Antes de que sea demasiado tarde

En un refugio rudimentario conocimos a Myagoa, de ocho a?os, v¨ªctima del conflicto en Sud¨¢n del Sur que ha desarraigado a cientos de miles de ni?os como ella. Es tal vez uno de los ni?os con mayor suerte: a pesar de que lucha para sobrevivir, a menudo con una sola comida al d¨ªa, ha conseguido asistir a un aula improvisada, y todav¨ªa sue?a en convertirse un d¨ªa en doctora.

Hemos visto a ni?os que muy probablemente sobrevivir¨¢n solo unos cuantos d¨ªas m¨¢s. Ni?os que van a morir incluso despu¨¦s de que sus padres hayan caminado varios d¨ªas buscando ayuda para salvarlos.

Este a?o ya hemos visto m¨¢s de 4.000 casos de c¨®lera. Y cerca de 50.000 ni?os menores de cinco a?os morir¨¢n de desnutrici¨®n grave durante este a?o si no actuamos ahora. Ni?os cuyas vidas, sue?os y esperanzas se est¨¢n disipando, fuera de las c¨¢maras, sin que nadie se percate. El mundo no est¨¢ prestando la suficiente atenci¨®n a esta tragedia en ciernes. Si no comenzamos a prestar atenci¨®n, morir¨¢n m¨¢s ni?os. Lo sabemos, los hemos visto.

Las mismas se?ales de advertencia que estamos viendo hoy en este pa¨ªs las vimos en Somalia hace tres a?os¡­ Y cuando el mundo actu¨® por fin, ya era muy tarde para demasiados peque?os. Incluso si la crisis de Sud¨¢n del Sur es la consecuencia del fracaso de los adultos, esto no significa que nosotros debamos tambi¨¦n abandonar a sus ni?os.

?Tenemos que echarnos las manos a la cabeza desesperadamente ante la presencia de otra crisis, o debemos apelar a nuestra humanidad y actuar para ponerle fin? Los menores no son responsables de la tragedia y no tendr¨ªan que estar esperando a que el mundo act¨²e para salvar sus vidas.

Estamos haciendo todo lo que podemos: el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) y UNICEF est¨¢n coordinando los equipos de respuesta pr¨¢ctica con nuestros socios, volando a las zonas m¨¢s aisladas con alimentos, tratamientos nutricionales, vacunas, apoyo para agua y saneamiento, con el fin de ayudar a las familias m¨¢s afectadas. Adem¨¢s, desde abril, el PMA ha llevado a cabo m¨¢s de 1.000 vuelos para distribuir alimentos a m¨¢s de 600.000 personas.

Pero siempre tenemos la posibilidad de mejorar a¨²n m¨¢s las cosas y de proporcionar m¨¢s asistencia vital a un n¨²mero incluso mayor de personas, si recibimos ahora mismo el apoyo que necesitamos.

Como todos los ni?os, Myagoa tiene esperanzas, sue?os y ambiciones. Como su sue?o de convertirse en doctora, en alguien que un d¨ªa salve vidas, lo mismo que nosotros debemos asegurar hoy su vida y su futuro. La determinaci¨®n y la ambici¨®n de Myagoa deben servirnos de inspiraci¨®n.

Podemos transformar esa inspiraci¨®n en acci¨®n. Antes de que sea demasiado tarde.

Anthony Lake, director ejecutivo de UNICEF, y Ertharin Cousin, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Recientemente viajaron juntos a Sud¨¢n del Sur.