Delimitar las culpas

El caso de las tarjetas negras de Bankia entr¨® ayer en la v¨ªa judicial con la comparecencia, como imputados, de los expresidentes Miguel Blesa y Rodrigo Rato y el ex director general de Caja Madrid, Ildefonso S¨¢nchez Barcoj. El hecho de que el juez Andreu haya impuesto una fianza civil de 16 millones de euros a Blesa y tres millones a Rato ¡ªpor encima de lo solicitado por la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n y el Fondo de Reestructuraci¨®n Ordenada Bancaria (FROB)¡ª significa que considera a ambos responsables del sistema perverso de retribuci¨®n, si bien en distinta cuant¨ªa. Tambi¨¦n puede interpretarse como la voluntad del tribunal, a petici¨®n de fiscal¨ªa y FROB, de recuperar un dinero expoliado ¡ªprimero a Caja Madrid y despu¨¦s a Bankia¡ª mediante un sistema de retribuciones al margen de los controles, usado adem¨¢s para someter a obediencia el voto de los consejeros.

La cuant¨ªa de la fianza permite interpretar con verosimilitud el distinto grado de responsabilidad que se atribuye a los imputados por el juez Andreu: est¨¢ claro que no tienen el mismo grado quienes crearon y fortalecieron un sistema perverso de apropiaci¨®n en la entidad que quienes transigieron con ¨¦l o simplemente se beneficiaron de su existencia. La delimitaci¨®n de responsabilidades es un criterio y una obligaci¨®n jur¨ªdica, adem¨¢s del mejor modo para entender c¨®mo lleg¨® a gestarse un sistema corrupto que perdur¨® durante a?os, ayudado por la inacci¨®n de los reguladores (Hacienda y Banco de Espa?a).

As¨ª pues, la imputaci¨®n de Blesa, Rato y Barcoj y los pasos legales posteriores deber¨ªan tener como objetivo determinar qui¨¦n puso en funcionamiento el sistema de tarjetas negras: si se hizo bajo el mandato presidencial de Miguel Blesa o si debe remontarse a presidencias anteriores (como sostuvo ayer ante el juez el imputado S¨¢nchez Barcoj). Por m¨¢s que cause esc¨¢ndalo el desmesurado gasto en negro de consejeros y directivos, la responsabilidad principal es de quien concibi¨® el artefacto de ocultaci¨®n; algo que bien podr¨ªa encuadrarse, si el juez as¨ª lo considera, entre los delitos de alzamiento de bienes y administraci¨®n desleal. Si se admite la distinci¨®n entre culpables y responsables, quienes crearon las tarjetas negras caer¨ªan entre los primeros y quienes las prolongaron, entre los segundos.

Tampoco hay que olvidar que en este caso hay delitos conexos. Uno de ellos es el de la posible ocultaci¨®n y tergiversaci¨®n de retribuciones al Banco de Espa?a por parte de los gestores de la entidad, antes o despu¨¦s de una intervenci¨®n p¨²blica que ha costado a los contribuyentes 22.400 millones. Estos delitos, si los hubiere, deben ser investigados con la misma seriedad que el expediente de la quiebra de Bankia (del que las tarjetas negras forman pieza separada) y ser sancionados con igual rigor. El sistema financiero depende de la credibilidad de sus gestores y reguladores; transmitir el mensaje de que algunas conductas pueden quedar impunes es un modo eficaz de arruinarlo.