¡°Hola¡±, el primer saludo mediante ¡®telepat¨ªa¡¯ a miles de kil¨®metros
Un experimento espa?ol consigue retransmitir palabras mentalmente a larga distancia
El pasado 28 de marzo se produjo uno de los saludos m¨¢s peculiares de la historia. En la impronunciable ciudad india de Thiruvananthapuram alguien pens¨® ¡°hola¡± y este pensamiento lleg¨® directamente al cerebro de otra persona sentada en un laboratorio de Estrasburgo, a unos 7.700 kil¨®metros de distancia. M¨¢s tarde, prob¨® a decirle ¡°ciao¡± con id¨¦ntico resultado: por primera vez, dos cerebros se saludaban directamente y de forma consciente, gracias a las nuevas tecnolog¨ªas de interacci¨®n con el cerebro humano. ¡°Tan solo es un humilde primer intento de comunicaci¨®n entre cerebros¡±, admite el barcelon¨¦s Giulio Ruffini, l¨ªder del experimento que ha permitido probar, aunque todav¨ªa de forma rudimentaria, que la tecnolog¨ªa ya permite la comunicaci¨®n telep¨¢tica.
El pensamiento se env¨ªa en c¨®digo binario y se convierte en ¡®flashes¡¯ visuales al llegar a la corteza cerebral del receptor
Los pensamientos del sujeto emisor que estaba en la India, le¨ªdos como pulsos el¨¦ctricos, se codificaron para transmitirse por internet hasta un aparato que vuelve a convertir esa se?al en pulsos que producen una descarga electromagn¨¦tica sobre la corteza cerebral del receptor, ubicado en Estrasburgo. Como reconoce Ruffini, estos primeros pasos son todav¨ªa muy t¨ªmidos y necesitaron de varios elementos intermedios para establecer esa comunicaci¨®n entre cerebros. El sujeto emisor lo que hizo realmente fue pensar ¡°hola¡± en lenguaje binario, esas ristras de unos y ceros que, en funci¨®n de su orden y longitud, sirven para representar cualquier informaci¨®n.
As¨ª, el hombre que pens¨® ¡°hola¡± en realidad salud¨® a su interlocutor pensando uno a uno los impulsos que se corresponden con los 1 y 0 que se necesitan para componer esa palabra en binario: 01101000 01101111 01101100 01100001. Al enviar un 1 al cerebro del receptor (que tiene los ojos vendados), el aparato provoca que sus neuronas le hagan ver un flash, una mancha luminosa llamada fosfeno, provocada por la descarga en su corteza.
Seg¨²n explica Ruffini, este instrumento colocado en la parte posterior de la cabeza, crea un campo el¨¦ctrico, un pulso en el c¨®rtex que hace que ¡°las neuronas se disparen, una especie de reflejo como cuando te dan un golpecito en la rodilla¡±. Si no se produje ese reflejo visual, se cuenta un 0, y la operaci¨®n se repite hasta completar todos los elementos de cada palabra. Desde que el emisor env¨ªa su pensamiento hasta que el receptor lo percibe transcurren unos 30 segundos.
Hacia la conexi¨®n entre cerebros
¡°Es un primer intento en la direcci¨®n de unir cerebros telep¨¢ticamente, por decirlo as¨ª¡±, resume Ruffini, l¨ªder del experimento y responsable de la empresa Starlab, una de las tres que han participado en este trabajo junto a investigadores de las universidades de Barcelona y Harvard. Para realizar este trabajo, que se ha dado a conocer en PLoS ONE, se han usado tecnolog¨ªas como un casco transmisor de actividad cerebral por bluetooth, que registraba en electrodos los pensamientos del emisor: si pensaba en mover las manos le¨ªa un 1 y si pensaba en mover los pies entend¨ªa un 0, y enviaba esa se?al. ¡°Es la prueba de que es posible¡±, explica el investigador barcelon¨¦s, ¡°ahora toca ir descubriendo maneras m¨¢s elegantes de realizar la comunicaci¨®n¡±.
Suena a ciencia-ficci¨®n, pero es posible y vale la pena seguir intent¨¢ndolo¡±, asegura Ruffini?
El experimento actual es m¨¢s tosco al realizarse de forma no invasiva, es decir, sin intervenir directamente en los cerebros que hablan entre s¨ª: con implantes todo es m¨¢s sofisticado y efectivo (pero tambi¨¦n m¨¢s arriesgado) como se ha comprobado al conseguir que un macaco moviera la extremidades de otro al conectar sus cerebros. El a?o pasado, cient¨ªficos de la Universidad de Washington se enviaron se?ales de movimiento de un cerebro a otro usando un sistema similar al que se us¨® entre Thiruvananthapuram y Estrasburgo, logrando que un sujeto activara el dedo de otro.
Para el equipo de Ruffini la comunicaci¨®n directa entre cerebros y entre el cerebro humano y los ordenadores se producir¨¢ en ¡°un futuro no tan lejano¡±. ¡°En una reuni¨®n, se produce una comunicaci¨®n entre cerebros a trav¨¦s de elementos perif¨¦ricos como las palabras, los gestos, los sonidos. Es una red de trabajo muy pobre e ineficiente: al conectar directamente los cerebros crecer¨¢ exponencialmente el grado de comunicaci¨®n¡±, asegura el investigador, quien sugiere que uno de los siguientes pasos en los que experimentar podr¨ªa ser la transmisi¨®n directa de emociones. ¡°Suena a ciencia-ficci¨®n, pero es posible y vale la pena seguir intent¨¢ndolo¡±.
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