El doble problema de las enfermedades sin glamour
Dolencias como la artrosis o el dolor de espalda tienen un gran coste social y econ¨®mico, pero tienen m¨¢s dificultades para atraer financiaci¨®n y talento
Ninguna enfermedad es glamourosa, pero algunas han ganado un prestigio como amenazas terribles que la lucha contra ellas ha conquistado la imaginaci¨®n del p¨²blico y la atenci¨®n de las administraciones p¨²blicas. Las cifras de mortalidad del c¨¢ncer o las enfermedades cardiovasculares, o los efectos devastadores de males como el alzh¨¦imer, las han colocado entre este grupo de enfermedades que acaparna m¨¢s atenci¨®n. Otras, sin embargo, producen un sufrimiento amplio, pero m¨¢s dif¨ªcil de cuantificar y, aparentemente, menos urgente.
¡°Las enfermedades musculoesquel¨¦ticas afectan a mucha gente, pero son poco medi¨¢ticas¡±, lamentaba recientemente Alejandro Toledo, presidente de la Alianza General de Pacientes. En Espa?a, seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, un 33% de la poblaci¨®n (m¨¢s de 10 millones de personas) acude anualmente al m¨¦dico por este tipo de enfermedades que incluyen la lumbalgia, el dolor de cuello o la artritis reumatoide. Para mitigar el sufrimiento que producen estas enfermedades, un 22% de la poblaci¨®n consume medicamentos para el dolor en las articulaciones.
Adem¨¢s del padecimiento que provocan estas enfermedades, el coste para el sistema sanitario y para el econom¨ªa en general es muy importante. Seg¨²n el proyecto ArtRoCad, solo los costes de las artrosis de cadera y rodilla suponen el 0,5% del Producto Interior Bruto (PIB) espa?ol, y en total, las enfermedades musculoesquel¨¦ticas son la causa del 60% de las incapacidades permanentes en Europa y la principal causa de discapacidad f¨ªsica.
Las musculoesquel¨¦ticas causan el 60% de las incapacidades temporales en Europa
Sin embargo, pese a lo abultado de las cifras, que pueden colocar el coste social de estas dolencias cerca de los tumores o las cardiacas, las enfermedades reum¨¢ticas no cuentan con su propio centro nacional de investigaci¨®n, como sucede con el CNIO para el c¨¢ncer o el CNIC para las enfermedades cardiovasculares y, comparado con estas ¨²ltimas, reciben aproximadamente la mitad de financiaci¨®n por parte del Instituto de Salud Carlos III.
¡°Los desenlaces de estas enfermedades no son tan crudos¡±, reconoce Rosario Garc¨ªa de Vicu?a, coordinadora cient¨ªfica de la Estrategia en Enfermedades Reum¨¢ticas y Musculoesquel¨¦ticas. Sin embargo, cuando se tiene en cuenta el da?o global, se observa mejor la dimensi¨®n del problema causado por estas enfermedades. ¡°Para un paciente joven diagnosticado con una enfermedad inflamatoria cr¨®nica, supone un gran impacto para su trayectoria vital, por ejemplo, si quiere ser piloto y lo tiene que dejar, y hay personas que se tienen que levantar dos horas antes para ir a trabajar por la rigidez que sufren¡±, se?ala.
Adem¨¢s, ¡°si no se les controla bien, estos pacientes sufren m¨¢s infecciones graves o m¨¢s eventos cardiovasculares¡±, a?ade. Jos¨¦ Luis Pablos, coordinador de la Red de investigaci¨®n en inflamaci¨®n y enfermedades reum¨¢ticas (RIER), tambi¨¦n destaca la importancia de valorar el impacto de estas dolencias asociadas. ¡°Las enfermedades reum¨¢ticas cr¨®nicas son un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares equiparable al tabaco o la diabetes¡±, indica.
Una intervenci¨®n precoz puede reducir en un tercio los d¨ªas de incapacidad laboral
Juan ?ngel Jover, jefe del Servicio de Reumatolog¨ªa del Hospital Cl¨ªnico San Carlos, de Madrid, tambi¨¦n menciona que en algunos casos es dif¨ªcil evaluar el impacto de las enfermedades musculoesquel¨¦ticas por falta de datos. ¡°Cuando estudias enfermedades que causan muerte, como el c¨¢ncer o las cardiovasculares, los datos son muy accesibles porque los recopila el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE)¡±, afirma. Sin embargo, para personas que solo son tratadas en primaria y que no ingresan en hospitales, falta informaci¨®n. ¡°Hay datos indirectos, que se obtienen a trav¨¦s de encuestas. El problema es que las preguntas se suelen plantear en relaci¨®n a cosas que ya se conocen y esto puede quedar fuera del radar¡±, a?ade.
Una manera de conocer el alcance de estas enfermedades es obtener datos del sistema de pagos de compensaci¨®n de las bajas laborales. "En los Presupuestos Generales del Estado de cada a?o hay un ep¨ªgrafe dedicado a la incapacidad temporal y la invalidez permanente de alrededor de 12.000 millones de euros; de ellos en torno al 20% se debe a enfermedades musculoesquel¨¦ticas", explica Jover.?
Adem¨¢s de evaluar mejor los costes directos e indirectos de estas enfermedades, uno de los aspectos fundamentales para reducir el da?o para los pacientes y para la econom¨ªa es la intervenci¨®n precoz. ¡°En enfermedades reum¨¢ticas hay muchos ejemplos que demuestran que el diagn¨®stico precoz cambia totalmente el curso de la enfermedad y puede evitar una discapacidad a largo plazo¡±, explica Garc¨ªa.
Investigadores trasversales muestran m¨¢s inter¨¦s en el c¨¢ncer o las cardiovasculares
Uno de estos estudios, liderado por Jover, mostr¨® que una intervenci¨®n precoz e intensiva puede reducir significativamente la duraci¨®n de las incapacidades temporales relacionadas con enfermedades musculoesquel¨¦ticas y los costes sanitarios asociados. Las pruebas realizadas con esta filosof¨ªa en el Hospital La Fe de Valencia y el Marques de Valdecilla de Santander mostraron una reducci¨®n del n¨²mero de d¨ªas de incapaciad temporal de un 27 y un 32,7% respectivamente.
La clave de estos resultados se encuentra en que se aceler¨® la llegada de los pacientes a los especialistas en reumatolog¨ªa, reduciendo un tiempo de espera que est¨¢ relacionado directamente con las posibilidades de recuperaci¨®n de los enfermos. ¡°Cuando estudias la curva de recuperaci¨®n de la gente, ves que cuanto m¨¢s se tarda en recuperar una discapacidad m¨¢s se cronifica, y no se sale de ese ciclo del dolor y la discapacidad¡±, se?ala Garc¨ªa.
Dedicarle tiempo como a una cirug¨ªa
Tambi¨¦n es importante que los m¨¦dicos puedan dedicarle tiempo a sus pacientes. ¡°Hay que verles muchas veces, cuatro o cinco veces en dos semanas, durante m¨¢s tiempo del que suelen tener los reumat¨®logos para una consulta normal¡±, se?ala Jover. El cambio de planteamiento lo ejemplifica el m¨¦dico comprando lo que sucede en otras especialidades. ¡°Un cirujano, para operar un cerebro, puede necesitar cinco horas, y si para tratar estas enfermedades se necesita dedicar tres horas a lo largo de cuatro semanas, se deber¨¢n dedicar¡±, concluye.
Seg¨²n un estudio que incluy¨® a m¨¢s de 13.000 pacientes, la puesta en marcha de este tipo de planes de intervenci¨®n precoz ser¨ªa muy rentable para el Estado, con un retorno de unos nueve euros por euro invertido. De hecho, solo la reducci¨®n en el uso de f¨¢rmacos y de tratamientos de fisioterapia cubrir¨ªa los costes de una intervenci¨®n de este tipo.
Las enfermedades reum¨¢ticas son un factor de riesgo cardiovascular como el tabaco
Junto a los aspectos asistenciales del tratamiento de las enfermedades musculoesquel¨¦ticas, que concentran gran parte del tiempo y el esfuerzo de los especialistas en la materia, desde grupos de investigaci¨®n como los agrupados en la RIER siguen investigando con cuatro objetivos: la prevenci¨®n de la enfermedad cardiovascular, la b¨²squeda de marcadores gen¨¦ticos que influyan en la aparici¨®n de estas enfermedades, la identificaci¨®n de biomarcadores para aplicar una medicina individualizada y la b¨²squeda de nuevas dianas terap¨¦uticas.
En este ¨¢mbito, tambi¨¦n afecta el menor atractivo de estas enfermedades. ¡°Hay grandes investigadores de ¨¢reas trasversales, como la gen¨¦tica o la epidemiolog¨ªa, que podr¨ªan trabajar con nosotros, pero prefieren colaborar con grupos de investigaci¨®n cardiovascular o c¨¢ncer porque son m¨¢s atractivos y tienen m¨¢s dinero¡±, apunta Pablos. ¡°Cient¨ªficamente es un campo atractivo, porque la inmunolog¨ªa es un ¨¢rea cient¨ªficamente atractiva y trasversal a todas las enfermedades que aqu¨ª es donde m¨¢s sentido tiene, porque todas estas enfermedades est¨¢n relacionadas con la inflamaci¨®n¡±, a?ade. ¡°Pero atraer a estos investigadores pasa por mejorar la financiaci¨®n¡±, concluye.
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