El Museo Nacional de Escultura
Hace d¨ªas ustedes publicaban un art¨ªculo, La memoria de los escultores, en una excelente iniciativa de visibilidad de nuestro patrimonio m¨¢s desconocido. Pero al describir la tortuosa trayectoria de estas colecciones en toda Europa, se tomaba como negro ejemplo el Museo Nacional de Reproducciones Art¨ªsticas, ¡°desaparecido y errante¡±, borrado de un plumazo por el BOE, que envi¨® ¡°un grupo de yesos¡± al Museo Nacional de Escultura: seg¨²n el periodista, ¡°un delito de lesa cultura¡±.
La realidad es bien distinta: desde 2012 ¡°toda¡± la colecci¨®n pertenece al primer museo de escultura espa?ol, en una presentaci¨®n p¨²blica de amplio horario altamente valorada por miles de ciudadanos. Mereci¨® el Premio ARPA 2013 de Intervenci¨®n en el Patrimonio por ¡°su car¨¢cter innovador, su programa expositivo y la revalorizaci¨®n de las r¨¦plicas art¨ªsticas¡±. Adem¨¢s, es un eje de dinamizaci¨®n cultural, escenario de lecturas sobre Homero, cine sobre mitolog¨ªa, cursos sobre cultura cl¨¢sica, encuentros internacionales y talleres de vaciado. Nuestros conservadores se han volcado en su investigaci¨®n y restauraci¨®n, reflejadas en la web y en un cat¨¢logo magn¨ªficamente editado.
El Museo Nacional de Escultura debe su nombre a la ambiciosa aspiraci¨®n con que fue concebido en 1933 por Ricardo de Orueta, a quien dedicaremos una exposici¨®n este mes de septiembre.¡ª Celia Guilarte Calder¨®n de la Barca. Departamento de Comunicaci¨®n del Museo Nacional de Escultura.
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