Ind¨ªgenas en Manhattan
Nunca antes hab¨ªa sucedido: Naciones Unidas celebra en Nueva York la Primera Conferencia Mundial sobre los Pueblos Ind¨ªgenas
En el caf¨¦ Pennylane, el trasiego de gafetes (insignias) internacionales es incesante. Comercio Justo con granos de caf¨¦ de Chiapas o Guatemala son la carta principal de este lugar con aspecto de nave industrial, situado en la Calle 45 y centro neur¨¢lgico de los funcionarios de las conocidas Misiones Permanentes ante las Naciones Unidas. Las conversaciones estos d¨ªas en el coffee break se suceden en torno a la Semana Ministerial, como llaman a esta tan importante que ha comenzado este lunes en Nueva York con la apertura de la 69 Asamblea General de la ONU y donde se han reunido representantes de los 139 Estados miembros. El pistoletazo de salida lo marca la primera Conferencia Mundial Sobre los Pueblos Ind¨ªgenas, que tendr¨¢ lugar los d¨ªas 22 y 23 de septiembre.
A las puertas del edificio de las Naciones Unidas, situado junto al r¨ªo Este, se suceden representaciones ind¨ªgenas de m¨¢s de 70 pa¨ªses de todo el mundo. Los inuits de Canad¨¢, los murunahuas de Per¨² o los huicholes de M¨¦xico fueron algunos de los pueblos que tendr¨¢n la oportunidad de debatir sus peticiones y demandas en este foro de Alto Nivel, un espacio de di¨¢logo crucial como lo define Gerardo Noto, Coordinador de Gobernabilidad Democr¨¢tica, en la Direcci¨®n Regional para Am¨¦rica Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD): "Los Estados miembros tenemos la oportunidad de reafirmar nuestro compromiso con el desarrollo humano sostenible y los derechos de los pueblos ind¨ªgenas". Mesas de di¨¢logo, implementaciones de programas... Lo relevante es que, al terminar, se consiga un documento final orientado a la acci¨®n con ideas propuestas por y para los habitantes ind¨ªgenas, como as¨ª explica el citado experto. "Para avanzar en una democracia donde los ciudadanos gocen del conjunto de derechos civiles, pol¨ªticos, econ¨®micos, sociales y culturales es fundamental asegurar la inclusi¨®n de los pueblos ind¨ªgenas. Para ello, requerimos garantizar su participaci¨®n en las instancias de decisi¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas y ampliar su representaci¨®n en las instituciones representativas nacionales y locales".
El 15% de los pobres en el mundo son ind¨ªgenas
En el mundo hay 370 millones de ind¨ªgenas, el 5% de la poblaci¨®n, que constituye el 15% de los pobres del mundo, seg¨²n datos del Departamento de Informaci¨®n P¨²blica de las Naciones Unidas. "Estos pueblos se encuentran entre los m¨¢s vulnerables, representando desproporcionadamente un tercio de los 900 millones que sufren extrema pobreza en el mundo", afirman desde el PNUD.
La lucha por sus derechos ha cumplido ya las tres d¨¦cadas de trabajo focalizado. Fue en 1982 cuando se cre¨® el primer Grupo de Trabajo, cuyo objetivo era diagnosticar en qu¨¦ situaci¨®n se encontraban estos ciudadanos, relegados siempre a papeles invisibles y marginales de la sociedad. Se determin¨® que hab¨ªa que crear una declaraci¨®n sobre sus derechos, de tal manera que se protegieran estos tantos de forma individual como colectiva, y garantizando as¨ª que pudieran vivir con dignidad, mantener y fortalecer sus propias instituciones, culturas y tradiciones y se les permitiera buscar su propio desarrollo, con sus propias necesidades e intereses.
En el a?o 2.000 se cre¨® el Foro Permanente para las Cuestiones Ind¨ªgenas. Formado por 16 expertos, la mitad de ellos pertenecientes a pueblos originarios, coordina las actividades de las Naciones Unidas en este ¨¢rea. Era necesario hacer un hueco en las agendas gubernamentales para recordar este asunto. Todos los esfuerzos iban centrados a no olvidar la realidad de este sector de la poblaci¨®n. As¨ª, se estableci¨® el primer Decenio Internacional de las Poblaciones Ind¨ªgenas del Mundo (1995-2004) cuya pr¨®rroga (2005-2014) est¨¢ cerca de concluir. Es hora de hacer balance de la situaci¨®n ind¨ªgena a nivel mundial y comprobar si se alcanzaron algunos de los objetivos fundamentales, como fomentar su participaci¨®n plena y efectiva en las decisiones que afectan a sus estilos de vida, a sus tierras, a sus derechos como ciudadanos.
El contraste entre la vida de las aldeas rec¨®nditas del mundo y las decisiones gubernamentales que se rigen entre rascacielos es tan vasto como antag¨®nico. El mi¨¦rcoles, muchos de estos hombres y mujeres regresar¨¢n a sus comunidades, a sus pueblos y confiar¨¢n en que los nuevos planes de acci¨®n que se decidan estos d¨ªas, sean un paso m¨¢s para convertirse en personas visibles, de pleno derecho, con voz y voto en todos los confines de la tierra.
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