Frente al Estrecho

En Melilla y Ceuta, la presi¨®n migratoria desde ?frica, que se ha incrementado como consecuencia de la crisis econ¨®mica sist¨¦mica, no se puede limitar mediante la valla y las devoluciones en caliente, que parecen las medidas m¨¢s medi¨¢ticas. En realidad se ha venido controlando mediante los Centros de Acogida Temporal de Inmigrantes (CETI), y los traslados organizados por la Administraci¨®n Central desde esos lugares a la Pen¨ªnsula, todas ellas con una orden de devoluci¨®n no ejecutada porque no se conoc¨ªa el pa¨ªs de procedencia de cada persona.

Como en Espa?a no se les va a documentar, los inmigrantes subsaharianos contin¨²an su viaje migratorio hacia otros pa¨ªses europeos, franc¨®fonos o angl¨®fonos, con los que tienen m¨¢s afinidad cultural y donde disponen de redes sociales y familiares de acogida y autoayuda.

Esta pol¨ªtica del avestruz es la misma que emplean otros pa¨ªses europeos con los inmigrantes de origen latinoamericano que reciben, a los que ponen todo tipo de dificultades para legalizarles, esperando que al final recalen en Espa?a. Italia hace lo mismo con los argelinos y senegaleses hasta que emigran hacia Francia, que a su vez env¨ªa hacia Reino Unido a los inmigrantes que proceden de antiguas colonias inglesas. As¨ª cada pa¨ªs europeo intenta escurrir el bulto como si el problema no fuese con ellos.

Los pa¨ªses desarrollados intentan marcar los tiempos, los n¨²meros, los procedimientos, pero cuanto mayor es el desequilibrio econ¨®mico, m¨¢s dif¨ªcil es regular el flujo migratorio. Este utilizar¨¢ los canales irregulares, siempre abiertos y m¨¢s accesibles, sabiendo que tienen un sitio en la econom¨ªa sumergida de los pa¨ªses de acogida, fraude funcional econ¨®micamente porque aporta entre el 15% y el 23% del PIB de la Uni¨®n Europea.¡ª Luis Fernando Crespo Zorita.