La medici¨®n del crecimiento inclusivo

Cuando el pr¨®ximo a?o se cumpla el plazo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), el mundo podr¨¢ apreciar varios logros importantes desde que se les diera inicio en 2000. Durante este periodo se ha reducido a la mitad la extrema pobreza, unos 100 millones de habitantes de barriadas pobres han obtenido acceso a agua potable, millones a atenci¨®n sanitaria, y hoy un gran n¨²mero de chicas reciben educaci¨®n. Sin embargo, sigue habiendo mucho por hacer e importantes discrepancias sobre c¨®mo conseguirlo.

La agenda para el desarrollo Post-2015 tomar¨¢ el relevo de los ODM, a?adiendo otros objetivos relacionados con la inclusi¨®n, la sostenibilidad, el empleo, el crecimiento y la gobernanza. El ¨¦xito de los pr¨®ximos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) depender¨¢ de c¨®mo se desarrollen, implementen y midan los nuevos programas.

Un crecimiento econ¨®mico s¨®lido permite a las personas mejorar sus vidas y crear espacios para el desarrollo de nuevas ideas. Pero suele venir acompa?ado de la degradaci¨®n del medioambiente, lo que afecta la salud y la calidad de vida, amenaza las fuentes de agua y pone en riesgo los ecosistemas, impidiendo el crecimiento de las generaciones futuras. M¨¢s a¨²n, el crecimiento cortoplacista que erosiona el capital natural es vulnerable a ciclos de auge y recesi¨®n, y puede hacer que quienes viven cerca de la l¨ªnea de la pobreza acaben bajo ella.

Adoptar una visi¨®n m¨¢s de largo plazo sobre el crecimiento que tome en cuenta la igualdad social, econ¨®mica y ambiental debe ser una de las grandes prioridades de la nueva agenda para el desarrollo tras 2015. Hoy, cuando se preparan los ODS, se est¨¢ tomando en consideraci¨®n la necesidad de integrar la seguridad energ¨¦tica, h¨ªdrica y alimentaria, junto con el planeamiento urbano y la biodiversidad. Sin embargo, no ser¨¢ factible traducir los objetivos propuestos en acciones a nivel de pa¨ªs si no se tienen indicadores que permitan orientar las pol¨ªticas y medir sus avances.

Un m¨¦todo de medici¨®n es la contabilidad del capital natural, que estima el valor de los recursos naturales en el planeamiento para el desarrollo y las cuentas nacionales, tal como una familia contabilizar¨ªa el valor de su casa (y el coste de mantenerla) al decidir cu¨¢nto de su ingreso regular destinar al consumo. Un informe reciente del Foro Econ¨®mico Mundial propone un tablero para el crecimiento inclusivo y sostenible. Se trata de un modelo que recoge la contabilidad del capital natural, un ¨ªndice de oportunidades humanas, un ¨ªndice de brecha de ingresos, indicadores de inversi¨®n p¨²blica como porcentaje del PIB, un ¨ªndice de competitividad, indicadores de prosperidad en com¨²n y datos de desempleo desglosados.

Una alianza encabezada por el Banco Mundial, Contabilidad de la Riqueza y la Valoraci¨®n de los Servicios de los Ecosistemas (WAVES, por su sigla en ingl¨¦s), muestra a los gobiernos la manera en que determinadas conductas agotan los recursos naturales y c¨®mo la contabilidad del capital natural puede ayudar a crear pol¨ªticas de desarrollo m¨¢s sostenibles. Tras una campa?a en la Cumbre Rio+20 en 2012, 70 gobiernos apoyaron la contabilidad del capital natural. Entre ellos, 40 eran de pa¨ªses de ingresos medios y bajos.

Este m¨¦todo ya se ha puesto en pr¨¢ctica en diferentes lugares del mundo. Por ejemplo, las cuentas forestales han demostrado que Guatemala sufre la m¨¢s r¨¢pida tasa de deforestaci¨®n de Am¨¦rica Central y del Sur, y que la tala m¨¢s descontrolada la realizan los hogares para cocinar. Esta informaci¨®n ha impulsado al gobierno guatemalteco a revisar su ley forestal y financiar nuevas estrategias para controlar el uso de la madera de bosques como combustible, prevenir la tala ilegal y promover el uso de fuentes de energ¨ªa alternativas por parte de las familias.

Los intentos de Botswana por diversificar su econom¨ªa se ven limitados por la escasez de agua, pero las cuentas h¨ªdricas est¨¢n ayudando al gobierno a identificar sectores ¡ªcomo la agricultura, la miner¨ªa y el turismo¡ª que pueden desarrollarse con poco consumo de agua.

En Filipinas, donde el sector industrial y sus servicios asociados en la regi¨®n de Lago Laguna, de la zona metropolitana de Manila, generan un 60% del PIB, la poluci¨®n y la acumulaci¨®n de sedimentos ya han reducido en un tercio la profundidad del lago. Las cuentas de ecosistemas se han convertido en instrumentos ¨²tiles para determinar c¨®mo gestionar mejor este recurso. Tambi¨¦n se est¨¢n usando para mejorar la gesti¨®n forestal en el estado indio de Himachal Pradesh, donde los bosques son un recurso vital para dos sectores importantes para el crecimiento: el turismo y la generaci¨®n hidroel¨¦ctrica.

Son experiencias reales para dar forma a la agenda de desarrollo posterior a 2015. Incluir la sostenibilidad obliga a los gobiernos y las empresas a ponderar el impacto medioambiental de sus decisiones. Un informe de la ONU llama a todos los gobiernos a adoptar la contabilidad del capital natural a fin de que sus iniciativas de sostenibilidad sean coherentes, precisas y comparables en el largo plazo. As¨ª se institucionalizar¨¢ la sostenibilidad como parte intr¨ªnseca de la gobernanza cotidiana.

Solamente mediante el paso a una perspectiva m¨¢s amplia sobre el crecimiento y el desarrollo podr¨¢ el mundo abordar los urgentes retos de la desigualdad y la sostenibilidad. Poner esta convicci¨®n al centro de los ODS ayudar¨¢ a mejorar la salud y el bienestar de todas las sociedades en el largo plazo.

Mahmoud Mohieldin es Secretario corporativo y enviado especial del presidente en el Banco Mundial. Copyright: Project Syndicate, 2014.

Traducido del ingl¨¦s por David Mel¨¦ndez Tormen.