Europa no puede olvidarse de Libia
El pa¨ªs mediterr¨¢neo necesita ayuda urgente para sortear su actual crisis
Espa?a acoge hoy una reuni¨®n de pa¨ªses mediterr¨¢neos para debatir la ayuda internacional a Libia. Una iniciativa muy oportuna porque, a medida que la situaci¨®n empeora, aumenta el peligro de contagio a los pa¨ªses vecinos, y Francia lleva tiempo pidiendo una intervenci¨®n.
Espa?a es un anfitri¨®n apropiado. No tiene un pasado colonial ni v¨ªnculos demasiado estrechos con el viejo r¨¦gimen; el diplom¨¢tico Bernardino Le¨®n es actualmente enviado especial de la ONU para Libia, despu¨¦s de haber ocupado ese puesto en la UE; Espa?a preside este a?o el grupo 5+5 de pa¨ªses del Mediterr¨¢neo occidental, que son de los que m¨¢s sufren las consecuencias. Adem¨¢s, puede contrarrestar la percepci¨®n de que ha perdido peso en la pol¨ªtica internacional en los ¨²ltimos a?os y ejercer el papel de gran mediador europeo en el mundo ¨¢rabe, una de sus prioridades estrat¨¦gicas, aunque eso exige destinar m¨¢s recursos a la diplomacia, la defensa y la cooperaci¨®n al desarrollo y un compromiso sostenido que no se quede en reuniones.
Europa no puede ignorar la grave crisis de Libia, tan olvidada en el debate p¨²blico.
La influencia de Espa?a y Europa en la situaci¨®n libia no es inmensa, pero tampoco despreciable. A los personajes m¨¢s destacados les importa mucho el acceso a Europa (viajes, propiedades, mercados financieros), y la amenaza de sanciones individuales de la ONU puede servir para que acepten un acuerdo.
Las potencias regionales tienen un papel importante, como han mostrado las recientes incursiones a¨¦reas atribuidas a los Emiratos ?rabes Unidos (EAU). El nuevo jefe de Estado Mayor libio ha hecho sus primeras visitas a Egipto y los Emiratos y ha demostrado que puede ser una fuerza neutral. Libia es un escenario m¨¢s de una guerra regional y precisamente por eso necesita mediadores honrados.
Y no hay que olvidar que la cuesti¨®n energ¨¦tica influye en los dos sentidos: los libios necesitan el dinero de las exportaciones de energ¨ªa tanto como nosotros sus recursos. Parad¨®jicamente, la producci¨®n de petr¨®leo est¨¢ aumentando mientras se intensifican los combates, pero eso no va a durar.
La producci¨®n de petr¨®leo est¨¢ aumentando mientras se intensifican los combates
Bernardino Le¨®n, el Consejo de Seguridad de la ONU y la UE han pedido que se inicie un di¨¢logo pol¨ªtico, y hacen bien. Pero hay que ser conscientes de lo que eso implica, que es un parlamento neutral. Tambi¨¦n es necesario tomar otras decisiones: que todos los partidos abandonen la estrategia de la victoria absoluta; la abolici¨®n de la ley de aislamiento pol¨ªtico, que excluye de la vida p¨²blica a todos los que tuvieron el menor indicio de cooperaci¨®n con el antiguo r¨¦gimen; un ej¨¦rcito neutral que acabe llevando al desmantelamiento de las milicias; que contin¨²e el proceso de redacci¨®n de la Constituci¨®n, con ayuda internacional cuando sea preciso. En su momento habr¨¢ elecciones presidenciales y parlamentarias, pero bajo la tutela de un Gobierno de unidad nacional con el fin de garantizar la seguridad de las mesas electorales y el respeto a los resultados.
Los Estados miembros de la UE y la Comisi¨®n, empezando por la nueva Alta Representante, tendr¨¢n que tomar decisiones dolorosas y asumir ciertos compromisos. Le¨®n reconoci¨® en su d¨ªa al Gobierno de Tobruk, como era l¨®gico. Pero hoy el Gobierno ya no controla la mayor parte del pa¨ªs, y no podr¨ªa lograrlo sin una ofensiva militar que puede ser tan sangrienta como ineficaz. Las milicias de Zint¨¢n que le apoyan han decidido retirarse de Tr¨ªpoli y dejar que act¨²e la pol¨ªtica. Pero que mantengan o no esa actitud depender¨¢ de que la pol¨ªtica sea eficaz.
El Gobierno de Tr¨ªpoli controla m¨¢s territorio, en teor¨ªa, pero su falta de legitimidad nacional e internacional es indudable. Por eso, la ¨²nica soluci¨®n es que el Parlamento de Tobruk sea m¨¢s integrador, y para ello tiene que irse de la ciudad. Ya se han ido muchos de sus miembros, que afirman que su situaci¨®n no es ni constitucional (deber¨ªa estar en Bengasi) ni neutral, porque est¨¢ en pleno territorio dominado por Heftar.
Despu¨¦s de la reuni¨®n de Madrid, la comunidad internacional tendr¨¢ que tomar dos decisiones fundamentales. La primera, dar apoyo pol¨ªtico y de seguridad para que el parlamento se re¨²na en un lugar neutral y puedan asistir todos sus miembros; o, por lo menos, no tengan excusa para no acudir. La segunda, declarar categ¨®ricamente que la apertura de un di¨¢logo nacional real entre todos los libios es un requisito previo para cualquier intervenci¨®n armada internacional con el fin de estabilizar el pa¨ªs, no su alternativa.
Si no se toman estas decisiones, corremos el riesgo de presenciar una escalada en toda regla y m¨¢s infortunios para los libios. El pa¨ªs puede acabar dividido entre una peque?a franja controlada por el Gobierno de Tobruk, otra zona mayor en manos del gobierno de Tr¨ªpoli y las milicias de Misrata, y Bengasi como campo de batalla permanente entre Ansar al Sharia, el ej¨¦rcito oficial y otros grupos armados. Eso significar¨ªa el fin de la presencia internacional (en todas sus modalidades) y un deterioro de las condiciones de seguridad que har¨ªa insoportable la vida para los libios y recrudecer¨ªa el tr¨¢fico de personas y la llegada de milicianos y criminales.
Mattia Toaldo es investigador en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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