La gran dama de la moda en Italia
Desde 1988, Franca Sozzani dirige ¡®Vogue Italia¡¯, una biblia que cumple 50 a?os Su apuesta por la imagen, el debate e incluso la pol¨¦mica han convertido la revista en referente de todo el mundo que la rodea, m¨¢s all¨¢ del glamur y las modelos perfectas
Si el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Vogue Italia costase su peso en oro, estar¨ªa alrededor de los 78.000 euros, porque pesa exactamente dos kilos y medio, lo que suscita la broma de la quiosquera del Pante¨®n romano: ¡°Por cinco euros, ya no tienes que ir al gimnasio¡±. En una ¨¦poca en que peri¨®dicos y revistas de papel se adelgazan como las palabras del poema de Neruda ¨Cpero no ¡°para que t¨² las oigas¡±, sino golpeadas por la crisis y las nuevas tendencias¨C, Franca Sozzani, la carism¨¢tica y pr¨¢cticamente vitalicia directora de Vogue Italia, ha querido celebrar el 50? aniversario de la revista de alta moda construyendo un n¨²mero espectacular: 884 p¨¢ginas de papel cuch¨¦ precedidas por una portada desplegable en la que 50 de las modelos m¨¢s bellas de ahora y de antes ¨CNaomi Campbell y Linda Evangelista ocupan un lugar destacado¨C fijan sus miradas en el lector a trav¨¦s de la c¨¢mara de Steven Meisel, el fot¨®grafo que firma todas las portadas de Vogue Italia.
En el art¨ªculo que abre el n¨²mero especial de septiembre ¨Cjusto despu¨¦s del despliegue de belleza y antes de que Prada, Gucci, Chanel o Dior vayan sum¨¢ndose a la fiesta a p¨¢ginas llenas¨C, Franca Sozzani utiliza una frase del cient¨ªfico estadounidense de la computaci¨®n Alan Kay para resumir su actitud al frente de la revista: ¡°El mejor modo para predecir el futuro es inventarlo¡±. Y eso es lo que se propuso cuando, en 1988, se hizo cargo de la edici¨®n italiana de Vogue. ¡°Yo ya hab¨ªa dirigido Lei con solo 29 a?os, y all¨ª me di cuenta de que no hab¨ªa revistas de moda distintas, todas eran muy convencionales. Luego me fui a Estados Unidos, y ese fue verdaderamente mi golpe de fortuna¡±. Sozzani conoci¨® en Nueva York a Steven Meisel y a todos los fot¨®grafos que siguen siendo todav¨ªa hoy los grandes de la moda: ¡°Como es l¨®gico, comet¨ª errores, pero tambi¨¦n tom¨¦ entonces dos grandes decisiones de las que a¨²n me siento orgullosa: decid¨ª que la foto de portada la hiciese siempre el mismo fot¨®grafo, Steven, y que las im¨¢genes se convirtiesen en nuestro primer veh¨ªculo de comunicaci¨®n, muy por encima del texto. Hay que tener en cuenta que el italiano es un idioma muy bello, pero pr¨¢cticamente desconocido fuera de aqu¨ª, y yo no quer¨ªa que Vogue Italia fuese una revista solo italiana. Desde el principio, el lenguaje de nuestra revista fue totalmente visual. Por eso suelo decir que yo invent¨¦ Instagram, al menos en el formato de papel¡±.
Un soporte que, pese a todos los pesares que afligen a la industria editorial, para Franca Sozzani sigue siendo imprescindible. ¡°No me imagino Vogue¡±, explica, ¡°en un formato solo digital. Y eso que, para conmemorar los 50 a?os de la revista, desde el 21 de septiembre ser¨¢ accesible a trav¨¦s de la p¨¢gina web todo el archivo digital. Toda la historia de la moda y de la creatividad estar¨¢n ah¨ª [disponibles bajo pago, aunque con algunas zonas de libre entrada e incluso de debate]¡±. Porque el debate, e incluso la pol¨¦mica encendida, constituyen las aportaciones m¨¢s recientes de Franca Sozzani a la fisonom¨ªa de Vogue, que ya no es solo la revista de referencia en el mundo siempre exclusivo de la alta moda, sino tambi¨¦n motivo frecuente de reflexi¨®n ¨Ce incluso de esc¨¢ndalo¨C en el mundo que rodea a la moda, m¨¢s all¨¢ de las medidas perfectas y de los vestidos de ensue?o. Cuando, sentados en su despacho del palacio de Mil¨¢n que sirve de sede a la revista y al grupo editorial Cond¨¦ Nast en Italia, pregunto a Sozzani cu¨¢l considera su acierto mayor de una carrera tan larga y tan llena de satisfacciones, no lo duda: ¡°El n¨²mero dedicado a las modelos negras¡±. Y una sonrisa especial, de satisfacci¨®n, otorga el marchamo de autenticidad a la respuesta.
La directora de Vogue ¨Ctambi¨¦n responsable editorial desde hace 20 a?os de las 15 revistas y 5 p¨¢ginas web de Cond¨¦ Nast en Italia¨C es una persona simp¨¢tica y risue?a, que mientras habla mira fijamente al interlocutor con sus grandes ojos azules. El n¨²mero dedicado ¨ªntegramente a las modelos negras sali¨® a la venta en julio de 2008, se convirti¨® enseguida en el m¨¢s vendido de la historia de la revista y, adem¨¢s de ¡°un motivo de orgullo¡± para Franca Sozzani, represent¨® la confirmaci¨®n de un desaf¨ªo que se inici¨® en 2005. Aquel a?o, la revista, a trav¨¦s de un trabajo que tuvo a Linda Evangelista como protagonista, denunci¨® ¨Cen palabras de Franca Sozzani¨C ¡°la rid¨ªcula manera en que muchas mujeres arruinan sus rostros con la cirug¨ªa est¨¦tica¡±. Luego lleg¨® una portada en la que, coincidiendo con la marea negra causada en 2010 por la British Petroleum en el golfo de M¨¦xico, las modelos aparecieron embadurnadas de fuel, y otra, m¨¢s reciente, que reproduce mediante el maquillaje el horror que sufren las v¨ªctimas de la violencia machista. ¡°Yo sab¨ªa¡±, explica, ¡°que aquella decisi¨®n de abordar el maltrato desde una portada de Vogue levantar¨ªa mucha pol¨¦mica, y que siempre podr¨ªa haber quien pudiese pensar que mi ¨²nica intenci¨®n era provocar esc¨¢ndalo para hacer publicidad de la revista, pero decid¨ª correr el riesgo. En Italia, solo el a?o pasado fueron asesinadas 130 mujeres y otras 1.700 fueron violadas. No pod¨ªamos quedarnos al margen de un drama as¨ª¡±.
Desde el principio, el lenguaje de la revista fue totalmente visual. Por eso suelo decir que yo invent¨¦ el Instagram, al menos en formato papel¡±
El despacho, amplio, lleno de bolsas con regalos o muestras de las grandes firmas de la alta costura o de los perfumes m¨¢s exclusivos, est¨¢ situado frente a la estaci¨®n Cadorna de Mil¨¢n. Las ventanas a¨ªslan del trasiego y las prisas de un mundo muy distinto del que asoma a las p¨¢ginas de Vogue. Franca Sozzani se ausenta un momento para atender una llamada de tel¨¦fono, y su peque?o y silencioso perro blanco se encarama a la silla primero y a la mesa de cristal despu¨¦s para advertir al periodista de que, al menos all¨ª, el ¨²nico autorizado a husmear es ¨¦l. A su regreso, la directora de Vogue, que no aparenta en absoluto los 64 a?os que dicen que tiene, acoge de buen grado la broma sobre las confidencias desveladas en su ausencia por el perrito faldero. Sozzani, pese a su dedicaci¨®n absoluta a un mundo lleno de glamour, fiestas exclusivas y una agenda de infarto, se define como una persona tranquila ¨C¡°no soy particularmente sociable ni social¡±¨C, muy apegada a su familia, sobre todo a su hijo, el fot¨®grafo Francesco Carrozzini, y a su hermana Carla, propietaria de 10 Corso Como, un complejo de tiendas de lujo y restaurantes en Mil¨¢n. Franca estudi¨® Filosof¨ªa y Lengua Germ¨¢nica, se cas¨® a los 20 a?os con su novio desde los 15 y se separ¨® a los tres meses. Durante el viaje de novios, que dur¨® tres meses e incluy¨® el Caribe, M¨¦xico DF y Nueva York, llam¨® por tel¨¦fono a su hermana Carla y le dijo: ¡°No se te ocurra casarte. Es un infierno¡±.
Ahora, adem¨¢s de con el mundo de la moda, al que dedica casi todas las horas del d¨ªa, pero siempre despu¨¦s de las diez de la ma?ana ¨C¡°soy incapaz de madrugar¡±¨C, Franca Sozzani dice estar firmemente comprometida con las grandes causas sociales: ¡°He participado en campa?as de lucha contra el c¨¢ncer, el sida, y tambi¨¦n de apoyo a los j¨®venes. El poder que tienes al estar al frente de un peri¨®dico importante [casi siempre utiliza la palabra peri¨®dico para referirse a Vogue] debes de utilizarlo para hacer el bien a personas que no tienen tantas cosas¡±. Dice que la crisis de la prensa no le preocupa especialmente ¨C¡°se trata de una selecci¨®n natural, sobrevivir¨¢n los peri¨®dicos y las revistas mejores¡±¨C, pero s¨ª las dificultades que tienen muchos j¨®venes para abrirse camino, sobre todo en Italia, donde los efectos de la crisis internacional se han unido a los de una gerontocracia que desde hace d¨¦cadas condena a las nuevas generaciones a elegir entre el paro y la emigraci¨®n. Con un gesto de preocupaci¨®n, reflexiona: ¡°Como le dec¨ªa antes, yo encontr¨¦ el camino march¨¢ndome a Estados Unidos. Y no me parece mal que los j¨®venes tengan que esforzarse por salir adelante, y de hecho estamos viendo ahora que, tambi¨¦n en el mundo de la moda, son muchos los artistas o empresarios que abren sus peque?os negocios y van logrando salir adelante desde la excelencia. El problema es que otros ¨Cy en algunos casos los mejores¨C no tienen m¨¢s remedio que irse al extranjero. Y muchos de ellos no regresan a Italia. S¨¦ de lo que hablo. Uno de ellos es mi hijo¡¡±.
Puede que para mantenerse alerta, vacunada contra la autocomplacencia o los halagos tal vez interesados, Franca Sozzani mantiene abierto y bien regado un blog donde va contando historias de su vida y de la revista, y se somete al juicio, a la cr¨ªtica y a veces hasta al insulto de los lectores. ¡°Yo soy una fan¨¢tica de Instagram¡±, dice, ¡°pero me gusta m¨¢s el blog porque se establece una conversaci¨®n entre los lectores. Discuten, se pelean. Suelo leer los comentarios, aunque no los respondo, y solo me enojo si son maleducados. No soporto la vulgaridad¡±. La directora de Vogue Italia dice que, a pesar del ¨¦xito de grandes marcas que acercan la moda a los bolsillos modestos ¨C¡°Zara, Mango o H&M son fen¨®menos fant¨¢sticos, ideas geniales¡±¨C, la ¡°alta moda¡± es otra cosa: ¡°Yo pienso que la moda no podr¨¢ ser nunca verdaderamente democr¨¢tica. Las grandes marcas han dado a todos la posibilidad de conocerla, de vestirla y de vivirla, pero decir que es democr¨¢tica es de alguna manera un contrasentido, porque la moda, en lo que tiene que ver con la creatividad, nace despu¨¦s de una b¨²squeda, de una investigaci¨®n para la que se necesita el uso de medios, de tejidos, de bordados, que son costos¨ªsimos y que solo est¨¢n al alcance de unos pocos. Desde este punto no ser¨¢ democr¨¢tica. Lo que s¨ª lo es, es el concepto de la moda¡±.
Zara, Mango o H&M son fen¨®menos fant¨¢sticos, pero la alta moda es otra cosa. Nunca ser¨¢ de verdad democr¨¢tica¡±
Franca Sozzani no cree que haya pugna real entre las ciudades m¨ªticas de la moda ¨CMil¨¢n, Par¨ªs, Nueva York y Londres¨C por alzarse con la supremac¨ªa en solitario: ¡°Yo pienso honestamente que la cuesti¨®n est¨¢ repartida entre Mil¨¢n y Par¨ªs, porque Nueva York es una gran ciudad, tiene grandes marcas, pero no es un verdadero contenedor de moda. Por su parte, Inglaterra es un gran vivero para los j¨®venes porque hay muchas escuelas, pero no tiene industrias. Par¨ªs y Mil¨¢n son los dos bastiones, pero no hay lucha entre las dos. Yo personalmente encuentro Par¨ªs una ciudad mucho m¨¢s bella que Mil¨¢n, est¨¦ticamente es una ciudad grandiosa, pero en Mil¨¢n hay una mejor calidad de vida, as¨ª que se complementan. Vivimos juntos. Hoy ya no hay fronteras¡±.
¨C?Y Roma?
Franca Sozzani vuelve a sonre¨ªr.
¨C?Ha visto La grande bellezza [la pel¨ªcula de Paolo Sorrentino que retrata la vida mundana y decadente a trav¨¦s de la interpretaci¨®n genial de Toni Servillo]?
¨CS¨ª.
¨C?Y le ha gustado?
¨CS¨ª, mucho.
¨C?Esa Roma existe?
¨CS¨ª, pero solo en Roma. No es Italia, y desde luego no es Mil¨¢n.
Dice la directora de Vogue que siempre que viaja a Roma, la belleza de la ciudad la atrapa el primer d¨ªa, y el segundo, incluso el tercero, pero que enseguida la ciudad ca¨®tica, su car¨¢cter bullicioso y desordenado terminan por desbordarla y ponerla en fuga. Una sobredosis de belleza tan distinta de la que ella s¨ª ha conseguido ordenar en 884 p¨¢ginas, dos kilos y medio de papel cuch¨¦, en el n¨²mero de Vogue Italia que celebra los 50 a?os de la revista de moda m¨¢s exquisita del mundo.
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