Dolly, la oveja rechazada
Casi una d¨¦cada despu¨¦s de forcejeo legal, un tribunal federal de apelaciones de EE UU ha denegado al Instituto Roslin de Edimburgo la patente del animal clonado
Ese futuro gen¨¦tico de salvaje oeste que novelaba el fallecido escritor Michael Crichton, donde las compa?¨ªas biotecnol¨®gicas estadounidenses venden mascotas clonadas, patentan material biol¨®gico de alguien con nombre y apellidos para obtener f¨¢rmacos contra el c¨¢ncer o fabrican monos capaces de hablar, se aleja tras dos decisiones judiciales clave. Casi una d¨¦cada despu¨¦s de forcejeo legal, un tribunal federal de apelaciones de Estados Unidos ha denegado al Instituto Roslin de Edimburgo la patente de Dolly, la oveja m¨¢s famosa del mundo creada con la t¨¦cnica que usaron Ian Wilmut y Keith Campbell y que los hizo famosos, la transferencia de n¨²cleos (aunque ellos ya ten¨ªan concedida la patente del m¨¦todo). Y por otra parte, los genes humanos no son patentables, ratific¨® recientemente el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
El razonamiento es que no se puede patentar la naturaleza. Y a pesar de que Dolly haya sido creada en un laboratorio, es una copia exacta de su progenitor natural. Las decisiones judiciales norteamericanas est¨¢n ahora en m¨¢s sinton¨ªa con la legislativa europea, m¨¢s restrictiva. ¡°Las t¨¦cnicas son patentables, los seres vivos no¡±, resume Marcelo Palacios, presidente de la Sociedad Internacional de Bio¨¦tica en Gij¨®n. ?Por qu¨¦ patentar un animal como Dolly? No es f¨¢cil encontrar una respuesta. ¡°Tiene que plantearse la finalidad con absoluta claridad¡±.
El propio Crichton describ¨ªa en su obra Next a un personaje, Jack. B. Watson, atacaba a todo aquel que se opusiera al progreso y defend¨ªa que las patentes son vitales para que los inversores inviertan y la industria produzca los milagros biol¨®gicos esperados: ¡°Que los paral¨ªticos anden, que los ni?os enfermos de c¨¢ncer mejoren, una vida libre de la demencia y las enfermedades¡¡±.
?Hasta qu¨¦ punto negar la patente de Dolly detiene la investigaci¨®n? Para Carl Gulbrandsen, director de la Fundaci¨®n Wisconsin Alumni Research en Madison (Estados Unidos), especializada en patentes universitarias, el razonamiento de esta negativa ¡°va a impactar a todo el ¨¢rea de la medicina personalizada¡±, seg¨²n manifest¨® a InsideScience, de la revista Science. El peligro es que las patentes no puedan cubrir los productos que la biotecnolog¨ªa promete en ese futuro id¨ªlico: una l¨ªnea de c¨¦lulas madre humanas modificadas para hacer frente alg¨²n d¨ªa al p¨¢rkinson o al alzh¨¦imer, o quiz¨¢ h¨ªgados y corazones cultivados en el laboratorio para reemplazar ¨®rganos humanos, a pesar de haberse creado con t¨¦cnicas s¨ª patentadas. ¡°Un producto patentado es mucho m¨¢s valioso y los inversores se sienten m¨¢s a gusto que con la patente de la t¨¦cnica¡±, asegura Gulbrandsen.
¡°Es la reacci¨®n t¨ªpica, en la que se argumenta que no habr¨¢ progreso y en el que la ciencia se ralentizar¨¢. Y eso simplemente no es verdad¡±, refuta Michelle Bratcher ?Goodwin. Ella dirige el Centro de ?Biotecnolog¨ªa, Pol¨ªtica y Salud Global de la Escuela de Derecho de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos). Menciona el caso de Jonas Salk, quien se neg¨® a patentar la vacuna contra la polio que hab¨ªa inventado ¨Clo que acerca ahora el sue?o de erradicar este mal en todo el mundo tras la viruela, sin que importe el nivel econ¨®mico de los que la reciben. La patente de semillas por parte de compa?¨ªas como Monsanto, argumenta esta experta, ha cercenado la biodiversidad que exist¨ªa en los campos americanos de cultivo de soja de hace treinta a?os ¡°de un 90% a un 2%¡±.
Monsanto patent¨® una semilla transg¨¦nica de soja resistente a un herbicida fabricado por la propia compa?¨ªa que resultaba tres veces m¨¢s cara y m¨¢s productiva. Pero el granjero que la adquir¨ªa se compromet¨ªa a no usar los excedentes. Goodwin se?ala que la compa?¨ªa ha demandado incluso a los granjeros que no deseaban esta soja, pero cuyos cultivos fueron contaminados accidentalmente por el polen o semillas transg¨¦nicas de otras cosechas pr¨®ximas. El futuro que pinta tras la concesi¨®n de esa patente no resulta halag¨¹e?o. ¡°Puedes imaginarlo. Si tus vacas fueron clonadas, su descendencia no te pertenecer¨ªa¡±, seg¨²n explica esta profesora. ¡°Ser¨ªa de la compa?¨ªa que posee la patente, ya que esa descendencia deriva de ese animal clonado¡±.
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