¡°Creamos un lecho para quienes no han tenido nuestra suerte¡±
Con motivo del D¨ªa del Cooperante, un empleado de Oxfam narra su ajetreada jornada: "Mi trabajo es un grano de arena"
Me entero que se acerca el D¨ªa del Cooperante. ?Es el d¨ªa 8? Lo celebraremos con algo especial, pienso. Pero mientras tanto me despierto como todos los d¨ªas en Bor, en Sud¨¢n del Sur, caliento agua y me la sirvo en una taza con una cucharada de caf¨¦ instant¨¢neo (cu¨¢nto se echa de menos un buen expreso). Leo y respondo algunos de los cientos de mails que todav¨ªa tengo en mi bandeja de entrada.
?Qu¨¦ me toca hacer hoy? Reuniones, informes, presupuestos para hacer lo m¨¢ximo con lo m¨ªnimo y llamadas de mis compa?eros de terreno con interminables preguntas que responder y que acaban con nuevas preguntas hasta encontrar la soluci¨®n adecuada a problemas inesperados. Preparo mi pr¨®ximo viaje a otros puntos del pa¨ªs donde estamos atendiendo a la poblaci¨®n afectada por el conflicto y sigo d¨¢ndole vueltas a la estrategia para el a?o que viene, siempre con diferentes escenarios posibles, pues aqu¨ª nunca se sabe a ciencia cierta lo que pasar¨¢ al d¨ªa siguiente.
Cae la noche y a¨²n no hice ni la mitad de lo que ten¨ªa pendiente en mi lista. Siguen llegando mails que leer¨¦ despu¨¦s de cenar con mis colegas, mis amigos, mis compa?eros de alegr¨ªas y sufrimientos, los que son mi familia en Sud¨¢n del Sur.
Me levanto al d¨ªa siguiente. Son las seis de la ma?ana y a primera hora sale el vuelo que me llevar¨¢ a Twic East, en el estado de Jonglei, d¨®nde empezamos a construir pozos para la poblaci¨®n desplazada y la comunidad de acogida que recogen agua de alg¨²n charco de agua, si tienen suerte. Me toca identificar lugares, poblaciones, hablar con las autoridades y dem¨¢s. La noche vuelve a llegar sin darme cuenta.
De nuevo, me caliento el agua para el caf¨¦ mientras lleno una mochila con tres camisetas de Oxfam Interm¨®n, unas mudas y el cepillo de dientes. En la otra llevar¨¦ mi ordenador, libreta y papeles varios. A las siete estoy pele¨¢ndome en una locura de terminal de aeropuerto para conseguir mi billete y esperar que avisen para un nuevo vuelo que me har¨¢ cruzar el pa¨ªs.
Aprovecho para revisar mi memoria. Hace un mes estuve en Mingkaman y casi se me saltan las l¨¢grimas al ver la evoluci¨®n de este lugar y de las 100.000 personas que all¨ª se han instalado. Llegamos all¨ª a principios de enero, para suministrar agua y construir cientos de letrinas, mientras por las noches, escuch¨¢bamos como bombardeaban al otro lado del r¨ªo las casas de los que ahora estaban refugiados bajo ¨¢rboles. Esta ¨²ltima vez me pareci¨® un lugar maravilloso, donde las familias ya no andan perdidas, no se pelean por un litro de agua limpia, tienen peque?os huertos y un stock de comida que cada mes mis compa?eros de seguridad alimentaria de Oxfam Interm¨®n se encargan de distribuir. A¨²n queda mucho por hacer, pero lo hecho hasta ahora me parece magia.
La semana pasada estuve en Bor, d¨®nde el equipo de Oxfam Interm¨®n ha contribuido a crear un nuevo espacio con todas las necesidades cubiertas para las cerca de 5.000 personas que se encuentran refugiadas bajo la protecci¨®n de Naciones Unidas. Ahora toca rehabilitar las infraestructuras de agua y saneamiento junto a una campa?a de promoci¨®n de salud en el Hospital de Bor destruido meses atr¨¢s en los combates, el cual empieza a ponerse de nuevo en marcha.
Me he quedado dormido en el helic¨®ptero y ya estoy aterrizando en Twic East. Me despierto en un lugar que no tengo muy claro cu¨¢l es. ?Ah, ya recuerdo! Anteayer fue el d¨ªa del cooperante y nos olvidamos de hacer algo especial. Bueno, hoy no pasa sin celebrarlo, pero antes hay que levantarse de nuevo, calentar agua y serv¨ªrmela en una taza con una cucharada de caf¨¦ instant¨¢neo (cu¨¢nto se echa de menos un buen expreso) y revisar de nuevo mis mails.
No somos m¨¢s que simples profesionales haciendo su trabajo. Y mi trabajo es s¨®lo un peque?o grano de arena que junto al del resto de mis compa?eros de Oxfam Interm¨®n y de otras organizaciones crean un lecho donde los que no han tenido nuestra suerte puedan recostarse.
Jaime Corb¨ª trabaja en Sud¨¢n del Sur para Oxfam Interm¨®n. Es ingeniero de obra civil y coordina las acciones de agua y saneamiento en el pa¨ªs.
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