El as de la bebida con alas
El due?o de Red Bull, la sustancia energ¨¦tica m¨¢s vendida en el mundo lidera un imperio deportivo y quiere conquistar la Bundesliga
Dietrich Mateschitz, el poderoso y exitoso due?o de Red Bull, la bebida energ¨¦tica m¨¢s vendida en el planeta, ten¨ªa 38 a?os y era un exitoso ejecutivo de cuello y corbata del fabricante de cremas, champ¨²s y dent¨ªfricos alem¨¢n, Blendax, cuando su hada madrina le mostr¨® el camino para emprender una segunda etapa en su vida, que lo convertir¨ªa en el hombre m¨¢s rico de su pa¨ªs natal, Austria -Forbes calcula su fortuna en 8.200 millones de d¨®lares y lo coloca en el puesto 159 de las personas m¨¢s ricas del mundo. Su firma -a cuyo monopolio en los refrescos energ¨¦ticos le ha salido un competidor elaborado en Galicia que no ha podido vencer con sus pleitos¡ª lidera un imperio deportivo con el que pretende ahora conquistar la famosa Bundesliga alemana.
Despu¨¦s de un agotador viaje a Tailandia, el ejecutivo pidi¨® en el bar de su hotel, una bebida que le ayudara a combatir el cansancio producido por el jet lag. Le sirvieron una copa llena con?Krating Daeng, un brebaje local utilizado por los conductores de cami¨®n para mantenerse despiertos en sus largos viajes y que en espa?ol podr¨ªa llamarse "b¨²falo rojo de agua". Cuando bebi¨® el contenido del vaso, Mateschizt qued¨® intrigado por el repentino bienestar que sinti¨® en su cuerpo agotado y dolorido.
La bebida, adem¨¢s de devolverle una repentina frescura, le abri¨® los ojos para comenzar a dise?ar una idea que se convertir¨ªa en poco tiempo en una obsesi¨®n. "Esto podr¨ªa ser algo bueno para Europa donde hay tantos ejecutivos estresados y j¨®venes hambrientos de diversi¨®n", se dijo. Despu¨¦s de obtener la licencia para producir la bebida en Austria, el ejecutivo renunci¨®, en 1984, a su cargo en Blendax y con los ahorros de toda su vida, comenz¨® a dar vida a la idea que tuvo en Bangkok y fund¨® la empresa Red Bull GmbH junto a dos socios tailandeses.
Su primer descubrimiento fue desilusionante, pero al mismo tiempo todo un desaf¨ªo. "No existe un mercado para Red Bull, pero lo crearemos", dijo entonces. Durante tres a?os, Mateschitz trabaj¨® como un pose¨ªdo en el lanzamiento al mercado de su nueva bebida, luch¨® contra las autoridades para obtener los permisos necesarios y casi volvi¨® loco a un amigo de juventud y due?o de una agencia de publicidad, para que creara un eslogan apropiado.
Una noche recibi¨® una llamada telef¨®nica y su amigo le dijo al otro lado de la l¨ªnea: "Lo tengo. Red Bull te da alas". En 1987 comenzaron a venderse las primeras latas y Red Bull comenz¨® a volar con cuotas de crecimiento de casi 200 % al a?o. Las cifras que arroj¨® Red Bull en 2013 hablan por s¨ª solas. 5.300 millones de latas vendidas en 166 pa¨ªses y un volumen de negocios de m¨¢s de 5.000 millones de euros.
Muchos analistas han intentado descifrar el secreto del incre¨ªble ¨¦xito de Red Bull y casi todos concluyeron que Dieter Mateschitz es un genio a la hora de promocionar y comercializar su bebida m¨¢gica, que corre por la sangre, acaricia los m¨²sculos, alegra al coraz¨®n y reactiva el cerebro. Pero el efecto no es el ¨²nico secreto del ¨¦xito. Gracias su eslogan "Red Bull te da alas", el empresario austriaco, que en mayo pasado cumpli¨® 70 a?os, logr¨® transmitir a los consumidores una forma diferente de enfrentar la vida y sus desaf¨ªos. Les inculc¨® que Red Bull significa libertad, independencia y que un sorbo despierta los deseos de triunfar. En otras palabras la persona que bebe Red Bull tiene ¨¦xito.
Para difundir la imagen de ¨¦xito de la marca Red Bull en todo el mundo, Mateschitz, adem¨¢s de invertir casi un tercio de los ingresos en la comercializaci¨®n de la bebida, tuvo otra idea genial que lo ha convertido con el tiempo en una especie de dios pagano del deporte mundial, admirado y amado por una legi¨®n de deportistas que le deben sus respectivas carreras y haza?as al empresario austriaco.
El visionario se propuso la meta de convertir su imperio de bebidas energizantes en un imperio deportivo global, que abarca la F¨®rmula 1, escuelas de f¨²tbol en ?frica, y Am¨¦rica Latina, equipos de f¨²tbol, de hockey sobre hielo y estadios en Estados Unidos, adem¨¢s de patrocinar a m¨¢s de 600 deportistas en todo el mundo, entre ellos 22 espa?oles, a los que nos les importa arriesgar sus vidas para tener ¨¦xito. El ejemplo m¨¢s espectacular fue el salto en ca¨ªda libre desde la estratosfera realizado por Felix Baumgartner. Cuando el paracaidista toc¨® tierra, lo primero que enfocaron las c¨¢maras de televisi¨®n fue el emblema que luc¨ªa su traje especial y su casco: Red Bull.
La filosof¨ªa de Mateschitz es simple. Despu¨¦s de descubrir que cada triunfo deportivo de un atleta, de un piloto o de un ciclista, aumentaba el n¨²mero de bebedores de Red Bull, el empresario decidi¨® dar un paso gigantesco hacia adelante y se propuso dominar el mundo del deporte a su manera. Adem¨¢s de comprar equipos y patrocinar deportistas, el austriaco tambi¨¦n cre¨® sus propios eventos y los comercializ¨® en sus medios.
Hace unos a?os, Mateschitz descubri¨® que el f¨²tbol pod¨ªa ser una buena inversi¨®n, y compr¨® dos equipos, uno en Salzburgo y otro en Leipzig, que solo hab¨ªa pisado los estadios de la tercera divisi¨®n. El empresario ya se hab¨ªa dado cuenta que el rey del deporte pod¨ªa jugar un rol predominante en su imperio deportivo. El rebautizado BR Salzburg es el campe¨®n de la liga austriaca y el BR Leipzig se coron¨® campe¨®n de la tercera liga, ascendi¨® a la segunda y ya encabeza la tabla.
"Un par de a?os transcurren muy r¨¢pido, pero en alg¨²n momento lo lograremos", dijo Mateschitz al referirse a su ambici¨®n de convertir al BR Leipzig en un equipo tan poderoso o superior al Bayern M¨²nich o al Borussia Dortmund, los dos equipos que dominan la Bundesliga.
Para conquistar el mundo del f¨²tbol en su pa¨ªs y tambi¨¦n en Alemania, Mateschitz destin¨® 50 millones de euros para construir un moderno centro deportivo en Salzburg. El centro de 100.000 metros cuadrados fue inaugurado el pasado 6 de septiembre y cuenta con siete canchas de f¨²tbol y dos para hockey sobre hielo, pero tambi¨¦n con las m¨¢s modernas instalaciones deportivas. En un edificio de 12.000 metros cuadrados de superficie, el centro acoger¨¢ a 150 j¨®venes talentos y otros 400 podr¨¢n entrenar todos los d¨ªas. "El rendimiento se puede planificar", dijo Ralf Rangnick, un talentoso entrenador alem¨¢n que ahora es el director deportivo de los equipos RB Salzburg y RB Leipzig, cuando present¨® a la prensa la nueva academia. Mateschitz tambi¨¦n autoriz¨® la construcci¨®n de una academia similar en Leipzig que ya est¨¢ siendo construida. Su coste: 35 millones de euros.
"La venta de la bebida energizante convirti¨® a Dietrich Mateschitz en multimillonario. Ahora desea dominar el negocio del deporte en el mundo y con todos los medios", sentenci¨® recientemente la influyente revista econ¨®mica Manager Magazin en un amplio reportaje que fue anunciado en la portada de la revista con el t¨ªtulo?Red Ball. "La gran meta de Mateschitz es convertir su negocio de bebidas en un imperio deportivo en el cual el f¨²tbol jugar¨¢ un rol determinante".
Para alcanzar esa meta, Mateschitz no escatima en gastos: Red Bull destina 1.000 millones de euros al a?o para promover el deporte en el mundo y arrebatarle el cetro de campe¨®n al Bayern de M¨²nich.
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