Imag¨ªnate que existiera un peque?o truco para reducir los malentendidos. Es dif¨ªcil de que desaparezcan al 100 por cien, lo s¨¦, pero imagina que algunos al menos se evitan. ?Y en qu¨¦ podr¨ªa consistir dicho truco? En verificar si nuestras interpretaciones son realmente hechos. As¨ª de simple. Veamos alg¨²n ejemplo para explicarlo mejor.
Suponte que es viernes y has tenido una discusi¨®n con alguien en la oficina, con alg¨²n vecino o con alg¨²n compa?ero de la universidad. Te has enfadado. No ha sido una discusi¨®n acalorada, pero lo suficiente para haberte molestado. Llega el s¨¢bado y te encuentras a esta persona por la calle. Le saludas y ¨¦l o ella no lo hace. Hasta aqu¨ª, todos son hechos. El problema es que la mente no se queda tranquila con los simples hechos, comienza a elucubrar y a escribir su propio gui¨®n de pel¨ªcula. El motivo ya lo hemos comentado alguna vez. Nuestro cerebro est¨¢ preparado para la supervivencia, pero no para la felicidad. De este modo, tenemos tendencia a comprender los motivos para preverlos en un futuro aunque sea invent¨¢ndonoslo. Por supuesto, hay algunos que resultan m¨¢s expertos que otros, ya sabemos. El proceso es muy sencillo:
Del hecho ¡°no me salud¨®¡± paso a la interpretaci¨®n de: ¡°me ignor¨® cuando le salud¨¦¡±. Es decir, ya presupongo que la otra persona no ha querido decirte nada. Pero el gui¨®n de nuestra pel¨ªcula solo est¨¢ empezando.
De la interpretaci¨®n pasamos a intentar comprender las causas: ¡°Est¨¢ claro que fue por la discusi¨®n del otro d¨ªa y etc., etc¡¡± Ya comenzamos a alejarnos de la realidad.
Como adem¨¢s, buscamos controlar el futuro, pasamos al cap¨ªtulo de la generalizaci¨®n: ¡°Siempre que me enfado con ¨¦l, se pone as¨ª¡±¡
Y como es de imaginar, tomamos una decisi¨®n para acometer en el futuro: ¡°La pr¨®xima vez le saludar¨¢ otro¡¡± o decimos expresiones peores.
De la interpretaci¨®n pasamos a intentar comprender las causas: ¡°Est¨¢ claro que fue por la discusi¨®n del otro d¨ªa y etc., etc¡¡± Ya comenzamos a alejarnos de la realidad.
Como adem¨¢s, buscamos controlar el futuro, pasamos al cap¨ªtulo de la generalizaci¨®n: ¡°Siempre que me enfado con ¨¦l, se pone as¨ª¡±¡
Y como es de imaginar, tomamos una decisi¨®n para acometer en el futuro: ¡°La pr¨®xima vez le saludar¨¢ otro¡¡± o decimos expresiones peores.
Pues bien, este proceso mental es lo que Argyris denomin¨® la ¡°escalera de inferencia¡±, porque nos alejamos de la realidad. Cada pensamiento que no se ci?a al hecho es un pelda?o para sufrir nosotros. Y aunque a veces intuimos cosas, en muchas otras ocasiones, creamos en nuestra cabeza guiones que luego no se cumplen y que nos hacen da?o. Por ello, si fu¨¦ramos capaces de romper la escalera, podr¨ªamos recuperar un poco m¨¢s de tranquilidad a nuestra querida cabeza.
?C¨®mo evitar las escaleras de inferencia? Lo primero de todo es distinguir un hecho de una interpretaci¨®n. De lo que ocurre a lo que yo opine hay un trecho que pueden ser de mil¨ªmetros o de metros, dependiendo de nuestra ¡°creatividad¡± o de la intensidad emocional que incorporemos.
Segundo, si hay dudas, pregunta. A veces no lo hacemos por timidez o por orgullo, pero quiz¨¢ el sabor amargo sea peor que cualquiera de los motivos anteriores.
Otra alternativa es de nuevo tomar la decisi¨®n. Insistir. Quiz¨¢ no te haya o¨ªdo.
Y por ¨²ltimo, evitar generalizaciones. Es poco recomendable irse al mundo del ¡°siempre, nunca¡±. Es un trampa mental que hace mucho da?o.
En definitiva, nuestra mente tambi¨¦n es un m¨²sculo que se puede entrenar. Cuando nos ocurren ciertos contratiempos, si no paramos de darle vueltas, podemos sufrir en exceso. Por ello, es mejor verificar si estamos en el camino correcto, reducir nuestras interpretaciones, evitar generalizaciones o la b¨²squeda de causas que quiz¨¢ no existan y, por supuesto, poner un poco de templanza a nuestras acciones. En este punto, me gusta la s¨ªntesis que hac¨ªa Santa Teresa:
¡°La mente es la loca de la casa¡±. Y, muy posiblemente, tenga raz¨®n en buena medida de nuestros contratiempos.
Por supuesto que siempre damos por sobre entendido que se trata de personas normales y corrientes.Sin ningunas connotaciones personales f¨ªsicas o ps¨ªquicas que les condicionen.Porque cada persona es un mundo, por gen¨¦tica y por carencias de diferentes tipos de afectos, por ejemplo.Y las cabezas, son como los brazos o las piernas, o los m¨²sculos o los huesos.Que cada cual tenemos lo que nos ha dado Dios.Y es con ese material con el que tenemos que apa?arnos y tratar de salir adelante.O sea, que hemos de poner mucho empe?o, y buena voluntad, y cultivarnos a conciencia para educarnos a nosotros mismos, dentro de nuestro entorno.Pasando del pronto incivilizado, a un reposo que nos permita contar hasta tres, antes de decir una impertinencia o en el peor de los caso, lanzar una coz.Porque nos hemos cre¨ªdo que nos estaban poniendo de hoja de perejil, y no era as¨ª.Que era solo un ejemplo, o que era solo una par¨¢bola en tercera persona, o que est¨¢bamos a cien y en cuanto estornud¨® la persona que tenemos enfrente le dejamos toda la caballer¨ªa.Por un equ¨ªvoco, por una pamplina, por estar pasados de vueltas, y no respirar despacio, sinti¨¦ndonos seguros de nosotros mismos.Antes de tirar piedras al tejado de los dem¨¢s por un por si acaso.Sin sentir empat¨ªa, ni tener generosidad.Llenos de aristas.
?sin empat¨ªa y sin generosidad? ?yo? no creo que haya una persona m¨¢s emp¨¢tica y generosa, tanto que roza la tonter¨ªa, es de herencia por parte de padre.
He le¨ªdo este art¨ªculo que me parece interesante, porque trata de hacer una reflexi¨®n a partir de un hecho concreto. Pero como siempre, tenemos la tendencia de cr¨¦er que la raz¨®n es una sola y que evidentemente nos pertenece. El an¨¢lisis es casi convincente, pero las concluciones vuelven a tomar el mismo camino una y otra vez. Tanto jusgamos si creemos que no nos saludan porque nos quieren ignorar, como en el caso donde pienso que es miope y se le perdieron los espejuelos. El ser humano puede muy bien discernir y de hecho no creo que podamos abstraernos de tratar de interpretar un hecho. No por eso estamos especulando, solo tratamos de entender el por qu¨¦. La escaleta de inferencia es un hecho inevitable para el sentido comun, yo creo que lo que deberiamos es dejar de un lado el orgullo y cualquier otro sentimiento que pueda enturbiar la justa decodificaci¨®n del hecho en concreto. Pero pedir a un ser inteligente de analizar solo los hechos y no las motivaciones que lo producen es un poco limitado en cuanto a an¨¢lisis. No creo que podamos comprender un hecho solo por lo que es. Porque un hecho en si no es mas que una accion y no tiene sentido en si misma, adquiere su raz¨®n de existir cuando es mitivado por una sircunstancia o por un sentimiento etc. Pero en fin es solo mi criterio, el hecho de compartirlo no quiere decir que solo queria hacerlo.
:( :( :( :(
el t¨ªtulo del art¨ªculo y el planteamiento del mismo puede ayudar, pero desde luego en las relaciones humanas no siempre dos mas dos son cuatro; escogiendo el mismo ejemplo, cuando una persona no saluda a otra no tiene que ser porque quiera ignorarla, puede ser que influya la sorpresa de encontr¨¢rsela de forma imprevista, unido a un pensamiento r¨¢pido de si el deseo de saludar ser¨¢ o no rec¨ªproco, unido, todo ello, a la posible timidez , se crea un c¨®ctel, que cuando se toma aire y se recapacita, la otra persona se ha ido, todo puede suceder en pocos segundos.En muchas ocasiones hay hechos que complican a¨²n m¨¢s estas situaciones, estos hechos, del que uno de los actores puede ser responsable, pueden provocar graves consecuencias, multilaterales y, seg¨²n la opini¨®n de ¨¦l, irreversibles, lo que favorece este tipo de comportamientos, porque desconoce si hay reversibilidad, y, desde luego, si la hubiera no dejar¨ªa de sorprenderse.Por eso los malentendidos es normal que se produzcan en situaciones dif¨ªciles.
El art¨ªculo, en l¨ªneas generales, adem¨¢s de emplear algunos conceptos sin una debida coherencia, aconseja cosas cuya realizaci¨®n es cuanto menos improbable.En primer lugar, la frase ?verificar si nuestras interpretaciones son realmente hechos?. Puede ser una trivialidad si se considera que toda interpretaci¨®n es realmente un hecho, en concreto, un hecho humano. Pero es que en l¨ªnea inversa, hay quienes defienden que no hay hechos si ¨¦stos no son interpretados, o sea, que no hay entidad sin identidad. El supuesto de que hay ?hechos simples? (la etiqueta no es obviamente muy adecuada) requiere, pues, de justificaci¨®n. Puesto que ?hechos simples? o ?hechos brutos? son entidades no te¨®ricamente neutrales. No hay, sin embargo, justificaci¨®n alguna al respecto.En segundo lugar, se nos dice: ?(...) Te has enfadado. No ha sido una discusi¨®n acalorada (...). Hasta aqu¨ª, todos son hechos.? Ajust¨¢ndonos a la terminolog¨ªa de la autora. El considerar que la ?discusi¨®n no hay sido acalorada? parece que tambi¨¦n es una interpretaci¨®n porque determina como un juicio de valor la discusi¨®n de una manera en particular, a saber, ?como siendo acalorada?. As¨ª, eso no es ?un hecho? tal y como se pretende sino interpretaci¨®n. Y, en ¨²ltimo lugar, lo que se dice tampoco parece convencer a alguien que dudara de la respuesta. Para aquel, al que no se le devuelve el saludo porque presuntamente alguien ?no la vio porque es miope y no llevaba gafas?, esta explicaci¨®n puede resultarle una excusa muy poco elaborada y que ha aparecido una vez ha sido compelido por una pregunta o aparecido s¨®lo una vez que se ha intentado reforzar o sustituir las razones, etc¨¦tera. Pese a esta "verificaci¨®n", uno podr¨ªa seguir considerando como v¨¢lidos sus motivos iniciales por considerarlos m¨¢s plausibles que los ofrecidos por el que se excusa o explica. Por tanto, el consejo que se nos da de que ?hay que verificar si las opiniones/interpretaciones se corresponden con la realidad (humana)?, no es, sin entrar ahora en densos comentarios, suficiente porque para verificar los hechos es requisito que estos hechos est¨¦n bien determinados como tales. Y presumiblemente los hechos humanos no tienen la determinaci¨®n necesaria para ser verificados.
LeonKa creo que te est¨¢s refugiando en cuestiones meramente filos¨®ficas y esta entrada trata sobre la 'psicolog¨ªa positiva'. La pr¨®xima vez que te encuentres con una situaci¨®n que te preocupa en exceso, valora qu¨¦ conoces "realmente" y qu¨¦ son meras elucubraciones, porque aunque el conocimiento "puro" quiz¨¢ no sea posible, seguro que puedes distinguir entre ambas.No es lo mismo que alguien no te salude (hecho interpretable, pero hecho al fin y al cabo) que llegar a la conclusi¨®n que lo ha hecho por rencor (mera especulaci¨®n que puede ser correcta o no). Y si no ves la diferencia entre ambos tipos de "conocimiento", entonces te dir¨ªa aquello de que "el movimiento se demuestra andando": demasiada especulaci¨®n!
Hola Ula, en primer lugar, que cualesquiera hechos, por estar dentro del ¨¢mbito de la descripci¨®n, est¨¦n cargados de teor¨ªa y que, en l¨ªnea con ello, no existan hechos brutos. Y que, adem¨¢s, un criterio de verificaci¨®n de hechos humanos no sea, o no parezca, en todos los casos (si alguno) fiable o convincente (para todas las partes involucradas), no parece que sean, en contra de lo que se sugiere, "cuestiones meramente filos¨®ficas". Y si, en efecto, lo son, no basta con enunciarlo hay adem¨¢s que argumentarlo.En segundo lugar, que uno escriba un texto de lo que sea, ya sea "psicolog¨ªa psitiva" o "¨¢lgebra lineal", no le exime de rigor conceptual. La etiqueta "psicolog¨ªa positiva" no comporta la simplificaci¨®n deseada.En ¨²ltimo lugar, argumentar, presentar un texto, y defender la posici¨®n frente las objeciones es parte del "conocimiento cient¨ªfico". Defender una postura alegando, injustificadamente, que se trata de "meras elucubraciones" para cometer, acto seguido, la falacia consistente en simplificar la postura del contricante para rebatirla, a saber, diciendo que " si no ves la diferencia entre ambos tipos de "conocimiento" entonces...", entonces eso que se hace no es algo que merezca llamarse "conocimiento" o "ciencia" si se cometen falacias y se blinda el texto ante objeciones sin que ese blindaje lleve consigo razones ni argumentos.
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