El complejo progreso de la econom¨ªa verde
Todos comprendemos que 'verde' es lo mismo que 'respetuoso con el medio ambiente', pero empezamos a no estar de acuerdo sobre qu¨¦ se puede calificar as¨ª
Al hablar de econom¨ªa verde tiende a generarse, inevitablemente, una sonrisa en el lector m¨¢s o menos ilustrado que se topa con la dificultad de las definiciones. Todos comprendemos que verde es lo mismo que respetuoso con el medio ambiente, pero empezamos a no estar de acuerdo sobre qu¨¦ se puede calificar as¨ª.
La econom¨ªa verde es la que se basa en el consumo sostenible; por ejemplo, la voluntad de comprar productos amigables con el medio ambiente o, al menos, que no lo da?en. Al profundizar, nos volvemos a topar con la terminolog¨ªa. ?Qu¨¦ es perjudicial y qu¨¦ no? No hay par¨¢metros internacionalmente aceptados para esta definici¨®n porque la situaci¨®n de hoy es distinta de la de hace 30 o 40 a?os, cuando lo que da?aba al medio ambiente en los pa¨ªses de nuestro entorno era, claramente, evidente.
Un par¨¢metro interesante que maneja, por ejemplo, la Agencia de Medio Ambiente en Alemania es la emisi¨®n de CO2 de un hogar normalizado. Aunque no es literalmente extrapolable a Espa?a por razones como el clima, s¨ª aporta elementos de reflexi¨®n importantes: el 75% de las emisiones de CO2 atribuibles a un hogar se deben sobre todo a la calefacci¨®n, el agua caliente y el transporte, mientras que la iluminaci¨®n supone un consumo pr¨¢cticamente testimonial.
A su vez, tres cuartas partes de las emisiones de los transportes proceden de los de uso privado. Esto indica la resistencia al cambio que las sociedades te¨®ricamente m¨¢s concienciadas ante el medio ambiente presentan a la hora de modificar sus h¨¢bitos de consumo: emisiones de CO2 debidas al consumo privado, estancadas en ocho toneladas por persona al a?o aproximadamente en los ¨²ltimos 10 a?os, dan cuenta de esa resistencia.
En cambio, en lo que vemos a diario en prensa y otros medios de comunicaci¨®n, abunda la publicidad verde: miles de productos se anuncian, a menudo sin ning¨²n fundamento s¨®lido, como ecol¨®gicos o ambientalmente favorables. Tenemos inter¨¦s por saber si los llamados productos verdes ¡ªcomo los alimentos ecol¨®gicos y similares¡ª est¨¢n realmente penetrando en los mercados de consumo o si se podr¨ªan considerar, simplemente, una moda que no acaba de encontrar su hueco.
Aumentan los productos con los que la mejora ambiental se puede medir, como el consumo anual de energ¨ªa de un frigor¨ªfico
Al entrar en el ¨¢mbito de la alimentaci¨®n es cuando nos enfrentamos a un nuevo reto: ?deber¨ªamos promover cambios en nuestros h¨¢bitos como parte de una pol¨ªtica europea m¨¢s ambientalmente favorable? Las emisiones procedentes de todo lo que tiene que ver con la alimentaci¨®n representan alrededor del 15% del total; cifra respetable, pero aqu¨ª estamos tocando la base del consumo. El cambio del uso forestal al agr¨ªcola de la tierra, como la cr¨ªa de ganado o el consumo de agua de riego, nos llevan a preguntarnos: ?puede el consumidor introducir h¨¢bitos mejores sin modificar su estilo de vida? Dicho de otro modo: ?tiene derecho la sociedad a pedirnos que comamos distinto para proteger el medio ambiente? ?somos mejores, ambientalmente hablando, que los ciudadanos alemanes porque comemos 50 kilogramos de carne (el alimento que m¨¢s emisiones genera) al a?o, en lugar de 60, como ellos?
Antes de seguir por ese terreno resbaladizo, repasemos lo que hace con buen criterio la sociedad para acercarse al consumo verde: fiarse de los avances tecnol¨®gicos claramente medibles. Por ejemplo, el 20% del descenso en la media de emisiones de todos los veh¨ªculos entre 2001 y 2011, expresados en gramos de CO2 por kil¨®metro, o el modo en que se aborda el reto de llegar al objetivo de 59 gramos para 2021 frente a los poco m¨¢s de 130 actuales.
Lo que de verdad crece en el mercado verde son los productos en los que la mejora ambiental se puede medir y reflejar en condiciones normalizadas, como el consumo anual en kilowatios por hora de un frigor¨ªfico. La ense?anza deber¨ªa ser que, para comportarse mejor ante los retos medioambientales, hay que fijarse en lo que se puede medir. En esas condiciones, pr¨¢cticamente todos estamos dispuestos a pagar m¨¢s por productos verdes, al contrario de lo que ocurre si no se sabe qu¨¦ es verde m¨¢s all¨¢ de una etiqueta de ese color.
Miguel Aballe es director de la Asociaci¨®n de Latas de Bebidas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.