La fiscalidad puede acabar con la desigualdad en Am¨¦rica Latina
Rosa Ca?ete Alonso, coordinadora de la campa?a de Oxfam contra las desigualdades en Latinoam¨¦rica y el Caribe
Los impuestos que generar¨ªan s¨®lo el 3,5% de los capitales latinoamericanos que est¨¢n escondidos en para¨ªsos fiscales, ser¨ªan suficientes para que 32 millones de personas salieran de la pobreza. Es decir, todas las personas pobres de Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador y Per¨².
A pesar de los avances econ¨®micos y de reducci¨®n de la pobreza en la ¨²ltima d¨¦cada en Latinoam¨¦rica y el Caribe, ¨¦sta sigue siendo la regi¨®n m¨¢s desigual del mundo. Parad¨®jicamente sus gobiernos desaprovechan el potencial que podr¨ªan tener sus sistemas fiscales (articulados junto a otras pol¨ªtica p¨²blicas) para combatir las desigualdades estructurales que caracterizan a la regi¨®n. Por el contrario, las reglas del juego tributario favorecen a las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas, deteriorando la democracia y dificultando a¨²n m¨¢s la reducci¨®n de la desigualdad.
Prueba de este hecho es que mientras los pa¨ªses de la OCDE reducen la desigualdad de ingresos (?ndice de Gini) a trav¨¦s de la recaudaci¨®n de impuestos y el gasto social en m¨¢s de un 35%, los sistemas fiscales de LAC solo reducen la desigualdad en menos de un 10%, seg¨²n datos de la Comisi¨®n Econ¨®mica para Latinoam¨¦rica y el Caribe (CEPAL). Es decir, la recaudaci¨®n con respecto al PIB es alrededor de 15% inferior en LAC a la de los pa¨ªses de la OCDE, limitando la posibilidad de los gobiernos de desarrollar pol¨ªticas que reduzcan las grandes brechas sociales y econ¨®micas.
De acuerdo al informe publicado por Oxfam ¡°Justicia fiscal para reducir la desigualdad en Latinoam¨¦rica y el Caribe¡±esta baja recaudaci¨®n responde, entre otras causas, a las grandes exenciones tributarias que los gobiernos conceden a las empresas locales y multinacionales. Estas exenciones refuerzan la acumulaci¨®n de riqueza de las ¨¦lites y al final es la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable que paga las consecuencias al no contar con servicios p¨²blicos de calidad, teniendo en muchos casos que acudir a servicios privados tanto de salud como de educaci¨®n.
Adem¨¢s de la falta de recursos, el dise?o de las pol¨ªticas tributarias en la regi¨®n aumenta la desigualdad en vez de reducirla. Incluso hay estudios que demuestran que los avances que se han logrado gracias a programas de protecci¨®n social del estado, se revierten debido al impacto que tienen los impuestos al consumo sobre los ingresos de los m¨¢s pobres. En Bolivia el ¨ªndice de Gini (que mide la desigualdad) se reduce en un 2% cuando se aplican las ayudas estatales a trav¨¦s de transferencias directas, pero cuando se a?ade el efecto de los impuestos al consumo esta reducci¨®n baja a tan solo el 0,5%.
Los impuestos directos sobre la renta y las utilidades tienen una gran capacidad de redistribuir la riqueza, pero no son los preferidos por los gobiernos en la regi¨®n. En 2010, representaron en promedio s¨®lo el 26% de la recaudaci¨®n en LAC, frente al 33% en pa¨ªses de la OCDE. En respuesta, m¨¢s de la mitad de la recaudaci¨®n de impuestos en Latinoam¨¦rica y el Caribe proviene de gravar el consumo. En general, esta realidad hace que las personas de bajos ingresos aporten m¨¢s con respecto a su ingreso que lo que aportan las personas m¨¢s ricas, limitando as¨ª el potencial del sistema tributario para redistribuir la riqueza. En Brasil, cifras de 2008 indican que la carga tributaria que soportaron los hogares que ganaron m¨¢s de 30 salarios m¨ªnimos al mes ascendi¨® a 29% del ingreso familiar, mientras que los hogares que ganaron menos de dos salarios m¨ªnimos soportaron un 53,9% de carga en impuestos.
Pero esta realidad se puede y tiene que cambiar. En LAC queda mucho por hacer para que las finanzas p¨²blicas sean un instrumento en la construcci¨®n de sociedades m¨¢s equitativas y por lo tanto m¨¢s cohesionadas. Por estas razones exigimos a nuestros gobiernos que tengan la voluntad pol¨ªtica para utilizar todo el potencial de la fiscalidad para reducir las desigualdades, garantizar los derechos de las mayor¨ªas representando sus intereses y no los de unos pocos elegidos y les proponemos medidas concretas para alcanzarlo.
El anuncio que hizo esta semana el ministro de finanzas colombiano sobre los impuestos a las grandes fortunas que piensa introducir en la pr¨®xima reforma tributaria podr¨ªa ser el acicate de un debate urgente en la regi¨®n: c¨®mo hacer que los m¨¢s ricos contribuyan a cerrar las brechas hist¨®ricas que limitan la reducci¨®n sostenible de la pobreza. Otro tema complementario ser¨¢ decidir en qu¨¦ y c¨®mo se invierten esos recursos.
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