperos se acoda en la barra. Por el hall asoma otra. No les falta detalle. Gorras, gafas de sol (aunque ya sea de noche), cadenas y anillos de oro, relojes vistosos, chupas molonas, zapas de marca y andares chulescos. Se plantan frente a frente. Mirada intimidante. Se hace el silencio. Aqu¨ª va a pasar algo¡ Y estallan las risas, abrazos con palmotadas e inacabables maneras de chocar la mano. ¡°T¨ªo, te he puesto no s¨¦ cu¨¢ntos whatsapp y nunca respondes¡±, le dice el que podr¨ªamos identificar como l¨ªder al otro presumible cabecilla, que hasta hace unos segundos respond¨ªa pausadamente a unas preguntas de este periodista. ¡°Lo s¨¦, soy un desastre¡±, se r¨ªe. El que acaba de entrar en escena abre un abultado bolso de viaje. ¡°Toma, nuestro ¨²ltimo disco, un DVD con v¨ªdeos, tiene contenidos extra que no puedes ver en YouTube, ?eh?, y una camiseta. Tronco, tenemos que grabar algo juntos¡±. ¡°Cuando quieras¡±, concede nuestro interlocutor.
Los protagonistas de la entrevista interrumpida son Uhuru, nominados a mejor artista del a?o; los que ambicionan grabar con ellos, Yuri Da Cunha, Dj Kadu y Dj Malvado, nominados a mejor canci¨®n del a?o. Estamos en un antiguo teatro de Durban, tambi¨¦n conocida como la Miami de Sud¨¢frica. MTV ha organizado aqu¨ª unos talleres musicales previos a la gala de los MTV African Music Awards (MAMA). Por aqu¨ª los artistas m¨¢s prominentes de la escena pop, hip-hop y electr¨®nica del continente se prodigan entre mel¨®manos y fans. Al d¨ªa siguiente, los sudafricanos Uhuru se har¨¢n con dos premios. Todo el mundo los se?ala como ¡°los productores del momento¡±: ¡°En EE UU, cuando alguien quiere garantizarse un hit, llama a Pharrell Williams; aqu¨ª tenemos a Uhuru¡±, asegura Tim Horwood, director de contenidos de MTV ?frica. Los Uhuru se restan importancia. ¡°Nosotros vamos donde tengamos colegueo. No tenemos un gran estudio, lo llevamos siempre con nosotros, nos basta un ordenador port¨¢til¡±.
Si en Brasil los ni?os nacen con un bal¨®n en los pies, aqu¨ª ahora lo hacen pegados a una mesa de mezclas. ¡°Yo soy productor y dj¡±; ¡°yo, manager de contenidos en una web musical¡±; ¡°yo hago beatbox [ritmos con la boca] y soy poeta¡±; ¡°yo soy visual-jockey, creo im¨¢genes para acompa?ar m¨²sica¡±, ¡°yo, selector musical, aqu¨ª tienes mi soundcloud [web para alojar sesiones]¡±¡ ¡°Soy artista¡± es la tarjeta de presentaci¨®n. Saben que no basta con currarse un look llamativo. El panorama est¨¢ creciendo a velocidad de v¨¦rtigo y el que no siga el ritmo se queda fuera. En poco menos de una d¨¦cada, la m¨²sica se ha convertido en un motor de transformaci¨®n, en la nueva cara de un continente del que solo escuchamos malas noticias.
Las conferencias previas a la celebraci¨®n televisada, que se dirige a una audiencia potencial de mil millones de africanos, acerca la m¨²sica a la calle. Solo se monta algo de revuelo cuando aparece rodeado de guardaespaldas el rapero de origen marroqu¨ª French Montana. Y es porque viene con su novia Khloe Kardashian, hermana de Kim, toda una celebridad tambi¨¦n aqu¨ª. La pareja entra en el backstage improvisado y, al comprobar la estrechez del habit¨¢culo, se marcha al minuto con su corte dejando una estela de arrogancia y flases.
Algunos artistas intentan adoptar las maneras de Montana. El tanzano Diamond entra escoltado por su crew y fuerza cierto alboroto porque est¨¢ grabando una webserie sobre su vida en el estrellato. Dos c¨¢maras siguen cada uno de sus pasos, que luego sube a su canal de YouTube. No siempre vivi¨® as¨ª. ¡°Yo vengo de una familia muy pobre. Para poder pagar mis primeras grabaciones le robaba los anillos de oro a mi madre¡±. Ahora, adem¨¢s de sus propias joyas, luce alg¨²n que otro r¨¦cord: presume de ser el m¨²sico que m¨¢s melod¨ªas para el tel¨¦fono vendi¨® en su pa¨ªs en 2013. Y se col¨® junto a los sudafricanos Mafikizolo, ganadores del premio a mejor grupo del a?o en los MAMA; y en otros galardones, los BET Awards, que recogen lo mejor de la m¨²sica afroamericana y se celebran en Los ?ngeles.
Si buscamos una proyecci¨®n global no tiene sentido que seamos competencia, sino que colaboremos¡±, proclama el vocalista de los sudafricanos Mafikizolo
Mafikizolo ejercen de superestrellas locales y posan para nuestra c¨¢mara en North Beach, la playa m¨¢s tur¨ªstica de Durban. La chavalada que se hab¨ªa juntado a patinar en una rampa de skate se?ala al d¨²o. Los interesados se comportan con tanta timidez que se dir¨ªa que prefieren estar en cualquier otra parte. Ya han hecho gira por Estados Unidos. Incluso actuaron en Espa?a, en la Expo de Zaragoza de 2008. Sus productores son Uhuru. Todos reivindican sus ra¨ªces: Diamond canta en ingl¨¦s y en suajili, Mafikizolo combinan el afropop con el kwaito, una variante del house nacida en Johannesburgo. Mantienen un contacto fluido entre artistas, no importa su nacionalidad. ¡°Si buscamos una proyecci¨®n global no tiene sentido que seamos competencia, sino que colaboremos¡±, dice Nhlanhla Nciza, la vocalista de Mafikizolo.
El kil¨®metro cero de toda esta nueva era se sit¨²a en 2005. Alex Okosi, un nigeriano emigrado a EE UU que acab¨® trabajando como ejecutivo en MTV a finales de los noventa y hoy es director de Viacom en el continente negro, convenci¨® a sus jefes para que invirtieran en hacer de esta cadena la primera referencia audiovisual panafricana. ¡°El problema era generar contenidos propios, porque los videoclips que se hac¨ªan eran mal¨ªsimos. ?Y c¨®mo alimentas una cadena musical sin buenos v¨ªdeos?¡±, recuerda. Se trajo a realizadores estrella de Estados Unidos, a Melina Matsoukas (que hace los v¨ªdeos de Beyonc¨¦ y Rihanna) y a Director X (tambi¨¦n conocido como Little X, que rueda para Usher, Sean Paul, Nicki Minaj, Nelly o Justin Bieber). Y mont¨® talleres en sus seis mercados clave ¨CNigeria, Sud¨¢frica, Kenia, Angola, Uganda, Tanzania¨C para aleccionar a videocreadores locales. Tambi¨¦n empez¨® a organizar conciertos juntando a artistas de unos pa¨ªses con otros. ¡°Era una declaraci¨®n de principios: ¡®Se puede hacer un negocio de esto en ?frica, no es producto de un momento cumbay¨¢¡±, se r¨ªe. ¡°Hace nueve a?os no ve¨ªas a gente como esta traspasar sus fronteras. Los ¨²nicos que llegaban a Europa eran los artistas de world music: Femi Kuti, Salif Ke?ta, Yossou N¡¯Dour¡ Ten¨ªan una audiencia muy espec¨ªfica, amantes de la m¨²sica con gustos ecl¨¦cticos, pero no conquistaban a las audiencias j¨®venes. Eso ha cambiado¡±.
Para 2050, seg¨²n la revista This is Africa, la poblaci¨®n del continente alcanzar¨¢ los 2.000 millones de habitantes, con una mayor¨ªa de menores de 35 a?os. En paralelo, la di¨¢spora africana env¨ªa miles de millones anualmente a casa. Se est¨¢ cimentando una juventud con cierto poder adquisitivo. Muchas empresas intuyen el fil¨®n. Todo est¨¢ en las cifras. Seg¨²n la Federaci¨®n Internacional de la Industria Fonogr¨¢fica (IFPI), solo en Sud¨¢frica las ventas de m¨²sica digitales crecieron un 107% en 2013, y representan el 14% de las ventas de canciones (valoradas en un total de 47 millones de euros). Kenia gener¨® m¨¢s de 37 millones de euros.
Los smartphones est¨¢n jugando un papel similar al desarrollo en otros lugares como India o China. En el continente negro, la banda ancha para m¨®viles ha crecido del 2% de penetraci¨®n en 2010 a un 11% en 2013. Hay poco que hacer frente a la masiva pirater¨ªa en CD (solo una de cada diez copias es legal), pero mucho que rentabilizar en plataformas como YouTube o iTunes, que opera en Nigeria, Sud¨¢frica y Kenia desde diciembre de 2012. Por no hablar de las melod¨ªas para m¨®vil, que solo en Nigeria generaron el a?o pasado 180 millones de euros. Aunque los sellos locales se quejan de que las plataformas se quedan con un 80% de esas ganancias. Los artistas hacen dinero tocando en directo. As¨ª es como se ha establecido un s¨®lido circuito de conciertos panafricano. Gracias a las colaboraciones entre m¨²sicos de unos pa¨ªses y otros, la cultura online y el cambio de mentalidad en las radios (que han pasado de programar un 80% de m¨²sica de fuera del continente a difundir una mayor¨ªa de sonidos locales), la base de fans crece. Todo est¨¢ sucediendo muy r¨¢pido: de no tener pr¨¢cticamente industria discogr¨¢fica a obligar a las plataformas a adaptarse a trompicones a una demanda voraz.
¡°El primer error en el que incurre el mundo es contemplar ?frica como un todo ¨²nico, cuando tenemos culturas muy diferentes de un pa¨ªs a otro. E incluso dentro de un mismo pa¨ªs. Solo en Nigeria se hablan 500 lenguas. ?Eso marca o no diferencias?¡±, esgrime Tim Horwood, un pelirrojo con rastas hasta los muslos nacido y crecido en Johannesburgo. Es el actual director de contenidos de MTV en ?frica. Y tiene una buena teor¨ªa sobre por qu¨¦ el mundo fija sus o¨ªdos ahora aqu¨ª: ¡°Otras regiones del planeta se han agotado como inspiraci¨®n. Acu¨¦rdate de la oleada de sonidos bhangra [indios] que impuso hace unos a?os con sus producciones Timbaland o del funk de las favelas que promulg¨® Diplo. Da la sensaci¨®n de que la industria musical americana, que es la que sirve de reflejo para las dem¨¢s, ha exprimido India y Sudam¨¦rica. Esta atenci¨®n hacia el continente negro tambi¨¦n tiene que ver con que muchos afroamericanos buscan sus or¨ªgenes. Todo este discurso de ¡°somos la madre Tierra¡±, que puede sonar muy new age, en realidad tiene bastante de cierto: la m¨²sica empez¨® en ?frica. Y hay mucho hartazgo, la escena de pop desechable ya no cubre determinados apetitos. La maquinaria est¨¢ a la b¨²squeda de algo nuevo. Y ?frica es la ¨²ltima frontera: a¨²n no ha sido expuesta o conquistada. Hay se?ales evidentes. No es casualidad que Beyonc¨¦ haya sacado en sus v¨ªdeos bailarines pantsula, un estilo original de Sud¨¢frica¡±.
Algunos artistas han logrado romper la barrera del continente. Los gemelos nigerianos P-Square vendieron un mill¨®n de copias en cuatro d¨ªas de su ¨²ltimo disco; su compatriota D¡¯Banj fich¨® por G.O.O.D. Music, el sello de Kanye West, y convirti¨® su tema Oliver Twist en un himno que alcanz¨® el segundo puesto de las listas inglesas. Tiwa Savage, de 34 a?os, ganadora del premio MAMA a la mejor artista femenina del a?o, es una de las que empezaron triunfando fuera para regresar a casa, a Nigeria. Un lugar donde el 60% de la poblaci¨®n vive en la pobreza, pero que tambi¨¦n cuenta con m¨¢s milmillonarios que cualquier otro pa¨ªs del continente negro (gracias a, entre otras cosas, que es el 11? pa¨ªs productor de petr¨®leo del mundo). De hecho, Nigeria se convirti¨® a principios de 2014, oficialmente, en la econom¨ªa m¨¢s fuerte del continente, con un PIB de 509.000 millones de d¨®lares (la 26? econom¨ªa m¨¢s grande del mundo). All¨ª confluye un nuevo mercado del lujo (aunque las grandes marcas, como Louis Vuitton y Gucci, solo tengan tiendas en Marruecos y Sud¨¢frica) y una pujante industria cinematogr¨¢fica bautizada como Nollywood.
Savage viene de una de esas familias acaudaladas. Aunque estudiara empresariales y llegara a trabajar para el Royal Bank of Scotland, su sue?o de ser cantante la llev¨® a ser vocalista de apoyo de George Michael ya con 16 a?os. Despu¨¦s lo har¨ªa para Mary J. Blige, Chaka Khan o Andrea Bocelli. Tras participar en el Factor X ingl¨¦s y firmar con Sony, apostar¨ªa por crecer como artista tambi¨¦n en su pa¨ªs. ¡°Fue duro al principio, recib¨ª burlas y comentarios de que jam¨¢s llegar¨ªa, pero¡ aqu¨ª estoy. A¨²n hay gente en ?frica que asume que si eres mujer debes estar en casa criando a tus hijos¡±.
El primer error en el que incurre el mundo es contemplar ?frica como un todo ¨²nico, cuando tenemos culturas muy diferentes de un pa¨ªs a otro¡±
Una visi¨®n que contrasta con la de Efya, de 27 a?os, finalista al mismo premio y justo de una generaci¨®n posterior. La experiencia de la ghanesa, que pasea desprovista de todo s¨¦quito por los jardines de North Beach envuelta en una camiseta de Rihanna haciendo la peineta, sugiere el r¨¢pido cambio de mentalidad que se est¨¢ produciendo en todo el continente. ¡°Ser chica ya es duro de por s¨ª, y m¨¢s en el mundo de la m¨²sica. Pero no por el sexismo, que yo no he sentido en ning¨²n momento, sino por la cantidad de competencia masculina que hay. Yo lo que he vivido es mucho colegueo y ganas de colaborar entre todos¡±. Efya tambi¨¦n sali¨® de un talent show, el local Stars of the future. Qued¨® tercera. Poco importa. Hoy es posiblemente la artista joven con mayor proyecci¨®n de su pa¨ªs.
Describe lo suyo como ¡°afro-neo-soul con una dosis de highlife [un estilo nacido en Ghana hace un siglo]¡±. Ha actuado en Nueva York y en el South By Southwest (Austin, Texas) e insiste en que ¡°muchas veces las fronteras las establecemos nosotros mismos¡±. Ella dice: ¡°Lo esencial es el branding [la capacidad para poner en relieve tu propia marca]. Las ventas de CD son algo anecd¨®tico. Lo importante es darte a conocer. Yo, como muchos otros artistas, puse mis canciones online para descargarse gratis¡±. Ahora planifica el lanzamiento de su propia firma de ropa y de gafas, de las que ense?a unos prototipos que le han enviado en un PDF al m¨®vil. Su arrolladora personalidad y mentalidad empresarial rivalizar¨ªa con las de muchas divas del r¡¯n¡¯b estadounidense. ?Piensa que lograr¨¢ hacer carrera all¨ª? ¡°Esa es una pregunta que ni me planteo, porque a¨²n hay muchas cosas que hacer aqu¨ª. Esta es una revoluci¨®n que solo est¨¢ empezando¡±
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.