Los otros virus que nos acechan
El ¨¦bola no es el ¨²nico agente emergente: coronavirus, gripe aviar, Marburg, polio y fiebre amarilla han causado brotes en 2014
Cabe poca duda de que la crisis del ¨¦bola es ¡°la m¨¢s grave emergencia aguda de salud p¨²blica de los tiempos modernos¡±, como ha se?alado la directora general de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan. Pero el ¨¦bola no es el ¨²nico virus emergente sobre el que las autoridades sanitarias mundiales tienen puesta la lupa.
Solo en 2014, mientras el ¨¦bola capturaba la atenci¨®n mundial, han causado brotes el virus Marburg en Uganda, el MERS-CoV (Middle East respiratory sindrome coronavirus) en Austria, Arabia Saud¨ª y los Emiratos ?rabes, el enterovirus D68 en Estados Unidos, el virus de la polio en Camer¨²n, Guinea Ecuatorial, Oriente Pr¨®ximo y Brasil, la gripe aviar H7N9 y H5N1 en varios lugares del mundo, y la fiebre amarilla en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo.
Son brotes de escasa entidad en comparaci¨®n con la epidemia de ¨¦bola que est¨¢ masacrando el oeste de ?frica, pero tambi¨¦n el ¨¦bola hab¨ªa sido hasta ahora un agente de bajo perfil. La preocupaci¨®n de los epidemi¨®logos es que cambios en la constituci¨®n gen¨¦tica de estos virus, o en las condiciones demogr¨¢ficas de sus v¨ªctimas, puedan convertirlos en agentes pand¨¦micos que causen una nueva crisis sanitaria mundial. La investigaci¨®n se centra sobre todo en dos de ellos: los coronavirus y la gripe aviar, en ambos casos con importantes contribuciones espa?olas.
Son brotes de escasa entidad, pero tambi¨¦n el ¨¦bola hab¨ªa sido hasta ahora un agente de bajo perfil
Hay seis coronavirus que afectan a los humanos, y cuatro de ellos son un contratiempo menor: solo causan resfriados en invierno, si acaso una bronquitis en las personas predispuestas. Pero los otros dos son mortales: el SARS y el MERS. El SARS (severe acute respiratory sindrome, o s¨ªndrome repiratorio grave y agudo) apareci¨® en noviembre de 2002 en la provincia china de Guangdong, fue transportado por un m¨¦dico infectado hasta Hong Kong, y desde all¨ª al sureste de Asia, Norteam¨¦rica y Europa, aprovech¨¢ndose de las redes globales de transporte a¨¦reo y de la ignorancia de los epidemi¨®logos sobre este agente nunca visto hasta entonces. La OMS lo identific¨® en marzo de 2003, y solo dos meses despu¨¦s hab¨ªa causado m¨¢s de 8.000 infecciones y 800 muertes. El p¨¢nico se apoder¨® de las principales ciudades asi¨¢ticas, con cierres de escuelas y edificios p¨²blicos y prohibiciones de viajes. Hoy parece controlado.
Su colega mortal, el coronavirus MERS, no ha gozado de tanta suerte con los titulares. Sin embargo, es seguramente la estrella absoluta de los brotes epid¨¦micos de este a?o. ¡°Apareci¨® en 2012 y su mortalidad alcanza el 30% en las personas hospitalizadas¡±, explica el especialista en coronavirus del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa Luis Enjuanes. ¡°Pero hay gente que se infecta sin desarrollar s¨ªntomas y estos son los que pueden extender el virus por todo el mundo¡±. Enjuanes es una referencia mundial en estos agentes infecciosos y uno de los cient¨ªficos que asesora al Gobierno en la crisis del ¨¦bola.
Los virus emergentes no surgen de la nada: todos ellos provienen de los animales. Es l¨®gico, puesto que la especie humana solo lleva 100.000 a?os en el planeta Tierra, y ha tenido que importar sus virus de otras especies mucho m¨¢s antiguas que ya se hab¨ªan adaptado a ellos. La fuente directa del coronavirus MERS son los camellos: la gente se infecta al beber su leche o comer su carne. ¡°Pero los camellos han adquirido del virus de los murci¨¦lagos¡±, dice Enjuanes. Los murci¨¦lagos tambi¨¦n se revelaron en la d¨¦cada pasada como el foco del SARS, el otro coronavirus, y son uno de los reservorios naturales del ¨¦bola que los cient¨ªficos consideran m¨¢s probable. ?Qu¨¦ extra?a afici¨®n tienen estos bichos oscuros por los virus que causan enfermedades emergentes?
El MERS apareci¨® en 2012 y su mortalidad alcanza el 30% de los hospitalizados¡±, explica Enjuanes
¡°Que son mam¨ªferos como nosotros, pero vuelan y muerden¡±, explica Enjuanes. Los saltos de virus entre especies se ven facilitados por la cercan¨ªa evolutiva entre una especie y otra, como parece l¨®gico, y de ah¨ª que los murci¨¦lagos, que son mam¨ªferos aunque no lo parezcan, tengan m¨¢s f¨¢cil transmitirnos sus agentes infecciosos. Pero volar es sin duda una ventaja para propagar un virus por una zona amplia, y morder lo es para contagi¨¢rselo a cualquier animal que no coma murci¨¦lagos, o no muchos.
El laboratorio de Enjuanes ha logrado recientemente espectaculares avances hacia la obtenci¨®n de una vacuna contra el SARS y el MERS, con financiaci¨®n de los NIH (Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos) y la Uni¨®n Europea. ¡°Hemos utilizado t¨¦cnicas de biolog¨ªa sint¨¦tica (crear organismos con propiedades que no existen en la naturaleza) para crear coronavirus que son competentes en replicaci¨®n, pero deficientes en propagaci¨®n¡±, explica Enjuanes. ¡°Son lo que llamamos virus de un solo ciclo, porque infectan la c¨¦lula y se replican, pero no pueden salir de ella, y pensamos que son candidatos ideales a una vacuna¡±.
El otro gran grupo de brotes de este a?o se debe a dos virus de la gripe aviar, H5N1 y H7N9 en la nomenclatura jerogl¨ªfica que se utiliza para estos agentes. F¨ªjense sobre todo en la H, que significa hemaglutinina, la prote¨ªna exterior del virus que determina a qu¨¦ especies y a qu¨¦ tejidos del cuerpo puede infectar. ¡°Los virus H5 y H7 son aviares, pero en los raros casos en que saltan de especie pueden infectar a todos los tejidos del cuerpo, y por eso resultan tan letales¡±, explica Amelia Nieto, investigadora del virus de la gripe del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa. ¡°En ninguno de estos dos virus, por fortuna, se han registrado contagios de humano a humano¡±.
El ¨¦bola, el SARS y el MERS vienen de los murci¨¦lagos; las gripes, de las aves acu¨¢ticas
Todos los virus de la gripe provienen en ¨²ltimo t¨¦rmino de las aves acu¨¢ticas, incluidas las gripes estacionales, o convencionales, que nos atacan cada invierno y cada varias d¨¦cadas se sustituyen por una nueva cepa de origen aviar, a veces a trav¨¦s de complicados pasos por otras especies como los cerdos y otros mam¨ªferos (los murci¨¦lagos no est¨¢n implicados en este caso).
El H5N1 es una celebridad en la peque?a historia de los virus emergentes. Se detect¨® por primera vez en una poblaci¨®n de gansos de la provincia de Guangdong, sur de China, en 1996, y empez¨® a llamar la atenci¨®n de los epidemi¨®logos en mayo de 1997, cuando los mercados de aves vivas de Hong Kong ¡ªun aut¨¦ntico cocedero de virus emergentes¡ª causaron 18 infecciones humanas, con seis muertes. Sus saltos ocasionales han causado desde entonces cerca de un millar de muertes.
La gran preocupaci¨®n de los cient¨ªficos conocedores de la gripe es que el H5N1, que ya es muy letal en los raros casos en que salta a humanos, adquiera una alta capacidad para transmitirse de persona a persona, como la gripe convencional. La gran motivaci¨®n para estudiar estos casos ha causado en a?os recientes una de las mayores pol¨¦micas que se recuerdan en el sector, cuando los asesores de seguridad biol¨®gica de la Casa Blanca intentaron frenar la publicaci¨®n de las investigaciones de un laboratorio norteamericano y otro holand¨¦s sobre las mutaciones que convierten al H5N1 en un agente pand¨¦mico.
¡°Mi opini¨®n sobre este asunto¡±, dice Amelia Nieto, ¡°es que es absurdo financiar esas investigaciones, como hizo Washington, y luego pretender frenar su publicaci¨®n en las revistas cient¨ªficas, o incluso prohibirlas¡±. Tanto el laboratorio estadounidense como el holand¨¦s ten¨ªan, en efecto, financiaci¨®n de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH en sus siglas inglesas), en todo o en (gran) parte. Las investigaciones han sido finalmente publicadas, y contin¨²an en ambos laboratorios, aunque con medidas de seguridad reforzadas en colaboraci¨®n con la OMS. Y ayer mismo (por el s¨¢bado) la Casa Blanca empez¨® a recular y anunci¨® la prohibici¨®n de cualquier experimento de este tipo en cualquier virus.
La carrera entre la investigaci¨®n y la naturaleza sigue en marcha. Y tal vez sea una guerra desigual.
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