La ayuda humanitaria pide socorro
En un solo a?o se han duplicado los ataques a personal de emergencias en todo el mundo debido a la mayor cantidad de conflictos complejos, con m¨²ltiples contendientes Hoy se les rinde homenaje con motivo del D¨ªa Mundial de la Asistencia Humanitaria
¡°Si alguien armado intenta meterte en un coche, tienes que tratar de escapar como sea. Y correr en zigzag para evitar las balas si te disparan. Se lo pones dif¨ªcil¡±. Mar¨ªa Fuentenebro agradeci¨® la teor¨ªa aprendida en los cursos de seguridad para personal humanitario cuando salv¨® la vida en Guatemala el 5 de marzo de 2008 en un ataque como el que describe. Entonces era empleada de la Agencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). ¡°No olvido la fecha¡±, dice casi en un susurro al otro lado del tel¨¦fono desde su despacho en Nueva York, donde hoy trabaja para la consolidaci¨®n de la paz, acceso humanitario y coordinaci¨®n c¨ªvico-militar del Programa Mundial de Alimentos. Ella se libr¨®. Otros, sin embargo, no logran esquivar el peligro.
A ellos, a las v¨ªctimas, est¨¢ dedicado el D¨ªa Mundial de la Asistencia Humanitaria que se celebra cada 19 de agosto, efem¨¦ride del ataque en 2003 a la sede de la ONU en Bagdad en el que murieron 22 trabajadores de la organizaci¨®n. En 2013, 155 trabajadores en misi¨®n humanitaria fueron asesinados, 171 heridos de gravedad y 134 secuestrados. En total, 460 v¨ªctimas en 251 incidentes violentos. Son casi el doble que en 2012, cuando hubo 277 afectados en 170 ataques, seg¨²n las estad¨ªsticas de la Aid Worker Security Database.
¡°Uno de ellos era mi amigo", dice Ghislain-Serge Koliatene. Este t¨¦cnico de laboratorio, de 37 a?os, de M¨¦dicos sin Fronteras en Rep¨²blica Centroafricana desde 2006, recuerda con dolor el d¨ªa en que un grupo de violentos entr¨® en el hospital de Boguila y mataron a tiros a tres compa?eros de la ONG y otros 13 civiles. El 26 de abril de 2014 los civiles, enfermos y personal m¨¦dico, eran el objetivo del ataque y Koliatene estaba all¨ª. ¡°Antes de aquello nunca hab¨ªa tenido miedo o me hab¨ªa sentido en peligro por mi trabajo¡±, relata. ¡°Despu¨¦s, no pens¨¦ en dejar de trabajar en MSF, pero s¨ª reflexion¨¦ sobre los riesgos que supon¨ªa y si quer¨ªa seguir asumi¨¦ndolos¡±, contin¨²a. Al final, concluy¨® que cualquiera en su pa¨ªs est¨¢ expuesto a la muerte debido a los combates o a las enfermedades incurables por falta de medicamentos y asistencia sanitaria. ¡°Decid¨ª seguir con mi labor para apoyar a mis conciudadanos, que sin MSF no tendr¨ªan acceso a servicios m¨¦dicos¡±.
El debate sobre d¨®nde trazar la l¨ªnea entre ayudar a otros y ponerse en riesgo uno mismo est¨¢ lejos de cerrarse. Las ONG lo tienen claro sobre el papel: lo primero es la seguridad de sus trabajadores que deben estar formados y preparados para afrontar situaciones de peligro de toda ¨ªndole. As¨ª, el incremento de ataques y v¨ªctimas no tiene que ver con una relajaci¨®n en el cumplimiento de las normas de las organizaciones en contextos de riesgo, seg¨²n apunta Abby Stoddard, miembro de Aid Worker Security y del comit¨¦ de direcci¨®n de M¨¦dicos del Mundo-Estados Unidos. En su opini¨®n, la principal causa es la mayor complejidad e intensidad de los conflictos en la actualidad. ¡°Las operaciones de ayuda humanitaria son objetivos f¨¢ciles y accesibles tanto para milicias como para delincuentes comunes¡±, detalla.
¡°?Ser¨¢ este el final de mi vida?¡±
El 26 de abril de 2014, el hospital de Boguila (Rep¨²blica Centroafricana) dej¨® de ser el lugar donde Gladice Nelly Aymare Mboka, matrona de 35 a?os, experimentaba la felicidad de ayudar a traer nuevas vidas al mundo. Ese d¨ªa, un grupo de personas armadas, entr¨® en el centro de salud y dispar¨® contra pacientes y personal sanitario. Tres empleados de M¨¦dicos sin Fronteras, colegas de Gladice Nelly, fueron asesinados.
En ese momento, ella estaba descansando en la casa para el equipo m¨¦dico situada junto al hospital. Este es su relato:
¡°Escuch¨¦ los tiros y nos fue imposible alcanzar la sala de seguridad en busca de refugio. Los disparos se hac¨ªan cada vez m¨¢s fuertes y estaba tan asustada que pens¨¦: ¡®?Ser¨¢ este el final de mi vida?¡¯. Les dije a mis colegas que se arrastraran por el suelo para llegar hasta el ba?o, donde nos escondimos agazapados durante 54 minutos.
Despu¨¦s todo se qued¨® en silencio, y fue entonces cuando nos dirigimos al hospital, donde nos informaron de la muerte de nuestros compa?eros. Cuando entr¨¦ en las salas de hospitalizaci¨®n, una enfermera me dijo llorando que fuera con ella a la zona de consultas externas para clasificar a las v¨ªctimas. All¨ª encontramos a tres personas vivas y las llevamos, en estado grave, a urgencias.
Pese al miedo, de nuevo me siento bien con mi trabajo como matrona en colaboraci¨®n con MSF y su proyecto en Rep¨²blica Centroafricana para ayudar a las personas en peligro prest¨¢ndoles servicios de salud".
A?ade, no obstante, que las organizaciones necesitan nuevas ideas y m¨¢s apoyos para abordar con mejor resultado la seguridad de sus empleados. ¡°Muchos trabajadores humanitarios son atacados mientras est¨¢n en tr¨¢nsito, en la carretera. M¨¢s que en cualquier otro entorno. Pero, para realizar su trabajo, tienen que hacer traslados y la innovaci¨®n en los m¨¦todos para reducir esta vulnerabilidad ha sido muy limitada. Los gobiernos donantes har¨ªan bien en apoyar a las entidades que prestan asistencia en su b¨²squeda de nuevos enfoques estrat¨¦gicos sobre c¨®mo garantizar sus movimientos y la creaci¨®n de corredores seguros¡±, reclama Stoddard.
En efecto, el 51% de los ataques se producen en ruta. Mohammad Al-Abadlah, param¨¦dico de 32 a?os que trabajaba en la Sociedad Palestina de la Media Luna Roja, fue v¨ªctima de uno de ellos. Muri¨® el pasado 25 de julio a ser alcanzado por disparos mientras viajaba en ambulancia para asistir a un hombre herido en una zona de Gaza controlada por el ej¨¦rcito israel¨ª.
Amnist¨ªa Internacional (AI) recogi¨® el testimonio sobre lo sucedido de Hassan Al-Attal, compa?ero de la ONG de Al-Abadlah y v¨ªctima tambi¨¦n del ataque. Lo describi¨® as¨ª: ¡°Aquel d¨ªa recibimos el encargo de ir a por un hombre herido en Qarara. Inform¨¢bamos de cada detalle constantemente a Cruz Roja, como siempre que entramos en un ¨¢rea controlada por militares israel¨ªes. As¨ª lo hicimos cuando nos quedamos bloqueados porque hab¨ªa cables con electricidad en la carretera. Ellos [el equipo de Cruz Roja] llamaron a los israel¨ªes para contarles la situaci¨®n y finalmente nos respondieron que el Ej¨¦rcito ordenaba que sali¨¦ramos del veh¨ªculo y fu¨¦ramos a pie con las luces de emergencia. Anduvimos 10 o 12 metros y, de pronto, dispararon contra nosotros. Mi colega grit¨®: '?Me han dado!'. Yo ech¨¦ a correr y volv¨ª a la ambulancia. Hab¨ªa tiros por todas partes¡±.
Este es solo uno de los varios episodios violentos de los que han sido v¨ªctimas trabajadores de la Media Luna Roja Palestina desde que comenzara la ¨²ltima escalada de violencia en Gaza. Varios trabajadores de la organizaci¨®n han sido asesinados, denuncia AI.
Oriente Medio es un punto negro en el mapa de ataques a personal humanitario. Lo sabe bien Karl Schembri, responsable de Comunicaci¨®n en la zona de Save the Children. ¡°Hay muchos conflictos. Y se dan situaciones impredecibles en las que no sabes qu¨¦ va a pasar despu¨¦s. Lo ¨²nico que puedes hacer en ese momento es calmarte y pensar en la raz¨®n por la que est¨¢s ah¨ª: para ayudar. Al fin y al cabo, en estos contextos donde es tan dif¨ªcil y peligroso hacer llegar la ayuda es donde m¨¢s se necesita, porque se provee a la poblaci¨®n de lo m¨¢s b¨¢sico¡±, explica por tel¨¦fono desde Jordania. ¡°Para evitar convertirnos en un problema a?adido, en una v¨ªctima m¨¢s, tenemos fuertes medidas de seguridad. Pero sin dejar que el miedo nos paralice, porque si lo hiciera, no cumplir¨ªamos con nuestra labor¡±, afirma.
Pero la experiencia demuestra que solo con medidas de seguridad no basta para evitar las agresiones. El respeto por parte de los contendientes en un conflicto al personal que asiste a la poblaci¨®n civil es clave. Y ese respeto ya no existe. En esto coinciden los expertos. ¡°Lo hemos visto en Gaza, donde no se han acatado las normas internacionales respecto a la ayuda humanitaria. Se han bombardeado escuelas de la ONU e infraestructuras b¨¢sicas¡±, lamenta Schembri.
Mar¨ªa Fuentenebro, del Programa Mundial de Alimentos, subraya que las organizaciones tambi¨¦n tienen que respetar los principios b¨¢sicos de la asistencia: humanidad (salvar vidas, ayudar), neutralidad (no tomar partido), imparcialidad (no discriminar) e independencia operacional (no tener objetivos pol¨ªticos). ?No se cumple? En su opini¨®n, no del todo. Y, de nuevo, Gaza es el ejemplo. As¨ª lo cree Olivi¨¦ Longu¨¦, presidente de Acci¨®n Contra el Hambre y secretario de la Coordinadora de ONG de Desarrollo (CONGDE). ¡°La comunicaci¨®n que se est¨¢ haciendo por parte de las organizaciones es claramente propalestina. El riesgo de indignarse es que dejas de ser neutral¡±, considera.
Gaza es, sin duda, territorio hostil para los trabajadores de ONG y agencias de la ONU en estos momentos por muchos motivos. Sin embargo, durante 2013, los pa¨ªses donde m¨¢s ataques se produjeron fueron, en este orden, Afganist¨¢n (81 v¨ªctimas), Siria (43), Sud¨¢n del Sur (35), Pakist¨¢n (16), Sud¨¢n (16) y Somalia (8), seg¨²n los datos de la Aid Worker Security Database.
En este ¨²ltimo trabaja Crispen Rukasha, responsable de la Oficina para la Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA). ?l siente que est¨¢ en el punto de mira de Al Shabaab, grupo extremista isl¨¢mico en Somalia. ¡°Ellos han dejado claro que todo el personal de la ONU y de las ONG somos uno de sus objetivos¡±, explica en una llamada que atiende desde Mogadiscio. Esa espada de Damocles dificulta su trabajo para ayudar a las personas que les necesitan, asegura. Y cada vez son m¨¢s. ¡°La crisis humanitaria ha ido a peor y no podemos llegar a determinadas ¨¢reas donde es precisa la asistencia. En 2011 ya hubo hambrunas y ahora, con la sequ¨ªa y el conflicto azotando a la poblaci¨®n, va a volver a ocurrir porque si la gente no puede cultivar y encima no llueve, no tendr¨¢n alimentos¡±, detalla. ¡°Intentamos hacerlo lo mejor que podemos porque vemos a la gente sufrir, pasar hambre, morir¡¡±. La sensaci¨®n de impotencia es perceptible al otro lado del tel¨¦fono. ¡°Tienes que estar mentalmente preparado para ver eso¡±, zanja.
Para la ONU, trabajadores como Rukasha, Schembri, Mohammad Al-Abadlah o Koliatene son ¡°h¨¦roes¡± que, al menos por un d¨ªa, dejan de ser un n¨²mero an¨®nimo y fr¨ªo. As¨ª lo ha querido destacar el organismo en la campa?a que ha lanzado con motivo de este D¨ªa Mundial de la Asistencia Humanitaria 2014, para homenajear a las miles de personas ¡°que afrontan el peligro y la adversidad para ayudar a otros¡±. En total, la organizaci¨®n ALNAP (Active Learning Network for Accountability and Performance) calcula que hay 210.000 trabajadores humanitarios de la ONU y otras agencias por el mundo. Un ej¨¦rcito formado no solo por personal sanitario, sino tambi¨¦n pilotos, ingenieros, bomberos... "M¨¢s necesario que nunca", dice el organismo. El lema reza El mundo necesita m¨¢s #HumanitarianHeroes.
No se siente una hero¨ªna Marysia Zapasnik. Al menos, no m¨¢s que alguien que ayuda a una persona mayor a llevar las bolsas de la compra a casa. ¡°Es nuestra profesi¨®n y nos pagan por lo que hacemos. No somos santos, simplemente queremos marcar una diferencia¡±. Lo dice por correo electr¨®nico desde un pa¨ªs donde el a?o pasado 35 empleados de ONG sufrieron agresiones graves, desde asesinatos hasta secuestros. Trabaja en Sud¨¢n del Sur, en el programa Mine Action, que pretende dejar libre de minas el pa¨ªs y reducir, a trav¨¦s de la educaci¨®n, el n¨²mero de v¨ªctimas por la detonaci¨®n involuntaria de estos artefactos.
Zapasnik reconoce, sin embargo, que su profesi¨®n entra?a unos peligros y dificultades que no se dan en otras. ¡°Por supuesto hay muchos retos, cada d¨ªa es duro. Dedicarse a esto significa, en muchos casos, estar lejos de casa, en condiciones dif¨ªciles, a veces arriesgando la vida. Y nos preguntamos si merece la pena¡±. ?Cu¨¢l es la respuesta? ¡°Si puedo ayudar a los m¨¢s pobres y vulnerables del mundo, por supuesto¡±, contesta rotunda. ¡°Al final, te acostumbras a las adversidades, a las frustraciones y miedos. Cada uno encuentra su f¨®rmula para manejar su estr¨¦s¡±, apostilla.
Mi sue?o es perder mi trabajo porque ya resulte innecesario", Antonio Salort (PMA)
Sobreponerse a la adversidad es imprescindible para poder cumplir el objetivo: salvar vidas en situaciones de emergencia. Ni las reivindicaciones pol¨ªticas, ni solucionar los conflictos es su misi¨®n, concluyen. Aunque despu¨¦s de mitigar los efectos devastadores de una guerra, un desastre natural o una crisis alimentaria en la poblaci¨®n civil, el trabajo no se acaba. Una vez superada la urgencia, la cooperaci¨®n al desarrollo deber¨ªa ayudar a estabilizar la recuperaci¨®n de los pa¨ªses afectados. Olivi¨¦ Longu¨¦ asegura que los recortes en esta partida por parte de los pa¨ªses donantes ¨Cen Espa?a ha sido de un 70% desde 2008¨C provoca que situaciones que se podr¨ªan ¡°tener bajo control¡± se conviertan en crisis humanitarias cr¨®nicas. Es el caso de Sud¨¢n del Sur, apunta el presidente de Acci¨®n Contra el Hambre. All¨ª, donde Zapasnik trata de conseguir que los civiles no acaben desmembrados por una bomba olvidada en un camino, se encuentran al borde de una hambruna que amenaza con llevarse por delante a miles de personas. ¡°Se podr¨ªa haber evitado con proyectos de agua y saneamiento, entre otros. Pero va a morir mucha gente. Es un claro ejemplo de abandono de la ayuda internacional cuyo coste humano va a ser inmenso¡±, denuncia.
Con todo, la lucha contra el hambre, la pobreza extrema, la mortalidad materna e infantil, y otros males, est¨¢n en la agenda internacional de desarrollo. Los soldados para combatirlos son aquellos a los que este martes se le rinde homenaje. Antonio Salort, responsable del Programa Mundial de Alimentos en Madrid, cree que ¡°estos h¨¦roes que se juegan la vida¡± en una batalla invisible diaria, ser¨¢n los vencedores: ¡°Soy optimista y creo firmemente que el hambre tiene soluci¨®n. Y mi sue?o es perder un d¨ªa mi trabajo porque ya resulte innecesario. Aunque suene ut¨®pico, es posible¡±.
Mensaje del Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, con motivo del D¨ªa Internacional de la Asistencia Humanitaria.
Consulta qui¨¦n es qui¨¦n en la Ayuda Humanitaria en la p¨¢gina del D¨ªa Mundial de la Asistencia Humanitaria.
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