El ¡®kowtow¡¯ ante el nuevo emperador de China
Con la derogaci¨®n de la Justicia Universal volvemos a los tiempos en los que los Derechos Humanos eran un asunto privado de los Estados
Hace siglos, en tiempos de los florecientes Imperios del Centro, se exig¨ªa a los representantes de las misiones b¨¢rbaras (esto es, a los diplom¨¢ticos de los pa¨ªses extranjeros, entre otros s¨²bditos), el arrodillarse tres veces e incluso el postrarse hasta nueve tocando la cabeza en el suelo, mientras el emperador chino, el Hijo del Cielo, permanec¨ªa impert¨¦rrito en lo alto del trono. Este protocolo de reverencia solemne al poder supremo celestial, conocido como el?kowtow, deb¨ªa llevarse a cabo para poder mantener relaciones diplom¨¢ticas y comerciales amistosas con el Imperio de Beijing. Lo que b¨¢sicamente se pretend¨ªa con este ritual de corte confucionista era mostrar p¨²blico respeto y sumisi¨®n al superior, esto es, reconocer de forma abierta el rango jer¨¢rquico del emperador respecto a los s¨²bditos o vasallos.
Los tiempos convulsos actuales, entre sus numerosos y perniciosos efectos, parecen haber rescatado este bochornoso ritual, propio de la etiqueta del ex¨®tico Lejano Oriente. En todo caso, las diferencias resultan m¨¢s que sutiles y ahora el nuevo kowtow lo ha ejecutado el gobierno espa?ol ante los nuevos jerarcas de Pek¨ªn, que en lugar del trono divino, se sientan en los mullidos sillones del Politbur¨® del Partido Comunista Chino, mientras atesoran fortunas millonarias en para¨ªsos fiscales que escapan clandestinamente de la ley y de la utop¨ªa mao¨ªsta. En todo caso, este primer regreso a pasadas ¨¦pocas imperiales ha resultado ser una cuesti¨®n de imperiosa necesidad, ya que deb¨ªan salvaguardarse los intereses econ¨®micos y de la deuda espa?ola en manos de los nuevos amos orientales, como ha reconocido abiertamente nuestro ministro de Asuntos Exteriores, Garc¨ªa Margallo.
Concretamente el kowtow se comenz¨® a escenificar de forma p¨²blica y manifiesta, el 17 de enero de 2014 cuando el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Alfonso Alonso, presentaba en el Congreso de los Diputados, la propuesta para modificar la Ley Org¨¢nica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, relativa a la justicia universal. Como tantas otras veces se invocaba la normativa internacional para atentar contra los valores y principios m¨¢s elementales de este mismo Derecho Internacional. En la misma exposici¨®n de motivos se ha dado un salto cu¨¢ntico al pasado m¨¢s ancestral, obsoleto y superado de la ley internacional, situ¨¢ndose en los tiempos en los que los derechos humanos eran domaine r¨¦serv¨¦ de los Estados. De esta forma no se ha dudado en acudir a tratados internacionales y a los compromisos suscritos en Roma que originaron el actual Tribunal Penal Internacional, para cercenar d¨¦cadas de una incansable lucha contra la impunidad que hab¨ªa sido iniciada como ¨²ltimo recurso por distintas v¨ªctimas de cr¨ªmenes internacionales olvidados e ignorados. En efecto la jurisdicci¨®n universal estaba siendo la ¨²nica tabla de salvaci¨®n donde agarrarse e iniciar los casos contra aberrantes cr¨ªmenes internacionales que no hab¨ªan logrado obtener garant¨ªas de protecci¨®n efectivas, ni a trav¨¦s de los distintos sistemas internacionales convencionales y extraconvencionales de Naciones Unidas, ni de los tribunales regionales de derechos humanos y mucho menos ante un muy menoscabado Tribunal Penal Internacional.
As¨ª pues, cuando se comenzaban a dar los primeros pasos de una nueva globalizaci¨®n de la justicia que estaba permitiendo combatir intolerables agujeros negros en la esfera internacional y que apuntaban a los m¨¢ximos mandatarios de alguno de los pa¨ªses con derecho de veto en el Consejo de Seguridad, las alarmas pol¨ªticas comenzaron a dispararse.
Y es llegados a este punto cuando se decide dar un segundo gran salto, pero no hacia delante como hiciera el Gran Timonel, sino hacia atr¨¢s, hacia un pasado, que parec¨ªa haberse ya superado. En efecto con esta nueva ley se ha regresado a tiempos caducos para poder rescatar el principio de no injerencia en asuntos internos, y as¨ª salvaguardar y proteger a responsables pol¨ªticos y militares, que adem¨¢s de genocidas y torturadores, son sobretodo socios comerciales de primer orden. Y vaya que se ha acudido al auxilio de los jerarcas chinos; semanas despu¨¦s de la aprobaci¨®n de la reforma de la justicia universal, los casos T¨ªbet y Falun Gong dirigidos contra la c¨²pula del Partido Comunista Chino, quedaban archivados por el Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, con el visto bueno de la fiscal¨ªa, aunque con el voto particular disidente de cinco magistrados.
Vivimos un retroceso cuando se comenzaban a dar los primeros pasos para combatir intolerables agujeros negros
El favor pol¨ªtico por el cierre de la investigaci¨®n judicial deb¨ªa recompensarse. De esta forma para cobrarse el favor, Rajoy en su visita oficial a Pek¨ªn, acompa?ado de la CEOE, deber¨¢ escenificar la ¨²ltima y sumisa postraci¨®n del ritual del kowtow, y una vez m¨¢s tendr¨¢ que arrodillarse ante los poderes f¨¢cticos de China, sin perder nunca de vista los intereses de las grandes corporaciones. Pero claro est¨¢, la defensa de la Marca Espa?a parece que lleve impl¨ªcita este servilismo humillante.
Europa y Espa?a est¨¢n en una situaci¨®n de crisis, pero la recesi¨®n econ¨®mica no es el principal factor, ni su causa primigenia. La crisis se enra¨ªza profundamente en la desintegraci¨®n de los supuestos valores identitarios europeos (los del art¨ªculo 2 del Tratado de Lisboa), que debieran ser en la realidad una referencia internacional. Si la democracia y los derechos humanos en Europa se postran ante poderes autocr¨¢ticos y corruptos como los del r¨¦gimen actual de China, con el objeto de salvar nuestras deudas p¨²blicas y las millonarias inversiones de las empresas transnacionales irremediablemente se est¨¢ generando m¨¢s miseria; miseria social, legal e incluso ¨¦tica.
Jos¨¦ El¨ªas Esteve Molt¨® es profesor de Derecho Internacional P¨²blico y Secretario del Instituto de Derechos Humanos de la Universitat de Val¨¨ncia. Es el redactor e investigador de las querellas del T¨ªbet presentadas en la Audiencia Nacional.
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