86 ¡®gatos¡¯

En Hong Kong est¨¢n con la revoluci¨®n de los paraguas. Despu¨¦s del caso de las 86 Tarjetas de Pata Negra, esta apoteosis de corrupci¨®n magn¨¦tica, coral y febril, en Espa?a tendr¨ªamos que salir a la calle con paraguas y en pelota picada. No para protestar, sino para rendirse. Aqu¨ª, la indignaci¨®n popular suele zanjarse por el m¨¦todo que un d¨ªa po¨¦tico enunci¨® el se?or Fraga: ¡°Pues ahora prep¨¢rense ustedes para una carga del S¨¦ptimo de Caballer¨ªa¡±. En cuanto a la regeneraci¨®n democr¨¢tica, como ant¨ªdoto de la corrupci¨®n, es una tarea inaplazable que lleva en el tr¨¢mite de urgencia desde la infancia de Joaqu¨ªn Costa, que en paz descanse. As¨ª que en este Estado borroso, con un Gobierno tao¨ªsta, ¡°la acci¨®n a trav¨¦s de la inacci¨®n¡±, pienso que la ciudadan¨ªa debe corresponder con una gran rendici¨®n ritual. Dice un aforismo polaco: ¡°Cuando al rendirse levantaron los brazos, parecieron tan amenazadores que el enemigo sali¨® por piernas¡±. Pero compruebo que ya no hay ¨¢nimo ni para rendirse. Hasta el humor, a la manera del ¡°drama jocoso¡±, lo pone los rufianes. La cuenta del saqueo respond¨ªa a la denominaci¨®n art¨ªstica de Error Inform¨¢tico. Un eufemismo de 15,5 millones de euros. Las putas tarjetas no ten¨ªan ideolog¨ªa. M¨¢s bien, las tarjetas son la ideolog¨ªa. En el esc¨¢ndalo de los gastos de representaci¨®n en Westminster, hubo varios diputados que incluyeron la compra de comida para animales. Aqu¨ª tambi¨¦n: observen el gasto en restaurantes. Una de las consignas jaleadas en la Transici¨®n, fue aquella de Gonz¨¢lez: ¡°Gato negro o gato blanco, lo que importa es que cace ratones¡±. Ten¨ªa su matiz, pero solo se entendi¨® como un brindis a la depredaci¨®n. Lo cierto es que Espa?a se ha llenado de gatos de todos los colores. Hay que darles de comer y ya casi no quedan ratones.