Doble vida
No se puede negar que ha sido una obra maestra el haber mantenido durante m¨¢s de 30 a?os una ficci¨®n de honradez
Despu¨¦s de todo, llevar una doble vida es muy excitante. Necesitas continuas descargas de adrenalina que te mantengan siempre en estado de alerta para que la ficci¨®n no se rompa. Un mal gesto puede generar una traici¨®n o una venganza que pondr¨¢ patas arriba tu biograf¨ªa. Incluso corres grave riesgo si sue?as en voz alta o estando borracho te vas de la lengua. Esa tensi¨®n permanente produce a veces mucha emoci¨®n: en un descuido puede abrirse el armario y cae el muerto de bruces en el sal¨®n en medio de los invitados. Se dice que ninguna mujer es interesante si no lleva una doble vida. Hay dulces l¨¢grimas de beata que esconden un adulterio; sofisticadas damas de alta sociedad que tiemblan por si se descubre su pasado en cualquier prost¨ªbulo. Ese laberinto del alma femenina ha inspirado obras maestras de la literatura, pero en pol¨ªtica este melodrama no funciona. Para cierta clase de pol¨ªticos hoy estar imputado es casi una profesi¨®n. Si eres un pol¨ªtico calavera que se dedica a robar sin imponer la moral a nadie, te pillan, te escabulles o te condenan, y ah¨ª acaba el asunto; en cambio, si eres un pol¨ªtico muy honorable y te has dedicado a dar lecciones de honestidad a todo el mundo, la emoci¨®n de vivir al borde del acantilado llega al grado m¨¢ximo. Aunque el armario de Jordi Pujol estaba bien cerrado, desde el principio de la Transici¨®n siempre hubo adversarios que detectaron un olor muy desagradable que emanaba por la cerradura. No se puede negar que ha sido una obra maestra el haber mantenido durante m¨¢s de 30 a?os una ficci¨®n de honradez, sentido com¨²n y ejemplo de ciudadan¨ªa, pero de pronto la puerta del armario se ha abierto y ha ca¨ªdo un cad¨¢ver en medio del teatro. El asombro del p¨²blico se ha producido al descubrir que el muerto era el propio Jordi Pujol y que el tinglado de la antigua farsa se ven¨ªa abajo.
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