Brasil: dos modelos de educaci¨®n, dos modelos de sociedad
Lo que est¨¢ en disputa actualmente en Brasil, se pone en evidencia de forma clara en el campo educativo. En algunos d¨ªas se sabr¨¢ qui¨¦n gobernar¨¢ el pa¨ªs durante los pr¨®ximos cuatro a?os. La expectativa es enorme y, a pocas horas del segundo turno electoral, el resultado es a¨²n incierto. Los dos candidatos cargan sobre sus espaldas, adem¨¢s de un inventario de promesas, la herencia de los gobiernos que sus partidos administraron. Dilma Rousseff, doce a?os de gesti¨®n liderada por el Partido de los Trabajadores (PT). A¨¦cio Neves, ocho a?os de gobierno del Partido de la Socialdemocracia Brasile?a (PSDB), bajo la presidencia de Fernando Henrique Cardoso, entre 1994 y 2002.
El resultado electoral es, al menos por ahora, un enigma. Lo que har¨¢n con la educaci¨®n, no.
Los ¨²ltimos veinte a?os de historia pol¨ªtica brasile?a han sido escritos, en buena medida, por las acciones y omisiones de estos dos grandes partidos. El campo educativo no es una excepci¨®n y expresa, de forma elocuente, los dos modelos de pa¨ªs que ambos candidatos representan, m¨¢s all¨¢ de la parafernalia discursiva que acompa?a los procesos electorales.
Calidad para pocos
El gobierno de Fernando Henrique Cardoso esgrimi¨® como una de sus principales banderas la necesidad de modernizar el sistema escolar, mejorando su calidad, volvi¨¦ndolo m¨¢s eficiente y reorganiz¨¢ndolo con una nueva ley de educaci¨®n aprobada en 1996. La columna vertebral de su reforma educativa estuvo basada en un supuesto: la promoci¨®n de pol¨ªticas centradas en la calidad permite generar din¨¢micas competitivas y correctivas a partir de las cuales todos se benefician de una progresiva mejora en los niveles de eficiencia del sistema educativo. Si una obsesi¨®n gui¨® la gesti¨®n de Fernando Henrique Cardoso esa fue la de dotar a las instituciones escolares de mejores niveles de calidad, volvi¨¦ndolas m¨¢s competitivas, estimulando a los mejores y suponiendo que, mediante este mecanismo, los de abajo, los ¡°peores¡±, los de menor desempe?o y precarios resultados, se volver¨ªan m¨¢s eficientes. La suposici¨®n es que lo har¨ªan por contagio o por escarmiento.
No se trataba, por lo tanto, de discutir el aumento del presupuesto educativo ni, mucho menos, los salarios docentes, sino de usarlos de forma m¨¢s efectiva y, en el caso magisterial, de manera m¨¢s productiva. El problema no era cu¨¢nto se gastaba en educaci¨®n, sino c¨®mo. De hecho, tanto la inversi¨®n p¨²blica como los salarios del profesorado no aumentaron o, en algunos casos, sufrieron un efecto regresivo. M¨¢s de 10.000 cargos docentes se perdieron en las universidades p¨²blicas brasile?as en ocho a?os de gesti¨®n.
Las tasas de matriculas en la educaci¨®n primaria e infantil tuvieron un crecimiento sostenido durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, aunque la educaci¨®n superior sufri¨® un profundo deterioro: el crecimiento de la universidad p¨²blica fue casi nulo (tanto en t¨¦rminos de inversi¨®n como de matr¨ªcula), en un marco de promoci¨®n y est¨ªmulo a la creaci¨®n de universidades privadas. Durante su ¨²ltimo mandato, entre 1999 y 2002, fueron creadas 533 nuevas universidades privadas: 2,5 por semana. El ¨²ltimo a?o fue especialmente productivo: fueron creadas 234 nuevas universidades privadas. En otras palabras, cada jornada de trabajo del Ministerio de Educaci¨®n en el a?o 2002, concluy¨® con una nueva universidad privada creada en Brasil.
N? de universidades privadas durante el gobierno Fernando Henrique Cardoso
- 1999 ¨C 909
- 2000 ¨C 1004 (95 nuevas universidades privadas)
- 2001 ¨C 1208 (204 nuevas universidades privadas)
- 2002 ¨C 1442 (234 nuevas universidades privadas)
- Total en 4 a?os = 533 nuevas universidades privadas
Las universidades p¨²blicas existentes oscilaron en el per¨ªodo de 192 (en 1999), 176 (en el 2000), 183 (en el 2001) y 195 (en el 2002). Tres nuevas universidades p¨²blicas y 533 nuevas universidades privadas es el saldo del ¨²ltimo mandato presidencial del PSDB. Al comienzo del segundo gobierno de Fernando Henrique Cardoso, en 1999, 47% del total de docentes universitarios trabajaban en la universidad p¨²blica y 53% en la universidad privada. En el a?o 2002, al concluir su gesti¨®n presidencial, la universidad p¨²blica concentraba 38% de los docentes y la privada 62%.
El PSDB es un partido neoliberal y as¨ª fueron sus gobiernos. De tal forma, conf¨ªa en que la competencia posee un efecto demostrativo cuya ecuaci¨®n, ¡°m¨¢s para los mejores, menos para los peores¡±, produce el pedag¨®gico efecto de estimular el crecimiento del sistema. Sin embargo, el resultado de los ocho a?os de gesti¨®n que anteceden al candidato Aecio Neves, no se caracterizaron por un florecimiento cualitativo de la educaci¨®n brasile?a, sino por un deterioro progresivo de la escuela p¨²blica y por un sistem¨¢tico menoscabo del derecho a la educaci¨®n de gran parte de la poblaci¨®n, particularmente, los m¨¢s pobres. En un contexto de privatizaciones y reducci¨®n de derechos sociales, la educaci¨®n pag¨® el alto costo de estar bajo la sospecha a la que fueron sometidas las instituciones p¨²blicas. Se supon¨ªa que ganar¨ªan todos. Ganaron pocos, los de siempre. Brasil se volvi¨® m¨¢s pobre, m¨¢s desigual, m¨¢s injusto, menos democr¨¢tico. Su sistema educativo, tambi¨¦n.
Igualdad y ampliaci¨®n de oportunidades
Si la calidad y la competencia obsesionan al partido de A¨¦cio Neves, la igualdad y el aumento de las oportunidades para los m¨¢s pobres son la obsesi¨®n del partido de Dilma Rousseff.
Ser¨ªa injusto afirmar que al candidato mineiro no le preocupan los pobres. Claro que s¨ª, s¨®lo que cree que la pobreza disminuye cuando aumenta la riqueza. Una tendencia que, por cierto, nunca mostr¨® su eficacia, pero que resulta convincente y se justifica bajo el postulado de que si apostamos a los de arriba, se beneficiar¨¢n los de bajo.
Los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff no parecen haber cre¨ªdo en este argumento, sino m¨¢s bien en la centralidad que el Estado debe tener para orientar una pol¨ªtica p¨²blica de educaci¨®n que asuma su compromiso indelegable con los excluidos. As¨ª, su reforma educativa puede ser resumida en un conjunto de programas y acciones que buscaron, con gran eficacia e impacto, disminuir las injusticias y las inequidades del sistema escolar, abriendo oportunidades a aquellos a los cuales, las ¨¦lites brasile?as, no les hab¨ªan ofrecido otra cosa que su desprecio.
La pol¨ªtica educativa del PT llev¨® a cabo este objetivo con una original combinaci¨®n de pragmatismo y preocupaci¨®n con los resultados efectivos de sus programas medidos en t¨¦rminos de justicia social y aumento de la equidad. Nada de lo que sirviera para ampliar las oportunidades educativas de los m¨¢s pobres fue dejado de lado por alg¨²n argumento o impugnaci¨®n ideol¨®gica. As¨ª las cosas, la pol¨ªtica educativa de los ¨²ltimos doce a?os constituye un inmenso cat¨¢logo de iniciativas destinadas a generar m¨¢s y mejores condiciones para el ejercicio efectivo del derecho a la educaci¨®n en la sociedad brasile?a. Su resultado fue una elocuente democratizaci¨®n del sistema escolar y la definici¨®n de la igualdad y la justicia social como ejes estructurantes del campo educativo; una cuesti¨®n que el gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso hab¨ªa desconsiderado como resquicio de un populismo que Brasil deb¨ªa abandonar y olvidar.
En los gobiernos del PT, las tasas de matr¨ªcula crecieron, continuando la tendencia de la d¨¦cada anterior, aunque mostrando algunas particularidades importantes: lo hicieron en el marco de un incremento de la inversi¨®n p¨²blica en educaci¨®n, de una mejora progresiva de los salarios docentes (en parte, gracias a una ley que establece un piso salarial nacional) y de un conjunto de programas focalizados y destinados a promover una mayor igualdad en el sistema escolar.
En el 2002, el gobierno nacional del actual candidato, Aecio Neves, invert¨ªa cerca de 8 mil millones de d¨®lares en la educaci¨®n. En 2014, la inversi¨®n p¨²blica ha llegado a casi 50 mil millones de d¨®lares (en t¨¦rminos reales, un aumento de m¨¢s del 218%). Con la destinaci¨®n de los royalties de la explotaci¨®n petrolera para la inversi¨®n educativa, una demanda de la sociedad civil que fue defendida y apoyada por el gobierno del PT, se inyectar¨¢n en la educaci¨®n brasile?a m¨¢s de 435 mil millones de d¨®lares en los pr¨®ximos 30 a?os. La gesti¨®n de Fernando Henrique Cardoso invert¨ªa 369 millones de d¨®lares en la merienda escolar, la de Lula y Dilma, 1.522 millones. En el 2002, 77% de los ni?os y ni?as de 5 y 6 a?os iban a la escuela, hoy, 92%. Cuando termin¨® el gobierno que aspira repetir la oposici¨®n, hab¨ªa 3,5 millones de estudiantes universitarios. Hoy, hay m¨¢s que el doble: 7,2 millones.
El PSDB y el PT, separados por un abismo
Un ejemplo puede ayudar a entender las diferencias electivas entre ambos modelos. El inter¨¦s por ¡°dinamizar¡± y hacer m¨¢s ¡°competitivo¡± el sistema de educaci¨®n superior, llev¨® al gobierno del PSDB a multiplicar exponencialmente el n¨²mero de universidades privadas, lo que gener¨®, por su propia inercia y no por una pol¨ªtica focalizada del gobierno nacional, un aumento de la matr¨ªcula cercana al 30% en ocho a?os. El gobierno de Lula, en vez de seguir los clamores doctrinarios que exig¨ªan la clausura de las universidades privadas, fortaleci¨® el sistema de evaluaci¨®n de la educaci¨®n superior y promovi¨® un amplio programa de inclusi¨®n en las universidades particulares, aprovechando una legislaci¨®n que exig¨ªa que las mismas deber¨ªan cumplir un fin social (casi nunca respetado) y creando un inmenso sistema de becas de ayuda y cr¨¦dito para los estudiantes m¨¢s pobres. La iniciativa fue denominada PROUNI, Programa Universidad para Todos. En ocho a?os, ingresaron a estas universidades m¨¢s de un mill¨®n y medio de j¨®venes de sectores populares, la mayor¨ªa de ellos, la primera generaci¨®n de estudiantes universitarios de sus familias.
Los privilegios, en una sociedad dividida y excluyente como la brasile?a, se ocultan y solapan con argumentos meritocr¨¢ticos. Los pobres, y particularmente los j¨®venes negros y negras, no llegaban a la universidad porque no pasaban las pruebas de acceso o, cuando las pasaban, no permanec¨ªan por ausencia de apoyo econ¨®mico que evitara su r¨¢pida migraci¨®n al mercado de trabajo. Si los pobres no entraban al sistema universitario o no conclu¨ªan su ense?anza media, el problema era de ellos. En los ocho a?os del gobierno que promete repetir Aecio Neves, no han habido pol¨ªticas nacionales destinadas a impulsar la justicia educativa como componente indisoluble de la promoci¨®n de la justicia social. S¨®lo algunos programas pilotos, proyectos experimentales y aspiraciones de deseo que no s¨®lo no revirtieron las desigualdades educativas, sino m¨¢s bien las ampliaron.
El problema de la escala de las pol¨ªticas p¨²blicas de inclusi¨®n social no es un detalle en Brasil, un pa¨ªs con un territorio de dimensiones continentales y m¨¢s de 200 millones de habitantes. El gobierno Lula lo entendi¨® cuando asumi¨® el desaf¨ªos de disminuir la pobreza y la indigencia heredada, en buena medida, por las pol¨ªticas econ¨®micas y sociales de su antecesor. M¨¢s de 40 millones de brasile?os y brasile?as dejaron de ser pobres en una d¨¦cada. No se logra esto con programas ¡°pilotos¡± cuya parsimoniosa din¨¢mica ignora las urgencias cotidianas de millones de seres humanos.
Esta pretensi¨®n de grandiosidad y este verdadero fanatismo petista por la escala democr¨¢tica fue una de las grandes aspiraciones que guiaron la pol¨ªtica educativa: m¨¢s y mejor educaci¨®n para todos.
De all¨ª que, continuando el ejemplo de la educaci¨®n superior, no s¨®lo se aprovech¨® el inmenso equipamiento disponible en el sector privado, sino que se promovi¨® la mayor pol¨ªtica de creaci¨®n de universidades p¨²blicas que tuvo lugar en la historia brasile?a: 18 nuevas universidades federales en una d¨¦cada. Adem¨¢s, reconociendo que la discriminaci¨®n educativa opera regional y espacialmente, se crearon 173 unidades de educaci¨®n superior en el interior del pa¨ªs, particularmente, en las zonas m¨¢s remotas y pobres. Se multiplicaron las becas (creciendo casi 200% para el desarrollo de estudios de posgrado en el pa¨ªs), mejoraron los salarios docentes, se quintuplicaron los laboratorios y se invirti¨® en infraestructura para la ciencia y la tecnolog¨ªa como nunca antes. La matricula universitaria no s¨®lo creci¨® sino que se torn¨® m¨¢s diversa y plural, gracias a las pol¨ªticas afirmativas, en particular la Ley de Cuotas, que permitieron incluir miles de j¨®venes negros y negras, ind¨ªgenas y personas con necesidades educativas especiales.
A esta altura, no me cabe duda que el lector o la lectora espa?oles no encontrar¨¢n ninguna semejanza entre su actual gobierno nacional y el que administr¨® los destinos de Brasil durante los ¨²ltimos a?os.
En efecto, una d¨¦cada atr¨¢s, los cient¨ªficos brasile?os, como hoy los espa?oles, sal¨ªan del pa¨ªs en busca de mejores oportunidades de empleo y mejores condiciones para el desarrollo de sus investigaciones. Actualmente, Brasil posee el mayor programa de internacionalizaci¨®n de la formaci¨®n universitaria promovido por un ¨²nico estado en el mundo: el Programa Ciencia Sin Fronteras, que ya ha concedido buena parte de las 100 mil becas para estudios en algunas de las mejores universidades del exterior. La candidata Dilma Rousseff promete ampliar el programa a 100 mil nuevas becas en los pr¨®ximos cuatro a?os. El ex presidente Fernando Henrique Cardoso ha criticado esta medida por considerarla parte del ¡°discurso grandilocuente¡± de los gobiernos petistas.
Sea cual fuera la opini¨®n que nos merezca el Programa Ciencia Sin Fronteras, no cabe duda que es m¨¢s democr¨¢tico que la creaci¨®n de algunas pocas c¨¢tedras sobre Brasil en Francia y Estados Unidos, el mayor destaque de la internacionalizaci¨®n de la educaci¨®n superior durante el per¨ªodo 1994-2002. Uno aspira a ampliar las oportunidades de formaci¨®n superior internacional de 200 mil brasile?os y brasile?as. Otro, a que no m¨¢s de una veintena de grandes cient¨ªficos se destaquen en el escenario internacional y a que 199.980 aspiren a ser uno de ellos.
Las antonimias entre ambos modelos se visualizan de forma clara en el campo de la educaci¨®n t¨¦cnica. Durante el gobierno Fernando Henrique Cardoso, la inversi¨®n p¨²blica en el sector se estanc¨®, no hubo promoci¨®n de nuevas instituciones y, particularmente el campo de la educaci¨®n profesional qued¨® en manos de organizaciones y asociaciones privadas, con una perif¨¦rica presencia estatal. En poco m¨¢s de un siglo y hasta concluir el gobierno del PSDB, en el 2002, se hab¨ªan construido en Brasil 140 escuelas t¨¦cnicas federales. En doce a?os, los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, construyeron 422. En una d¨¦cada, 3 veces m¨¢s instituciones que en 150 a?os. Nuevamente: en Brasil, la escala no es un detalle.
Al mismo tiempo, durante el ¨²ltimo gobierno del PT se desarroll¨® una de las iniciativas m¨¢s ambiciosas en el campo educativo, el Programa Nacional de Acceso a la Ense?anza T¨¦cnica y el Empleo (PRONATEC), con m¨¢s de 7,6 millones de matr¨ªculas en m¨¢s de 4 mil municipios, esto es, casi todo el pa¨ªs. En el pr¨®ximo cuatrienio, la presidente Dilma Rousseff promete abrir m¨¢s de 12 millones de matriculas en cursos t¨¦cnicos medios y de formaci¨®n profesional. La inversi¨®n p¨²blica en los ¨²ltimos cuatro a?os superar¨¢ los 4 mil millones de d¨®lares en este campo.
El candidato a la presidencia A¨¦cio Neves no ha dejado de verse en aprietos al contrastar los elocuentes resultados democr¨¢ticos de estas pol¨ªticas, en comparaci¨®n con el magro desempe?o de las promovidas por quien aspira suceder, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso. En un art¨ªculo de balance de la pol¨ªtica educativa de per¨ªodo 1994-2002, Eunice Ribeiro Durham destaca que el objetivo del gobierno nacional, en aquel momento, fue desmontar el car¨¢cter ¡°elitista¡± de las escuelas t¨¦cnicas federales existentes. La Prof. Durham, funcionaria de los gobiernos Collor de Mello y Fernando Henrique Cardoso, explica que la oposici¨®n de las propias escuelas a esta reforma, paraliz¨® los cambios. No explica, sin embargo, la pol¨ªtica de ahogo financiero a la que se vieron sometidas estas importantes escuelas durante los ocho a?os de gobierno del PSDB.
Como quiera que sea, los dos modelos quedan en evidencia: de un lado, una pol¨ªtica de desmonte de las escuelas t¨¦cnicas nacionales p¨²blicas; del otro, una de promoci¨®n del acceso a las mismas, de multiplicaci¨®n de instituciones y de aumento geom¨¦trico de la inversi¨®n estatal en el sector. De un lado, injusticia social y m¨¢s inequidad, del otro, m¨¢s justicia e igualdad.
Un debate, dos modelos en disputa
Ayer, 21 de octubre, en la Fundaci¨®n Get¨²lio Vargas, de la ciudad de R¨ªo de Janeiro, tuvo lugar un muy interesante y aleccionador debate entre el actual ministro de educaci¨®n brasile?o, Jos¨¦ Henrique Paim, y Maria Helena Guimar?es de Castro, en representaci¨®n del partido opositor.
Debate en R¨ªo de Janeiro, entre el ministro de educaci¨®n de Brasil, Jos¨¦ Henrique Paim, y la responsable por el programa de educaci¨®n del candidato A¨¦cio Neves, Maria Helena Guimar?es de Castro. (21/10/2014)
Guimar?es de Castro fue presidenta del Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas (INEP) durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Se desempe?¨® como secretaria de educaci¨®n del Estado de San Pablo, durante el mandato de Jos¨¦ Serra, oportunidad en la que implement¨® un muy resistido sistema de pago de renumeraciones docentes basado en el m¨¦rito y la productividad. Su nombre ocupa el primer lugar entre los probables ministros de educaci¨®n de Aecio Neves, si llega a la presidencia.
La iconograf¨ªa o el prejuicio popular asigna a la gente de izquierda un car¨¢cter m¨¢s exaltado y menos racional, mientras que a los conservadores, un estilo m¨¢s recatado y menos impulsivo. El debate de ayer puso de relevancia la falsedad de estas representaciones. Paim, un pol¨ªtico de gran reconocimiento por sus virtudes t¨¦cnicas, expon¨ªa pausado y de forma sistem¨¢tica, los avances de la ¨²ltima d¨¦cada en materia educativa. Guimar?es de Castro, sin dejar de exaltarse en m¨¢s de una oportunidad, trataba de argumentar que todas las conquistas del actual gobierno tuvieron como origen la herencia recibida en el 2002.
M¨¢s all¨¢ de esto, el debate organizado por Avaaz y el proyecto Mapa do Buraco, puso en evidencia dos muy diferentes visiones acerca del papel de la educaci¨®n en una sociedad democr¨¢tica. A la pregunta acerca de cu¨¢l es la principal prioridad que deber¨¢ tener el pr¨®ximo gobierno en el campo educativo, Guimar?es de Castro responder¨¢: mejorar la calidad. Paim: garantizar m¨¢s y mejor acceso, m¨¢s calidad y equidad. A la pregunta sobre la universidad, Guimar?es de Castro responder¨¢: m¨¢s competitividad entre las instituciones, diferenciando el sistema en virtud de las ¡°vocaciones¡± de cada universidad (algo as¨ª como una cristalizaci¨®n de las desigualdades, pero basada en un enigm¨¢tico test vocacional a las instituciones universitarias). Paim: m¨¢s universidades y m¨¢s oportunidades de acceso a los m¨¢s pobres y a los que viven en las regiones m¨¢s distantes y alejadas. A la pregunta sobre los desaf¨ªos para la juventud, Guimar?es de Castro responder¨¢: m¨¢s diversificaci¨®n curricular, apertura y diferenciaci¨®n de la ense?anza media. Paim: dignificar la ense?anza media y ampliar a¨²n m¨¢s las oportunidades de acceso a la ense?anza t¨¦cnica y superior. A la pregunta sobre c¨®mo fiscalizar y garantizar que se cumplan las metas gubernamentales, Guimar?es de Castro responder¨¢: aumentando los incentivos en funci¨®n de un sistem¨¢tico monitoreo del sistema escolar (m¨¢s a los que trabajan mejor). Paim: evitando pensar s¨®lo en metas de rendimiento, sino tambi¨¦n en metas de equidad, aumentando la responsabilidad p¨²blica en materia de financiamiento y cuidando de la primera infancia. ¡°La ra¨ªz de la desigualdad est¨¢ en la educaci¨®n infantil¡±, dir¨¢. A la pregunta sobre las relaciones entre criminalidad adolescente y educaci¨®n, Guimar?es de Castro evitar¨¢ tocar una de los m¨¢s espinosas propuestas defendidas por su correligionario, Aloysio Nunes Ferreira, candidato a vicepresidente en la f¨®rmula con A¨¦cio Neves: la disminuci¨®n de la edad de imputabilidad penal. Expresando as¨ª una particular opini¨®n sobre las motivaciones del delito en la infancia y la juventud, prometer¨¢ promover programas de apoyo psicol¨®gico a los j¨®venes y ni?os infractores. Paim sostendr¨¢ que ¡°la educaci¨®n es una forma de liberaci¨®n¡± y que ¡°es posible avanzar en la reducci¨®n de la desigualdad, abriendo caminos de oportunidad a los m¨¢s pobres¡±. Dos modelos: los j¨®venes fuera de ley sentados en el banco de los reos o en el banco de los salones de clase, como ha afirmado el diputado Marcelo Freixo.
Una de las palabra m¨¢s utilizadas por Guimar?es de Castro fue: ¡°incentivo¡±. Las dos m¨¢s utilizadas por el ministro Paim: ¡°desigualdad¡± y ¡°oportunidad¡±.
En pocas horas se sabr¨¢ qui¨¦n asumir¨¢ un nuevo mandato presidencial, en enero del 2015. Brasil vive un momento crucial. Qu¨¦ pasar¨¢ en la educaci¨®n no es, de forma alguna, un misterio. Hay dos modelos de pa¨ªs en disputa. Lo que ocurra en los pr¨®ximos cuatro a?os, depender¨¢ de qui¨¦n maneje los destinos de la educaci¨®n.
Desde R¨ªo de Janeiro
"A educa??o no governo de Fernando Henrique Cardoso", Eunice Ribeiro Durham (1999)
"A pol¨ªtica educacional do governo Fernando Henrique Cardoso: uma vis?o comparada". Eunice Ribeiro Durham (2010)
Pol¨ªtica educacional, cidadania e conquistas democr¨¢ticas. Pablo Gentili (org.) - Libro completo.
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