?Bien!
La curaci¨®n de Teresa Romero demuestra la necesidad de la existencia de una buena sanidad p¨²blica
?Bien por la recuperaci¨®n de Teresa Romero! Nos alegramos un mont¨®n, como ciudadanos y como colegas sanitarios. Y nos alegramos pol¨ªticamente: bien por quienes han hecho las cosas bien. Sin menoscabo del sistema inmunitario de Teresa. La cuesti¨®n es: ?qui¨¦nes son las personas, organizaciones e instituciones que habitualmente hacen las cosas bien y garantizan que estemos preparados para resolver los problemas? Eso es lo que todos los ciudadanos debemos preguntarnos si no queremos caer en la ufan¨ªa arrogante y est¨¦ril ¨Co mejor cambiamos lo de ¡®est¨¦ril¡¯ por ¡®in¨²til¡¯, que el horno no est¨¢, ni va a seguir estando, para bollos.
Demos el debido cr¨¦dito a las personas e instituciones que han sabido corregir errores y, entre otros aciertos, han transmitido mensajes t¨¦cnicamente fundamentados mediante portavoces preparados y cre¨ªbles. Y vayamos m¨¢s all¨¢ de las personas y de la petite politique. En primer lugar, porque es probable que en Occidente vivamos nuevos casos de infecci¨®n y, desgraciadamente, algunas muertes m¨¢s. Vayamos m¨¢s all¨¢ de lo personal, tambi¨¦n, para ver las causas estructurales y sist¨¦micas de la tragedia de ?frica; entre ellas, determinante, la insostenible desregulaci¨®n de unos mercados financieros desbocados, que permanentemente socavan la salud global, la equidad, el clima y la econom¨ªa real. Y aqu¨ª en Espa?a, vayamos m¨¢s all¨¢ para ver lo que en salud p¨²blica ya se hace bien y lo que ??¨Csi aprendemos algo de esta nueva crisis¨C debe imperiosamente mejorar. Pues la salud p¨²blica espa?ola es en ciertas ¨¢reas un tejido vivo y potente, pero en otras presenta inaceptables desgarros y heridas, falta de liderazgo y escasa coordinaci¨®n; ni la una ni la otra mejorar¨¢n con mayor centralismo, sino con mayor reconocimiento mutuo y cooperaci¨®n. La eficiente correcci¨®n y mejora de esos problemas es perfectamente factible si se aglutina lo mejor de la red de salud p¨²blica espa?ola para ponerla a disposici¨®n de todos los ciudadanos. Ello requiere el desarrollo de las redes t¨¦cnicas y los centros de referencia ya existentes en todo el estado; cuando sea t¨¦cnicamente preferible, liderados y coordinados por el Centro Estatal de Salud P¨²blica y otras organizaciones contempladas en la vigente Ley General de Salud P¨²blica. Lo cual significa que los centros m¨¢s eficaces del Instituto de Salud Carlos III y del resto del Estado deben repartirse el trabajo y los medios, y cooperar a fondo para ejercer las funciones que hoy exigimos ¨Ca veces, sin saberlo¨C a una verdadera agencia de salud p¨²blica del siglo XXI. Eso significa tambi¨¦n que el Gobierno central debe valorar de una vez la mencionada Ley, pues hasta ahora no ha tenido la visi¨®n de desarrollarla ni el valor ¨Co la temeridad¨C de derogarla. Cuando sea lo ¨®ptimo t¨¦cnicamente, el liderazgo y la coordinaci¨®n de la red que trabaje en un problema concreto puede y debe ser auton¨®mico, sin prejuicios de campanario: si el liderazgo t¨¦cnico se ejerce de verdad ¨Ccon un alto nivel cient¨ªfico, con un democr¨¢tico respeto a todas las comunidades aut¨®nomas (CC AA), con independencia y visi¨®n social¨C da igual que se haga desde Granada, Valladolid o Donosti. O pongamos un ejemplo m¨¢s punzante, hace poco planteado por la m¨¦dica Carme Valls: ?Alguien pens¨® en serio que las tres personas hasta ahora hospitalizadas con la infecci¨®n por el virus del ?bola pod¨ªan ingresar con m¨¢s garant¨ªas en un hospital distinto del que las atendi¨®? ?No hab¨ªa quiz¨¢ un hospital mejor preparado en esa u otra CCAA? Plantearse en t¨¦rminos fundamentalmente t¨¦cnicos esas cosas ?ser¨ªa un sacrilegio, una traici¨®n a las esencias de la patria? ?Qu¨¦ tal si nos dejamos de esencias y aprovechamos mejor los recursos que tenemos?
Protegernos de los numerosos riesgos infecciosos, ambientales o sociales que entra?an nuestros actuales modelos de econom¨ªa y consumo en la compleja ¨Cy a veces desquiciada¨C aldea global en la que vivimos es algo que tambi¨¦n hacen numerosos organismos europeos y globales; entre ellos, el Centro Europeo de Control de Enfermedades. Y desde el interior de Espa?a, de forma destacada, las pol¨ªticas de protecci¨®n de la salud p¨²blica las ejercen las redes auton¨®micas y municipales de salud p¨²blica, sin olvidar a las universidades con mayor capacidad de servicio local y de influencia internacional.
Agravando innecesariamente la actual crisis de confianza en nuestro sistema pol¨ªtico y social, una parte de los ciudadanos desconoce la calidad cient¨ªfica, el capital humano y el impacto social de la cooperaci¨®n t¨¦cnica que en Espa?a ya existe a lo largo y ancho de tales redes, realmente transmunicipales y transauton¨®mias. Cooperaci¨®n que es normal en un estado de hecho federal, y en todo estado moderno democr¨¢tico. Pero en nuestro pa¨ªs a menudo dicha cooperaci¨®n se efect¨²a a escondidas, detr¨¢s de los escaparates p¨²blicos, de forma ¡°clandestina¡±, como con lucidez la calific¨® hace a?os un competente responsable pol¨ªtico auton¨®mico, Manuel Escolano. Esa ¡°clandestinidad¡± de la cooperaci¨®n auton¨®mica y municipal en salud p¨²blica nos parece de nuevo lamentable en la actual crisis del ?bola. Y la consideramos sumamente simb¨®lica de lo artificiales que a veces son los actuales debates sobre la forma de Estado. Espa?a posee redes vigorosas y eficientes de salud p¨²blica. Poco visibles. Mas el valor humano, sanitario, democr¨¢tico y econ¨®mico de sus resultados ¨Cpor ejemplo, en t¨¦rminos de prevenci¨®n y control de enfermedades, transtornos y discapacidades, en t¨¦rminos de equidad e inclusi¨®n social, en aut¨¦ntica eficiencia econ¨®mica¨C es inmenso.
Pues este es un buen momento para que lo deplorable de todo ello cambie. El mejor liderazgo, el m¨¢s racional, independiente, eficiente y cre¨ªble muchas veces lo pueden ejercer ciertos nodos auton¨®micos y municipales de esas redes ¨Cagencias de salud p¨²blica, laboratorios, centros de investigaci¨®n, hospitales, facultades. En parte ya lo hacen: ellos son quienes hacen las cosas bien. Este es un buen momento para que esas redes y organizaciones reciban el apoyo social, pol¨ªtico y econ¨®mico que merecen para cooperar mejor en beneficio de toda la sociedad. Y para que cuando sintamos una leg¨ªtima alegr¨ªa porque algo ha ido bien, sepamos a quien agradec¨¦rselo.
Miquel Porta e Ildefonso Hern¨¢ndez son catedr¨¢ticos de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica.
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